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Introduccion A La Filosofia


Enviado por   •  7 de Julio de 2014  •  1.305 Palabras (6 Páginas)  •  135 Visitas

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¿Por qué y para qué estudiar Filosofía?

No pocas veces hemos oído la pregunta ingenua de para qué sirve estudiar filosofía. ¿De qué nos sirve conocer qué dijeron o pensaron autores como Aristóteles, Descartes, Kant, Marx...? Con frecuencia el rechazo de la filosofía sólo obedece a un mecanismo psicológico de defensa: si vivo bien, cómodo y sin quebraderos de cabeza, o con los problemas que soporto ya tengo suficiente, ¿para qué complicarme la vida? La filosofía da qué pensar, exige reflexión y lucidez crítica..., pero todo ello resulta incómodo y molesta. Es mejor dejarse llevar e ir tirando por la marejada de la vida. A esta actitud obedecen tópicos como "no te enrolles", "¡vaya chapa!"..., que son descalificativos que encubren el miedo a perder la propia comodidad y seguridad personales.

La filosofía sirve, de primeras, para evitar el "borreguismo social". Sirve para aspirar a ser algo más que un productor y consumidor maniatado a los mecanismos del poder. La filosofía nos aporta las alas de la utopía para que dejemos de ser topos encerrados en laberintos subterráneos. Seduce a quienes no quieren claudicar en la búsqueda de su propia autenticidad. Se trata de elegir entre dejarnos tragar y consumir por la inercia de la vida o hacernos protagonistas conscientes de nuestro tiempo.

¿Cuáles son los fines o modelos hacia los que quieren encauzar los jóvenes de hoy la cultura? ¿Qué ejemplo de sociedad nos proponen? ¿Conocen sus raíces y trazan alguna trayectoria? ¿Han aprendido de los errores del pasado y han asumido los valores de la historia? Muchos jóvenes actuales conviven con fuertes contradicciones. Por un lado, exudan un exceso de crítica demoledora; pero a su vez digieren como un biberón los valores de la sociedad consumista y competitiva. No pocas veces los modelos a imitar son los expertos en amontonar dinero rápido y fácil, los famosillos y parásitos casposos que viven de montar escándalos y de salir casi a diario en las tertulias de cotilleo de la televisión... Por otro lado, sus protestas y reivindicaciones, ¿son creíbles e inspiran confianza porque se muestran coherentes o son sólo meros síntomas de su malestar y cabreo existencial, ganas de soltar adrenalina y reventar, mientras se siente el placer de la destrucción sin ofrecer nada mejor y constructivo a cambio? Porque, ¿cómo se puede entender que una misma persona se declare pacifista y se manifieste contra la violencia o la guerra, se confiese ecologista y solidario con quienes sufren a miles de kilómetros de distancia, pero acto seguido, en el día a día, no muestre por ejemplo el debido respeto a sus vecinos y les moleste con sus ruidos, insulte e increpe a quienes no forman parte de su clan y ensucie o maltrate su propio entorno urbano? Semejantes contradicciones, ¿pueden ser creíbles y mostrar algo de autenticidad o son sólo expresiones de la necesidad psicológica que tenemos todos de sentirnos vivos y reafirmarnos a nosotros mismos, aunque sea de manera equivocada en este caso, es decir, desde el cabreo y el enfado, desde la incoherencia y la intolerancia?

Hoy abundan los medios. Manipulamos la sofisticada ciencia del siglo XXI, pero hemos olvidado el corazón en el paleolítico. ¿Cómo compaginar el avance tecnológico con un progreso humano?

Si nos preguntamos para qué sirve estudiar filosofía en la universidad, la repuesta es que desde luego no sirve para engordar la producción ni el consumo. El saber filosófico no muestra eficacia inmediata ni operatividad alguna. Pero es que la presencia de una asignatura en los planes de estudio no viene justificada por su nivel de eficacia, la cantidad de su demanda o por estar de moda en el ambiente social del momento.

Un estudiante

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