Innovación & Cultura Creativa

El emprendimiento es una acción inherente al hombre. En su necesidad de hacer la vida y su cotidianidad más afable debe desarrollar métodos que le permitan lograr este propósito, sean estos científicos, tecnológicos, políticos, o culturales. Esta acción se desprende de la iniciativa y el deseo de progreso de al menos un individuo, que según sea la naturaleza de su accionar puede beneficiar no solo a sí mismo, sino a generaciones enteras. De esta concepción se reconoce al emprendimiento como herramienta y medio de avance y desarrollo, sin embargo, es importante reconocer la necesidad de implantar una cultura creativa para llevar a cabo nuestras ideas adecuadamente acorde a la opción y necesidad del entorno.

El emprendimiento se debe formar con sentido oportunista para actuar en la actualidad y visionario para ejercer sobre el futuro y así aprovechar los vacíos al máximo, tanto en la crisis como en el estado de confort, no solamente tomándolo en cuenta como una opción sino como un deber constante personal y empresarial; en este último caso para reducir la vulnerabilidad relativa con la competencia o abrir canales de mercado. Respecto a los mercados, actualmente hay una crisis coyuntural mundial que los caracteriza por ser inestables, hostiles y fragmentados, además de ser influenciados por avances tecnológicos y de globalización, esto desfigura e imposibilita la generación macro de una visión certera del futuro. Por ello hay que aprovechar los huecos existentes para poder innovar y promover la creación progresiva de riqueza; lo decía Albert Einstein en una reflexión particular: “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos… Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias” (Einstein, 2009). Considero que deberíamos dejar de lado el concepto crisis y asumirlo como oportunidad, que permite innovar, de tomar la iniciativa para lograr un bien común y por ende personal, en el pico del problema se pude deslumbrar el cambio, cuando la noche es más oscura es cuando se empieza a aclarar el horizonte.

Refiriéndome puntualmente al desarrollo del bien común con base al emprendimiento me gustaría mencionar el Doctor Yunus que en su país de origen, donde se ejemplifica como el problema es la oportunidad de progreso. Era Bangladesh una población sumida en la miseria en los años 70`s tras la guerra de independencia, él observo como los más pobres pedían prestamos míseros (menos de dólar) a particulares con tasas de interés sumamente altas. Tras años de trabajo decidió crear un banco dedicado exclusivamente a atender las necesidades financieras de los más pobres, formando posteriormente teorías impensables para cualquier economista ortodoxo “prestar al pobre no solo se puede concebir como caridad social, es buen negocio” increíblemente el banco descrito tiene una tasa de cancelación alrededor del 98%, cifra envidiable para cualquier banco tradicional… como resultado de su gestión ha estimulado conceptos en su gente como el trabajo y la educación, el progreso en general.

¿Si se puede innovar con un problema tan agobiante y trascendente en la humanidad como lo es la pobreza de una nación, por qué no innovar simplemente satisfaciendo una necesidad puntual del mercado o mejorando algún proceso estandarizado? Debemos retarnos a formar esa cultura creativa tan necesaria en el actual siglo, que sobrepase conductismos y dogmatismos

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