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Inteligencia Emocional


Enviado por   •  27 de Octubre de 2013  •  3.255 Palabras (14 Páginas)  •  167 Visitas

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Inteligencia emocional en el habla

La inteligencia emocional es una herramienta muy útil para corregir y afrontar el miedo a hablar en público. A continuación, te damos varios consejos para utilizarla en tu favor y acabar con tu temor a disertar delante de desconocidos o grandes audiencias:

Aunque tú estés muy nervioso, recuerda que los demás puede que ni siquiera noten que lo estás. Por tanto, sonríe al hablar, si estás en un auditorio pequeño intenta, de una forma intermitente, mirar a los ojos de los distintos interlocutores. En caso de que estés hablando para un gran auditorio, entonces, fija tu atención en un punto que esté en el fondo de la habitación. Si se trata de un acto abierto en el que tienes la posibilidad de invitar a alguien, entonces, invita a algún buen amigo cuya presencia te dé tranquilidad y seguridad.

Los días previos al evento, intenta visualizarte a ti mismo a través de ejercicios de relajación hablando con éxito ante un grupo de gente. Recréate en las sensaciones de seguridad que te produce ese placer.

Para sentirte más seguro, intenta ir los días previos al lugar en el que vas a hablar, en caso de que sea un entorno que no conoces, para ganar información, mentalizarte, familiarizarte con el espacio. Lo ideal sería poder tener un ensayo previo.

En caso de que se trate de una charla en la que tienes que dar un discurso, la clave del éxito es trabajar esa conferencia, dedícale tiempo, relee tantas veces como haga falta tu texto. Haz algunas anotaciones en los folios. Por ejemplo, puedes subrayar aquellas palabras que quieres recalcar más a través de la entonación o en dónde quieres hacer una pausa.

Aprende a relativizar, no pongas tanto peso a una exposición en público: ¿Qué es lo peor que puede pasar? Puedes realizar un ejercicio de introspección para responder a esta pregunta y te darás cuenta de que, en realidad, es mejor no dramatizar porque no hay motivos para ello. Toma conciencia de que los diez primeros minutos de una exposición son los más difíciles, una vez que ya estás inmerso al cien por cien en el tema y concentrado en ese momento, todo fluye mucho más.

Recuerda que es importante tener un botellín de agua para poder beber en caso de sentir sed. Nunca digas en una exposición en público que estás muy nervioso, porque te pondrás todavía más nervioso. Recuerda que aunque tú lo estés, los demás no lo notan tanto como tú. Muchas personas puede que ni siquiera se den cuenta de ello, o si se dan cuenta, no le darán tanta importancia.

Es fundamental llegar puntual y tranquilo a la cita porque llegar tarde aumenta todavía más el nerviosismo. La elección de la ropa adecuada también es importante. Elige un look que te guste a ti, que te dé seguridad y con el que te sientas cómodo. En general, la elección de un look profesional siempre es un acierto para hablar en un ambiente que sea muy formal. Por ello, puedes utilizar un traje de chaqueta y pantalón de color negro.

Otros recursos para ayudarte a hablar en público

Existe una película excelente para reflexionar sobre la importancia de superar el miedo a hablar en público: El discurso del Rey (de Tom Hooper). Esta película refleja que para afrontar este miedo es importante elaborar una técnica y trabajarla lo máximo posible centrando la atención en el objetivo.

Hay diferentes libros que también pueden servirte de ayuda para hablar en público: El poder de la palabra, publicado por William Walker, y El arte de Comunicar, escrito por Robert B. Dilt

En 1960 un texto que habla sobre la inteligencia social se declaro un concepto inútil.

La inteligencia emocional es una forma de interactuar con el mundo que tiene muy en cuenta los sentimientos, y engloba habilidades tales como el control de los impulsos, la autoconciencia, la motivación, el entusiasmo, la perseverancia, la empatía, la agilidad mental, etc. Ellas configuran rasgos de carácter como la autodisciplina, la compasión o el altruismo, que resultan indispensables para una buena y creativa adaptación social.

Las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas también tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida.

Ya en tiempos de lo Griegos se hablaba de la Alegoría de el carro que decían que el hombre tenía que dominar a dos caballos y que había un auriga que los controlaba a dos apetitos del hombre.

Pero actualmente partiendo de dos autores se establece lo que hoy se da a llamar la inteligencia emocional ellos son Solovey y Mayer, los cuales dieron pie a que un investigador del New York Time diera a conocer al mundo a este concepto Daniel Goleman, pero esto abrió cause a un educador José Antonio Alcázar, estos hablaremos en este capítulo.

Se expondrán los postulados de cada uno y su modo de ver actualmente este punto basado en las ultimas exposiciones de sus temas en la Internet

Cuanto más reducido sea nuestro vocabulario emocional, no sólo nos quedaremos mudos en lo que se refiere a las emociones, sino también sordos y ciegos: mudo, porque no podremos hablar acerca de nuestros sentimientos ; sordos, porque no podremos prestar oídos a nuestro mundo emocional ; ciegos, porque no percibiremos las emociones de los demás.

LLAMAR A LAS EMOCIONES

POR SU NOMBRE

Florián tiene un año. Está construyendo una torre con cubos de madera. Cuando la torre se derrumba, el pequeño se echa a llorar. Su madre lo toma en brazos y le dice : 'Ya sé que ahora estás muy enojado'. Al hacerlo, adopta la misma expresión del rostro de su pequeño hijo.

La madre da un nombre a la emoción de su hijo mucho antes de que éste ni siquiera sepa hablar. De esta manera, va aportándole conceptos que el niño puede relacionar con la experiencia emocional que está sintiendo. Mientras lo hace, también ella adopta una e xpresión facial que manifiesta enojo. En el rostro de la madre, Florian puede comprobar qué aspecto tiene el enojo. Cuando estos procesos se repiten, el niño aprende poco a poco que el enfado siempre produce la misma emoción y tiene el mismo aspecto : puede relacionar la palabra con una determinada imagen : se pone una 'etiqueta' a la emoción, se le da un nombre. Si la madre (o el padre) no verbalizara las emociones del niño y no le comunicara también -siempre que fuera posible- sus propias emociones, el vocabulario del niño, tanto activo como pasivo, tendrá considerables lagunas en el ámbito

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