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Juego Motor

rurus30 de Octubre de 2014

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La infancia representa un largo período de desarrollo para el niño en todos los campos que integran al ser humano: cognitivo, motriz, afectivo, de la personalidad, la vida social y cultural.

El desarrollo estará marcado por etapas características y distintivas. El juego se ve afectado por estos cambios, en el largo camino hasta convertirse en el juego del adulto, pero a su vez el juego colaborará activamente en este desarrollo.

Navarro Adelantado hace referencia a la clasificación de estas etapas según Papalia:

• Desde el nacimiento hasta los 3 años

• Niñez temprana 3 a 6 años

• Niñez intermedia 6 a 12 años

DESARROLLO – JUEGO SON CONCEPTOS MUY RELACIONADOS

Aclaramos que a partir de aquí nos vamos a referir al

JUEGO INFANTIL DE CARÁCTER MOTOR

Es decir que, analizaremos como cambia la forma de jugar, conforme se desarrollan aspectos cognitivos y motrices, tendremos muy en cuenta que las manifestaciones lúdico motrices son una constante en la infancia, y que el juego motor es una parte muy importante e imprescindible en el desarrollo del niño.

La experiencia y la observación de niños en edades preescolares nos indican que los juegos inciden de manera muy positiva en el desarrollo de la psicomotricidad y la afectividad, dan información acerca del mundo exterior (cómo son las cosas, cómo se hacen, como se mueven los objetos, etc…), fomentan la génesis intelectual y ayudan al descubrimiento del sí mismo (de sus posibilidades, de susu limitaciones, de cómo se mueve su cuerpo, etc…). El juego supone un medio esencial de interacción con los iguales y, sobre todo, provoca el descubrimiento de nuevos sentimientos, sensaciones, emociones y deseos que van a estar presentes en muchos momentos del ciclo vital.

A pesar de las críticas que ha recibido desde distintos marcos teóricos, hemos optado por Piaget porque consideramos que es un clásico que ofrece una clasificación muy completa y una gran coherencia a la hora de explicar la génesis del juego infantil.

El ejercicio, el símbolo y la regla (según Piaget)

Piaget manifiesta que existen tres tipos de estructuras que caracterizan los juegos infantiles y que suponen el criterio a la hora de clasificarlos:

el ejercicio, el símbolo y la regla.

El juego de ejercicio es el primero en aparecer y abarca las actividades iniciales que el niño realiza con su cuerpo. Son los llamados juegos sensoriomotores que se caracterizan por la ausencia de símbolos y reglas y que en algunos aspectos se pueden considerar similares a la conducta animal, y corresponde a la etapa que transcurre desde los primeros meses hacia los dos años aproximadamente.

El símbolo requiere la representación de un objeto ausente. Su función principal es la realización de deseos y la resolución de conflictos y esto supone un cambio cualitativo muy importante en comparación con el placer que produce el ejercicio sensoriomotor. Este juego no aparece en la conducta animal y en los niños abarca desde los 2 años en adelante.

La regla implica relaciones sociales y una regularidad pactada por el grupo cuya violación es considerada como una falta.

Piaget considera que los tres tipos de juego corresponden a las estructuras de la génesis de la inteligencia (sensoriomotora, representativa y reflexiva).

1. EL JUEGO SENSORIO MOTOR

El Juego Sensorio Motor es también llamado por otros autores Juego Funcional, cuestionando el status de juego otorgado por Piaget, por el simple hecho de que no existe en este tipo de juego intensión ni capacidad de simbolizar, es decir que solamente se limitaría a proveer al niño esquemas motrices, y por lo tanto no sería realmente juego. Pero existen estudios realizados que sostienen que en este período, ya se presenta la permanencia del objeto y algún concepto de causalidad. También se discute sobre la imitación invisible (es decir la utilización que hace el niño de partes de su cuerpo que no ve). Estos estudios además dejan entrever que el niño en esta etapa, dispone de cierta memoria que aseguraría el reconocimiento de algo pasado, y que esta posibilidad (de utilizar la memoria) se potencia si ese objeto o momento o situación recordada le dio placer.

Desde los primeros meses, los niños repiten toda clase de movimientos y de gestos por puro placer, que sirven para consolidar lo adquirido. Les gusta esta repetición, el resultado inmediato y la diversidad de los efectos producidos. Estas acciones inciden generalmente sobre contenidos sensoriales y motores; son ejercicios simples o combinaciones de acciones con o sin un fin aparente. Soltar y recuperar el chupete, sacudir un objeto sonoro, emitir sonidos con su boca repetidamente, golpear un juguete con algún otro objeto... son acciones que constituirán juegos típico de un niño de pocos meses (6, 8, 10 meses), mientras que gatear, caminar, trepar, explorar su entorno, abrir y cerrar una puerta, serán juegos motores propios del final de este período. Estas conductas permiten descubrir por azar y reproducir de manera cada vez más voluntaria, secuencias visuales, sonoras y de tacto al igual que motrices. La actividad lúdica sensorio-motriz tiende principalmente hacia la satisfacción inmediata, el éxito de la acción y actúa esencialmente sobre acontecimientos y objetos reales por el placer de los resultados inmediatos.

Piaget explica en este período el concepto de “reacciones circulares” haciendo alusión a los procedimientos que aprende un niño para reproducir hechos interesantes o placenteros que en un comienzo descubrió por azar, y que repite infinidad de veces, hasta que otro objeto o acontecimiento distraiga su atención en otro sentido.Piaget le otorga a estas reacciones circulares cierta participación de la inteligencia y afirma que estas repeticiones favorecen el desarrollo cognitivo motor.

Pero entonces, : Qué son los Juegos Sensorio motrices o funcionales?

El niño desde que nace realiza de manera muy constante movimientos con su cuerpo que lo producen un gran placer. Igualmente, desde pequeño, intenta sostener, acercar o recoger los objetos más cercanos del mundo que le rodea. Entre los principales objetos por los que muestra un gran interés están los demás seres humanos con los que inicia los primeros juegos de interacción social. Al principio, el adulto es quien dirige el juego, pero en poco tiempo se invierten los papeles y es el niño el que sorprende al adulto proponiendo acciones por un momento.

Este juego predomina hasta el año y medio o dos años, que es cuando empieza a aparecer el juego simbólico.

El juego sensorio motor se inicia muy pronto y se desarrolla de modo muy similar en todas las culturas, independientemente de las particularidades de las mismas.

El niño juega con su cuerpo, succionándose el pulgar por ejemplo, manipulando objetos como sonajeros, animales de peluche, y diversos juguetes. Al final del primer año de vida, se siente por ejemplo, más inclinado a apretar los botones de un teléfono que simplemente a succionarlo o golpearlo, esperando el efecto de la acción realizada.

La aparición de la risa y la sonrisa pueden constituir señales obvias (aunque no esenciales) de una actividad lúdica. Ambas expresiones revelan muchas similitudes con el desarrollo del juego en etapas posteriores. A medida que el niño se va desarrollando también se amplían las situaciones en las que se produce la risa, siendo esta cada vez más variada. La risa y el juego se originan más fácilmente en condiciones de placer y bienestar.

Los niños que han logrado patrones o esquemas de acción los repiten por el simple gusto de hacerlo. Cuando los niños van creciendo, son capaces de combinar estos patrones y aplicarlos a una creciente variedad de objetos. El juego sensoriomotor no desaparece con el advenimiento del juego simbólico, sino que permanece como el fundamento de los más complejos tipos de juegos. El juego sensoriomotor da paso al juego simbólico, al desarrollarse la capacidad del niño para usar representaciones simbólicas.

En la etapa del juego simbólico, ellos pueden entonces pasar de las acciones centradas en ellos mismos a acciones atribuidas a otros. En este momento, los niños son capaces de comenzar a integrar significados simbólicos en secuencias, cada vez más complejas, de juegos que involucran la sustitución de objetos y el juego de roles.

ALGUNAS CARACTERÍSTICAS DEL JUEGO EN ESTA ETAPA:

• Hasta los 6 meses aprox: Los juegos se relacionan mucho con las funciones corporales, predomina la actividad física y el reconocimiento del cuerpo, surgen los juegos con objetos, sobre todo si presentan variedad de colores, movimientos y sonidos, que despierten la curiosidad y la atención sobre ellos.

• De 6 a 12 meses: Aparecen los juegos de exploración, la posibilidad de cambiar de posiciones, sentarse o trasladarse ( cuadrupedia, bipedestación) le dan la facultad de ampliar el mundo que los rodea y realizar todo tipo de manipulaciones de objetos.

• De 1 a 2 años: Surgen infinidad de juegos motores, muy variados, en acciones tales como arrastrar, empujar, traccionar, transportar, que contribuyen al conocimiento de sí mismos y del entorno inmediato que los rodea. Descubren sus posibilidades, hay una gran conquista motora. El aprendizaje del lenguaje potencia esta etapa, y posibilita la comunicación con los demás, los gestos y las expresiones.

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