Introducción a la Filosofía Marcial

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Índice

INDICE                                                Pág. 2

INTRODUCCIÓN                                        Pág. 3

LA FILOSOFÍA MARCIAL                                Pág. 5

LA LUCHA                                        Pág. 7

LA DANZA MARCIAL                                Pág. 10

DEL BIEN Y DEL MAL                                Pág. 12

EL RITUAL Y LA MÍSTICA                        Pág. 14

LA NO VIOLENCIA                                Pág. 17

UN CAMINO PARA SER RECORRIDO                Pág. 19

BIBLIOGRAFÍA                                        Pág. 21

Introducción a la Filosofía Marcial

Lo que me impulsó a escribir éstas páginas es el profundo pesar que me causa comprobar la ausencia de una doctrina que de alguna manera muestre esa mística tan olvidada de las Artes Marciales.

Hoy en día el intelecto ha substituido a la vivencia, cuando, en realidad, el primero debería haberse puesto lado a lado con la acción para aspirar a poder alcanzar la “Verdad Suprema”, la cual solamente se llega cuando se vive en plenitud.

Las artes marciales son una necesidad de expresión que se manifiesta a  través de una forma; por lo tanto, el hombre solamente con la actitud que demuestre ante ésta forma hará que esta tenga validez o no.

Vivimos en un siglo contaminado de materialismo y, por tal razón, el extremo tecnicismo invadió al hombre con un sin fin de  juegos electrónicos, que lo alejan de sí mismos, lo proyectan hacia el exterior, y lo convierten en el principal protagonista de ésta sociedad de consumo. Pero no es mi interés analizar el sistema vigente, que sacó al hombre  de esta necesidad introspectiva de conocerse a sí mismo, sino mostrar que, de alguna manera, restan esquemas y, si de cierto modo si se sabe escuchar, se llegará a comprobar que no es más que de esquematización lo que necesita la naturaleza para expresarse a si misma.

Hoy escribo lo que a través de las prácticas, fui vivenciando. Tal vez mañana llegue a pensar, no diferente, pero si con más profundidad. Sé que éstos conceptos pueden ser útiles a todos aquellos que se encuentran en una misma búsqueda y que han  intuido  que las Artes Marciales no son una cáscara vacía reducida a una práctica física como finalidad, por lo contrario, pueden ser tomadas como un camino filosófico que nos conduzca a la verdad trascendente. El secreto para hallar en ellas una finalidad y un medio está en la intencionalidad del individuo.

En las páginas siguientes trataré de dejar bien establecida la esencia que definitivamente hace la diferencia entre un Arte Marcial y un deporte. De ningún modo quiero decir que uno es mejor que otro, sino que son diferentes en su naturaleza, ya que el deporte tiene como finalidad una armonía física- mental para llevar una vida  sana y ordenada, por otro lado el Arte Marcial no solamente da armonía en lo físico y mental, sino  también vincula ésta armonía a una intención místico – espiritual que proyecta al hombre a una realización interior.

El Arte Marcial no es violencia como muchos creen, mas una bella forma, que nos puede servir para acelerar ese proceso espiritual que nos aproxima más a Dios y al prójimo.

Mi intención es contribuir, aunque no sea más que en una ínfima parte, para restaurar la mística perdida de éstas nobles Artes Guerreras; y una manera de restaurarlas será despertando, en todos aquellos que la practiquen, ese espíritu adormecido, que es tan grande y noble como el espíritu que habitó en un Samurai o en un Espartano.

Este no es el trabajo de uno, sino del esfuerzo acumulado de todos aquellos que se creían capaces de llevar adelante los grandes trabajos para plasmar Ideales Fuertes.

Es mucho lo que hay por realizar, pero lo importante no es dejar correr la bola, sino mantenerla girando. Solamente así, forjando una intencionalidad a lo espiritual, no dejaremos lugar a ningún elemento nocivo, que perjudique esa tan maravillosa expresión, como son las Artes consagradas al Dios Marte.

Si bien es cierto que el hombre no puede doblar el curso de la historia para mejorar las cosas puede, si, contemplar, al fin de sus días, todo lo positivo que hizo por sus hermanos; entonces no solamente verá su misión cumplida, sino que irá dejando un mundo un poco mejor con relación a la que encontró.

Al mirar al frente, conscientizamos de que la tarea adquiere aspecto de gigantes, pero como Quijote nos enseñó que, cuando se enviste contra ellos, se transforman en simples molinos de viento.

Todos los seres, en mayor o menor dimensión tienen sueños e ilusiones; pues bien esos sueños

Francisco Andrés Taboada

5º Dan Tae kwon do ITF

6º Dan Tae kwon do WTF

4º Dan Hapkido

La Filosofía Marcial

El salto del dragón es el vacío.

El hombre puede dar un salto, cuando sea un dragón.

En la naturaleza existen diversas leyes, que permiten a cada criatura desarrollarse en armonía con el medio. Este medio no se ve afectado por el comportamiento de la criatura que vive sus experiencias; y el medio, comportamiento y experiencias forman un conjunto sobre el cual actúa la naturaleza para establecer el equilibrio.

El hombre, con todo, tiene la facultad de elegir, pero tener tal facultad no significa saber emplearla, y por ese motivo acostumbran a ser escasos sus aciertos en comparación con sus errores.

Cierto es que el hombre nace y se desarrolla en un medio totalmente hostil y su florecimiento espiritual, puesto que ese medio no es más que un juego que incentiva los sentidos y anula la capacidad para concebir la realidad que se encuentra más allá del mundo formal. Es aquí que el hombre tiene que trabajar conjuntamente la voluntad y el discernimiento, para tratar de ser reflejo del Universo y no un reflejo de aquel que él quiere ser.

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