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Gun Ho

luissochoaEnsayo2 de Diciembre de 2011

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El prologo de este libro esta escrito por Pegy Sinclair, en el ella hace referencia a la promesa que le hiciera a

su amigo Andy Longclaw, en la cual contaría la historia de cómo salvó a su empresa de la quiebra y de cómo

Ud., puede motivar y activar la potencia de toda su fuerza laboral.

Esta promesa comenzó en el Hospital Walton Memorial un día de Junio de 1994. En este hospital le hizo la

promesa en su lecho de muerte a Andy Longclaw, el cual, antes de morir, le pidió que contara la historia de

Gun Ho. El espíritu de la ardilla, el estilo del castor y el don del ganso. Las tres revelaciones que los habían

conducido hacia el éxito.

Después de salir del hospital se percató que en auditorio del hospital acababa de culminar una reunión y

mientras esperaba el cambio del semáforo notó la presencia de dos hombres que se acercaban por detrás y uno

de ellos dijo una palabra que resonó en sus oídos con mucha claridad a pesar de que estaba absorta en sus

reflexiones: Los budistas dicen que el maestro aparece cuando el alumno está listo.

Los dos hombres en cuestión eran los autores de este libro quienes no reconocieron a Peggy, en ese momento.

Esta continuó su camino hacia el restaurante Denny´s. La conversación entre los autores, se refería a la mala

suerte que tenían, ya que habían viajado hasta el pueblo Walton para entrevistarse con la gerente General de la

Planta Walton Works #2, Peggy Sinclair, quien era considerada toda una leyenda para ese momento ya que

había conseguido sacar de la banca rota a la peor planta de las 32 que tenía la compañía del mismo nombre.

En la actualidad el funcionamiento de la planta era tan extraordinario que la Casa Blanca les había otorgado

un reconocimiento por ser uno de los mejores sitios de trabajo de todo el país. La entrevista no pudo ser

posible ya que la Sra. Sinclair se había excusado porque un colega y amigo se encontraba muy enfermo.

Blanchard y Bowles entraron también al mismo restaurante y no fue hasta que les sirvieron la comida que

repararon en la figura de Peggy a quien, a pesar que tenía el rostro surcado en lagrimas, fue fácil reconocerla

gracias a la foto de la publicidad realizada por el reconocimiento de la Casa Blanca. Para sorpresa de estos dos

señores Peggy Sinclair también los reconoció y se acercó a ellos haciendo su presentación y pidiéndole

disculpas por haber faltado a la cita, de aquí parte la escritura del libro, siendo esta la primera reunión y la

cual tuvo una duración de tres horas, luego siguieron muchas otras sesiones en los meses siguientes.

La historia de Gung Ho

Esta historia es narrada en primera persona (Peggy Sinclair), comienza cuando ella es nombrada Gerente

general de la planta Walton Works # 2. Ella siempre había ocupado cargos ejecutivos y jamás había trabajado

en operaciones. La emoción que sintió por el nombramiento no le permitió percatarse de que había caído en

una trampa tendida por el presidente de la compañía el Sr. Morris. Ella pensó que el viejo Morris le había

perdonado el haber redactado un informe, donde ella no estaba de acuerdo con el nuevo plan estratégico, la

reacción del viejo no había sido buena, pero gracias a este informe la empresa se había ahorrado un millón de dólares. También pensó que ese nombramiento era su recompensa por el logro obtenido.

Al llegar a la planta se percató de la situación, ya que la misma era la peor de las 32 plantas de la corporación

y dada la situación no tardaría mas de seis meses o un año en cerrar sus puertas; y ella desaparecería junto con

la planta, se dio cuenta que la habían usado como un chivo expiatorio perfecto para la planta.

No hacía falta ser un genio para reconocer la razón de la situación de la empresa, en ella se trataba mejor a las

materias primas que a las personas.

Al reunirse con los colaboradores, descubrió una luz de esperanza ya que el departamento de acabado era el

más eficiente de toda la corporación, a pesar de la situación de Walton Works #2. En total ese departamento

tenía 150 trabajadores, lo que equivale a decir que solo el 10% de los trabajadores de la planta eran verdaderas

joyas, mientras que los demás parecían solo trozos de carbón manipulados por hombres de las cavernas y cuyo

único propósito era su auto destrucción.

Posteriormente me reuní con el gerente de división al cual le reportaba el gerente de operaciones del área de

acabado. Para mi sorpresa las primeras palabras que escuché de este gerente fueron las siguientes: Será mejor

que se deshaga lo antes posibles al gerente de operaciones". De verdad, por qué tenía yo que ser la

responsable de ese despido y no él que era su jefe directo. En ese momento me interesé principalmente en

averiguar la razón por la cual debía despedir al gerente de operaciones. El gerente de división insistió diciendo

que Andy Longclaw era un problema ya que era de origen indio, aunque aseguró que no tenía nada en contra

de los indios, pero este en particular era un guerrero que además tenía un Master en Administración de

Empresas y que era una piedra en el zapato, además de que el área será aun mejor si cuando el hombre se

vaya. Los siguientes comentarios relacionados con el gerente de operaciones fueron peores todavía.

No sabía si debía despachar a Andy Longclaw, dentro de seis meses posiblemente esta planta cerraría sus

puertas, lo que si estaba segura era que este gerente de división no trabajaría para mi en ese lapso de tiempo

Decidí caminar por el pueblo, aun había suficiente luz. Eché a andar por la calle principal sin rumbo fijo. Vi

que el pueblo tenía algunos comercios y una estatua enfrente de la biblioteca municipal. Al leer la inscripción

me percaté que ha diferencias de muchas otras estatuas, esta no había sido erigida a algún soldado famoso o

algún político sino a un artista local. Al parecer Walton era el pueblo natal de Andrew Payton, un artesano de

origen indio que había ganado varios premios internacionales.

Seguí hasta la calle séptima y crucé el puente. Un campo verde llevaba hacia la orilla del río donde había una

banca solitaria desde donde se podía divisar el edificio sombrío de la fabrica

Me dirigí hacia la banca y vi que un hombre que venía en dirección contraria se dejó caer en el otro extremo

de la banca, sin sacar sus manos de los bolsillos

Normalmente no me siento al lado de un desconocido pero me invadía la seguridad del pueblo pequeño

¿Le importa si me siento?

Para nada pero me temo que no soy buen compañero el día de hoy. Creo que seré despedido

¿Y por qué?, me atreví a preguntar, feliz de no pensar en mis propias angustias.

Trabajo en aquella planta, bueno, al menos hasta hoy trabajé, después de 15 años. Mi jefe me dice que saldré,

aunque no tiene el valor para despedirme el mismo, creo que le teme al contragolpe

¿El contragolpe?

Si. Aunque creo que no habrá mayor contragolpe. El personal de mi departamento sabe que a la fabrica le

quedan de seis a un año. No tiene sentido hacer un alboroto por mi salida. Pero la verdad es que tenemos fama

de rebeldes y él tiene miedo,

Miré con renovado interés a mi compañero de banca y por sus facciones adiviné que era un nativo americano

por la cual creí saber de quien se trataba. Por su siguiente comentario supe que el no tenía la más remota idea

de quien era yo.

Una nueva señora entrará a dirigir la planta. Nos han dicho que es una verdadera bruja. El jefe dice que ella

me despedirá y lo más seguro es de que así sea. No debería importarme en todo caso solo nos quedan a lo

sumo entre seis a un año, no se que pueda pasar con la gente del pueblo cuando eso suceda, no debería

importarme, pero me importa. Me gustaría irme cuando se vayan mis muchachos, tenemos una meta.

¿Una meta

Por su puesto, replicó con una amplia sonrisa. Estamos trabajando para cumplirla. Nuestro último día marcará

una cifra sin precedentes en eficiencia y productividad. Cuando salgamos por la puerta el último día lo

haremos con la cabeza en alto y me gustaría estar presente

Ya no tenía ninguna duda de quien era y sobre todo me encantó la idea de salir con la cabeza en alto el último

día, el cual sería el más eficiente y productivo.

Usted tampoco se e muy alegre , dijo él.

Creo que seré despedida

Es una broma

¿Usted también?. ¿Dónde trabaja?

En aquella fábrica

¿En serio?, no recuerdo haberla visto, se que somos 1.500 trabajadores, pero creí que los conocía a todos

Yo soy la bruja mala y apuesto que Usted es Andy Longclaw. Ya he oído hablar de usted, nada bueno, debía

agregar

Andy dejó escapar un ruido lastimero. Ya estuvo soy indio muerto, todo ha terminado para mi.

No será por manos mías, le dije. El único despido que tengo en mente es la del gerente de división, muy

engreído que pretende despedir a la mejor persona con quien cuento en la planta, podré ser la bruja mala, pero

no soy idiota

¿Entonces me dejará seguir en la planta?

Por su puesto, Usted maneja el mejor departamento que tenemos

¿Pero si es una broma

...

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