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Ensayo "Una Al Curriculum De Hoy"


Enviado por   •  15 de Abril de 2014  •  1.648 Palabras (7 Páginas)  •  365 Visitas

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UNA REFLEXIÓN AL CURRICULUM DE HOY

Autora: Natalia Solís

No cabe duda de que el siglo XXI se ha iniciado con imperiosas exigencias de que la educación adquiera una dimensión mundial. Un aspecto de esa importante aspiración es que la educación básica debe contribuir a la reducción de la pobreza. Se trata de una necesidad apremiante y que, hasta cierto punto, es posible satisfacer.

La contribución de la educación a las acciones encaminadas a reducir la pobreza dependerá en buena medida de la calidad de los procesos educativos que apliquen las sociedades y las escuelas, y también del empeño de maestros y profesores en mejorar esa calidad.

La UNESCO ha destacado una serie de condiciones que deberán cumplirse con el fin de mejorar la calidad de la educación. Por ejemplo: maestros con una sólida formación profesional; materiales didácticos de buena calidad y disponibles en cantidades suficientes; el uso de idiomas que promuevan el aprendizaje; garantizar un tiempo de instrucción adecuado y enfatizar la alfabetización como herramienta de aprendizaje; promover la enseñanza estructurada; y la provisión de escuelas limpias, seguras y acogedoras respaldadas por directores que demuestren poseer un fuerte liderazgo.

Para alcanzar la calidad educativa que se espera, “EL CURRÍCULO” es el medio principal o de importancia para lograr las mejorías en las escuelas y en el aula, pero, ¿Por qué importa el currículo? En todo el mundo, los temas curriculares están inextricablemente ligados –explícita o implícitamente– a las actuales formas de pensar y actuar respecto de las diversas inquietudes y reformas educativas. Juan Manuel Moreno (2006) afirma que “a nivel mundial, las reformas educativas se observan más estrechamente ligadas al currículo, dado que las crecientes presiones y demandas de cambio tienden a centrarse tanto en las estructuras como en el contenido del currículo escolar”. Asimismo, destaca la marcada naturaleza política del debate curricular caracterizado por “discordias ideológicas, conflictos de interés y un difícil proceso de acercamiento de posiciones”. Con el análisis de las orientaciones curriculares contribuimos a bosquejar el futuro, el bienestar y el desarrollo de la sociedad.

No estoy postulando una especie de determinismo curricular que ofrezca una explicación global de lo que ocurre en el ámbito de la educación. Lo que sí planteo es la permanente necesidad de examinar con cuidado la organización y conceptuación del currículo como un eficaz medio de diseñar e implementar reformas vinculadas a las definiciones básicas del papel que esperamos –y deseamos– juegue la educación en nuestra sociedad. En los debates nacionales actuales sobre transformaciones educativas y curriculares, cuatro temas adquieren particular relevancia 2:

I. Cómo fomentar la visión de la educación como un derecho, como una educación cívica amplia y profunda, que cubra desde la educación de la primera infancia hasta la educación terciaria y abarque aspectos culturales, políticos, económicos y sociales;

II. Cómo incorporar a la educación un desarrollo personal equilibrado capaz de contribuir a una vida saludable, dichosa y gratificante;

III. Cómo hacer de la educación una política económica y social esencial que promueva el desarrollo nacional y el fortalecimiento de la competitividad económica en términos reales;

IV. Cómo reconocer y promover el concepto de la educación como un factor insustituible en el mejoramiento del bienestar de las poblaciones más desfavorecidas, en el combate de la exclusión y en la eliminación de las brechas de desigualdad evidentes en la distribución del ingreso familiar 3.

Es extremadamente difícil mejorar los procesos y los resultados esperados de una educación de calidad sin primero desarrollar una visión curricular integral que justifique qué es relevante y pertinente (básico y necesario) enseñar a los niños y jóvenes de acuerdo con las expectativas y demandas generales de la sociedad y por qué es necesario hacerlo. Esta interpretación siempre es conflictiva y suele ser sujeto de debate, aun cuando se encuentra profundamente arraigada en inquietudes y argumentos históricos, ideológicos y políticos. Los intensos debates sobre los contenidos y objetivos de los programas de educación secundaria sobre historia nacional, en sociedades que viven situaciones de post conflicto 4, constituyen un buen ejemplo de lo anterior.

Cuando enfrentamos la necesidad de seleccionar y demarcar los temas que deben formar parte del currículo, también debemos enfrentar el problema histórico que representa un currículo sobrecargado y las manifiestas dificultades relacionadas con la eliminación de contenidos propuestos en las nuevas reformas. En un reciente seminario organizado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO para América Latina y el Caribe (OREALC), Cesar Coll y Elena Martín (2006) destacan que “el currículo y las horas lectivas no son elásticas” 5 en particular si las necesidades y expectativas del estudiante como eje central del sistema educativo son soslayadas. Coll y Martín hacen la distinción “entre lo que es básico y absolutamente necesario y lo que es básico y deseable en el currículo de educación básica” 6. Adicionalmente, señalan que lo básico tiene relación con el tipo de aprendizaje considerado esencial para promover el desarrollo personal y social del estudiante, permitiéndole realizar su proyecto de vida y facilitando su inclusión en la sociedad. Con frecuencia, el debate sobre qué incluir y qué excluir en el currículo no concuerda con el análisis de la función que cumple la educación en la sociedad, estando orientado más bien a preservar las identidades históricas de las disciplinas,

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