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Evaluación En Diversidad

Cabreradegadea4 de Mayo de 2013

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Introducción

La evaluación debe ser considerada como un proceso que se articula con la acción educativa, de modo que pueda efectivamente servir de retroalimentación y ser utilizada para la toma de decisiones de acción futura.

Una evaluación auténticamente continua es la única que ofrece la posibilidad de tener una mirada longitudinal del proceso de aprendizaje, permitiendo valorar, tanto la práctica docente como a los propios alumnos/as, los progresos y los factores que lo afectan en su proceso.

La toma de decisiones relativas a la evaluación es un elemento de especial importancia para dar respuesta a la diversidad del alumnado, en tanto proporciona información y orienta el curso y la mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje, pudiendo implicar decisiones que pueden afectar el qué, cómo y cuándo evaluar, es decir, al tipo de información que recoge, a la manera en que se recoge la información, y el momento en que se evalúa.

Una buena evaluación debiera aportar información respecto a la situación inicial del grupo curso y de cada alumno/a en particular, así como del progreso alcanzado por éstos en su aprendizaje con relación a las metas educativas previamente establecidas, identificando los factores que favorecen o dificultan el aprendizaje. El referente de medición o de comparación debe ser el progreso logrado por el propio alumno con referencia a sus conocimientos y habilidades previas, así como a los objetivos de aprendizaje que se han determinado para él/ella.

En este contexto vale la pena considerar, los aspectos que se debe tener en cuenta para un diseño de la evaluación para la diversidad y que corresponde entre los más importantes los ajustes a nivel curricular, configurándose en los objetivos, competencias y capacidades a desarrollar con los estudiantes, por lo tanto la adecuación curricular es vital para atender la diversidad en un grupo clase.

Por otro lado, constituye no un aspecto menos importante las estrategias metodológicas a implementarse, que deberán necesariamente ser participativas, dando lugar al aprendizaje cooperativo y colaborativo; y por último en referencia puntual a las evaluaciones sumativas; éstas deberán ser flexibles y ajustables en todo momento a las características individuales de los estudiantes.

DESARROLLO

Evaluación y diversidad educacional.

La realidad de nuestras aulas escolares nos dice que los alumnos que asisten a clase no son iguales, sino progresivamente más heterogéneos.

Para Marchesi, A y Martin, E. (1998) “alumnos de diversas culturas, de diferentes clases sociales, con distintos niveles de capacidad se encuentran en una misma aula para participar conjuntamente, en el proceso de aprendizaje”. Es decir son alumnos diferentes; educar atendiendo a la diversidad implica para Giné y Parcerisa (2000) que los alumnos y las alumnas a pesar de las características que los diferencian unos de los otros, tienen que educarse juntos, y por ende, hay que tomar decisiones adecuadas para que ello sea posible. La respuesta educativa a esa diversidad es quizás uno de los retos importantes que hoy en día tiene el estado y los centros escolares.

Entre las razones para asumir este modelo educacional se destacan algunos hechos:

a) Desde el punto de vista social todos tenemos igualdad de oportunidades y la educación es un medio para compensar las desigualdades.

b) En lo referente al marco legal, la normativa vigente asume los principios de una educación comprensiva e integral pues lo que se busca es la inclusión y no la selección, c) la perspectiva psicopedagógica, nos lleva a plantear iniciativas educativas que incluyan la atención individualizada que tiende a remediar las diferencias y/o hacer adaptaciones a los proyectos pedagógicos de trabajo en situaciones más específicas. Lo que se busca es que las acciones didácticas y las actividades de evaluación se conviertan en un mecanismo formador y regulador que busca la mejora, y el progreso en los aprendizajes; se debe ayudar a que el alumno aprenda a aprender, que explique y aplique lo que se le enseña acorde a su contexto.

Quiere decir esto que se debe cambiar el paradigma educativo por el cuál estamos enseñando, pues sí, ya que la realidad nos dice que en las escuelas las prácticas que predominan son clasificatorias y selectivas.

Generalmente cuando se habla de diversidad educacional se piensa en sujetos que tienen problemas sean físicos, de aprendizaje o de asistencia y/o permanencia a clase. La diversidad además comprende los tiempos de aprendizaje, los estilos de aprendizaje, los conocimientos previos, el género, en el ambiente escolar, y las capacidades excepcionales entre otros.

Torres, J. (2005) plantea una discusión respecto al término diversidad, por una parte se refiere a la circunstancia de los sujetos de ser distintos y diferentes, también alude a que la diferencia sea en realidad desigualdad.

Diversidad y desigualdad nos es lo mismo. La diversidad hace referencia a factores físicos, genéticos, personales y culturales, en tanto que desigualdad alude a factores sociales, económicos y políticos.

Aspectos a considerar para una evaluación diversificada.

Casanova (2002), señala que si el propósito de la evaluación es ponerla al servicio de los educadores facilitando la mejora de su quehacer docente y del aprendizaje del alumnado, hay que pensar en algunos cambios que deben de darse a nivel educacional.

A nivel del diseño curricular, el mismo debe delinear algunos elementos comunes que garanticen la homologación del sistema y la igualdad de oportunidades, independientemente del lugar en se encuentre la escuela, asimismo deberá contemplar algunos que sean adaptables al contexto en que se llevan a cabo. Otras deberán desarrollar habilidades cognitivas de manera que adquiera herramientas para aprender a pensar, a resolver situaciones, a prender a estudiar.

Los objetivos y competencias establecidas en los planes y programas son obligatorios para todos los alumnos, pero los mismos podrán ser cambiados y contextualizarlos para atender las necesidades.

A nivel de los objetivos y contenidos de las asignaturas, deberán plantearse unos que serán obligatorios para todos, pero otros contenidos podrán variarse de manera que contribuyan a alcanzar las competencias y objetivos establecidos para cada grado o nivel educativo. Es bueno acotar que el establecimiento de unos mínimos en cuanto a los objetivos y contenidos avala la calidad del sistema y la igualdad de oportunidades.

En cuanto a las estrategias didácticas, las mismas serán participativas de manera que el alumno aprende a construir su aprendizaje.

Respecto a la evaluación de los alumnos la misma estará en armonía con el proceso de enseñanza y de aprendizaje, y en consonancia con los distintos ritmos y desarrollos de de cada estudiante, como persona única y cambiante. Su finalidad es formadora, de manera que los resultados de las actividades evaluativos que se implementen sirvan para corregir e implementar otras estrategias que permitan que los alumnos y alumnas la consecución de los objetivos y competencias establecidas.

A lo señalado anteriormente consideramos fundamental que se puedan establecer contratos de aprendizaje y de evaluación, ya que mediante los mismos, se realizan los ajustes a las necesidades de cada alumno.

Por otra parte se considera pertinente que las actividades de carácter sumativos de evaluación: sus resultados no deben considerarse como algo definitivo, sino que el alumno pueda corregir e incorporar las modificaciones pertinentes y volver a entregar la actividad evaluada, ya que lo que se persigue es el dominio de la competencia.

Se debe buscar que el trabajo en clase se haga de manera cooperativa, pues de esta manera el alumno o alumna aprende a contrastar sus producciones y conocimientos con los compañeros.

Otra acción a incorporar para atender a la diversidad educativa, es la figura del tutor educacional, que será aquel docente que hará las veces de consejero y como tal le orientará en lo que respecta a las actividades educacionales y a establecer compromisos que le lleven a superar dificultades y limitaciones.

La Adecuación y la Diversificación Curricular como medidas de respuesta a la Diversidad

La adecuación curricular constituye una vía de respuesta a la diversidad cuando la programación de aula, diseñada con el claro propósito de dar respuesta a las diferencias individuales, no es suficientemente efectiva para asegurar la participación y logros en el aprendizaje de aquellos estudiantes que por diversas causas experimentan mayores dificultades de aprendizaje o se encuentran en riesgo de ser excluidos o de fracaso escolar.

La adecuación curricular implica ajustar o modificar los Objetivos de Aprendizaje establecidos en el marco curricular, pudiendo adoptar diversas formas en función de los requerimientos específicos de cada estudiante con relación a los aprendizajes prescritos en los distintos subsectores de aprendizaje del grupo/curso de pertenencia.

Estas adecuaciones se deben definir bajo el principio de no afectar aquellos aprendizajes que se consideran básicos e imprescindibles, dado su impacto para el desarrollo personal y social de los alumnos, y que pueden llegar a comprometer su proyecto de vida futuro y poner en riesgo su participación e inclusión social. En consecuencia, deben adoptarse como resultado un proceso de evaluación amplio y riguroso, de carácter interdisciplinario.

La diversificación curricular constituye una medida de atención a la diversidad que tiene como elemento diferencial, frente a las propuestas

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