Hay heridas que nunca se ven en el cuerpo que son más profundas y dolorosas que cualquiera que sangre.
raissaramosResumen14 de Marzo de 2017
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Hay heridas que nunca se ven en el cuerpo que son más profundas y dolorosas que cualquiera que sangre.
La depresión, también conocida como trastorno depresivo mayor o depresión unipolar, es una enfermedad mental capaz de causar numerosos síntomas psicológicos y físicos. Su síntoma más conocido es una tristeza profunda y prolongada, que no significa que toda tristeza necesariamente esté relacionada con un cuadro de depresión.
La mayoría de los adultos con trastorno depresivo nunca llega a ser evaluada por un psiquiatra, puesto que a menudo los síntomas no se reconocen correctamente. Esta confusión ocurre inclusive entre los médicos no acostumbrados a tratar problemas relacionados con la salud mental. Los estudios demuestran que más de la mitad de los pacientes con depresión, atendidos por clínicos generales por presentar síntomas físicos de depresión, tales como dolor, insomnio o fatiga crónica, terminan no siendo reconocidos como tal. El diagnóstico correcto surge solamente después de meses o años de síntomas y varias consultas a distintos médicos.
Más que una tristeza, la depresión no es una debilidad o falta de disciplina, ni es algo que el paciente pueda simplemente resolver sólo con sus propias ganas. Para el deprimido, dejar de estar triste no es como el fumador que intenta dejar el cigarrillo; no se trata de tomar la decisión y permanecer fiel a ella. La depresión es una enfermedad crónica que requiere tratamiento a largo plazo, como diabetes o hipertensión. Igual como nadie deja de ser diabético, solamente con fuerza de voluntad y pensamiento positivo, la depresión necesita ayuda médica para ser controlada.
La depresión no surge solamente en razón de problemas emocionales o psicológicos. Ya se han reconocido varios factores de riesgo y causas orgánicas para el trastorno depresivo mayor las cueles serian por:
Genética: Personas que tienen familiares con depresión tienen un mayor riesgo de padecer también de la enfermedad, indicando que hay una vulnerabilidad a la depresión que puede ser heredada genéticamente. De hecho, tener parientes cercanos con otros trastornos psiquiátricos, como trastorno de pánico, trastornos afectivos o inclusive alcoholismo, también son factores de riesgo para la depresión.
Neurotransmisores: La abundancia o carencia de algunos de estos neurotransmisores en ciertas partes del cerebro pueden desencadenar graves trastornos psiquiátricos y neurológicos. La depresión se origina en un funcionamiento anormal de algunos de estos neurotransmisores como dopamina, serotonina, noradrenalina y GABA. Entre ellos, la serotonina parece tener el papel más importante, estando habitualmente en bajos niveles en pacientes con depresión.
Muchos opinan que la depresión es la gran plaga del siglo que vivimos. Y no se equivocan. La depresión es una enfermedad muy común en estos tiempos que corren porque cada vez vivimos más acelerados y somos menos capaces de conectarnos con nosotros mismos, con nuestras necesidades y hacer cosas positivas para sentirnos bien. Para prevenir la depresión lo indispensable es llevar una vida saludable y buscar el autoconocimiento. Si sabemos qué cosas nos dañan o nos ponen en peligro, es mucho más fácil prevenir las crisis.
Erróneamente de lo que se cree el autoconocimiento no sólo puede darse a través de la psicoterapia; todos podemos intentar saber más de nosotros mismos indagando en nuestros sueños, en el porqué de las cosas que hacemos y en la forma en la que reaccionamos ante los estímulos. Para eso no necesitamos dinero, sólo muchas ganas de conocernos a nosotros mismos, de respetarnos y, sobre todo, de amarnos.
Una vez que la depresión es diagnosticada por un especialista es importante comenzar a tratarla, de lo contrario los síntomas persistirán y podría derivar en una situación grave para el equilibrio mental de la persona.
Por lo general la depresión se trata mediante una combinación de métodos curativos: apoyo psicológico a través de algún tipo de psicoterapia y terapia farmacológica que incluye prescripción de antidepresivos.
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- Inhibidores:
- De la re captación de serotonina (entre los que se encuentran el citalopram, la fluoxetina y la zimelidina, entre otros).
- De la re captación de dopamina (entre los que podemos mencionar la amineptina y la fenmetrazina).
- De la recaptación de noradrenalina (en cuyo grupo se encuentran la atomoxetina y la reboxetina).
- De la monoaminooxidasa (podemos citar la brofaromina y la toloxatona).
- De una combinación de algunos de estos tipos.
- Antidepresivos tricíclicos: un extenso número de medicamentos se listan en este grupo; entre ellos la amitriptilina, butriptilina, clomipramina, lofepramina y la trimipramina.
- Antidepresivos tetracíclicos: los fundamentales son la maprotilina, la mianserina, la nefazodona y la trazodona.
- Opioides: son los menos utilizados pero muchas veces pueden resultar efectivos. Entre ellos el más conocido es el Tramadol.
Existe también el tratamiento no farmacológico
- Tratamiento psicológico para la depresión
- Terapia Cognitivo Conductual (TCC)
- Psicoterapia Interpersonal (TIP) para la depresión
ALCOHOLISMO
El alcoholismo consiste en un consumo excesivo de alcohol de forma prolongada con dependencia del mismo. El alcoholismo es una enfermedad crónica producida por el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas, lo cual interfiere en la salud física, mental, social y/o familiar así como en las responsabilidades laborales.
El alcoholismo es un tipo de drogodependencia.
Hay dos tipos de dependencia en esta adicción: la física y la psicológica. La dependencia física se revela por sí misma, cuando se interrumpe la ingesta de alcohol, con síntomas muy claros como la tolerancia, cada vez mayor, al alcohol y enfermedades asociadas a su consumo. El efecto directo del alcohol en el sistema nervioso son la depresión, como resultado de la disminución de la actividad, la ansiedad, tensión e inhibiciones. Incluso un pequeño nivel de alcohol dentro del cuerpo enlentece las reacciones. La concentración y el juicio empiezan a empeorar. En cantidades excesivas, el alcohol produce una intoxicación y envenenamiento.
El alcohol también afecta a otros sistemas corporales. Puede aparecer una irritación del tracto gastrointestinal con erosiones en las paredes del estómago debidas a las náuseas y vómitos. Las vitaminas no se absorben bien, y esto ocasiona deficiencias nutricionales en los alcohólicos de larga evolución. También ocasiona problemas en el hígado (cirrosis hepática). El sistema cardiovascular se ve afectado por cardiopatías. También puede aparecer una alteración sexual causando una disfunción en la erección del pene en el hombre y una desaparición de la menstruación en la mujer. El consumo de alcohol durante el embarazo puede causar problemas en el desarrollo del feto, produciendo el llamado síndrome fetal del alcohol.
El desarrollo de la dependencia del alcohol puede ocurrir entre los 5 y 25 años siguiendo una progresión. Primero se desarrolla la tolerancia alcohol. Esto ocurre en personas que son capaces de consumir una gran cantidad de alcohol antes de que se noten los efectos adversos. Después de la tolerancia aparecerán los lapsus de memoria. Más tarde aparece la falta del control de beber, y la persona afectada no puede permanecer sin beber, lo necesita para desarrollar su vida diaria.
El problema más serio de los bebedores son las complicaciones físicas y mentales. Algunas personas son capaces de conseguir un control sobre su dependencia en las fases tempranas antes de la total pérdida del control. No hay una causa definida del alcoholismo pero hay factores que pueden jugar un papel en su desarrollo. Es más probable el desencadenamiento de un alcoholismo en las personas con algún familiar alcohólico que en otras que no lo tienen. No se conoce la razón, que puede encontrarse en anomalías genéticas o bioquímicas.
Entre los factores psicológicos se incluyen: la necesidad de consuelo para la ansiedad, conflictos en las relaciones personales, baja estima personal, etc. Los factores sociales incluyen: la facilidad de consumo de alcohol, la aceptación social del consumo de alcohol, estilos de vida de stress, etc. La incidencia en la dependencia del alcohol está aumentando. Las estadísticas varían pero aproximadamente un 7% de adultos en Europa están afectados.
Prevención
Hasta que las causas primarias del alcoholismo sean descubiertas, el problema no puede ser prevenido. De todas formas, los programas educativos sobre el alcohol dirigido a los niños y adolescentes y a sus familiares pueden ser de gran utilidad. Los hábitos sociales correctos son fundamentales para la prevención de su abuso.
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