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Educación por el movimiento: juegos motores en educación infantil


Enviado por   •  23 de Octubre de 2013  •  Tesis  •  2.708 Palabras (11 Páginas)  •  426 Visitas

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Educación por el movimiento: juegos motores en educación infantil

Orientador Escolar. Maestro de Educación Infantil por la UNED.

Maestro de Educación Física por la Universidad de La Laguna, Tenerife

Maestro de Audición y Lenguaje por la Universidad de Cádiz

Licenciado en Psicología por la Universidad de Granada

Licenciado en Psicopedagogía por la Universidad de Granada

José Rodríguez Ruiz

jrruiz67@gmail.com

(España)

Resumen

El juego y el movimiento constituyen dos rasgos inherentes al ser humano desde su nacimiento. El juego motor se perfila como una de las principales estrategias metodológicas de aprendizaje en la etapa de educación infantil, convirtiéndose en una fuente inagotable para el desarrollo de competencias, valores, actitudes y normas. La investigación-acción con nuestro alumnado puede convertirse en la mejor forma para el diseño, implementación y evaluación de juegos motores acordes con los objetivos y contenidos que nos proponemos en nuestros diseños curriculares de etapa. Los juegos pueden organizarse sistemáticamente en ficheros lúdicos en función de distintos parámetros.

Palabras clave: Juego. Juego motor. Estrategia de aprendizaje. Proyectos curriculares de etapa. Investigación-acción. Reflexión

http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 14 - Nº 141 - Febrero de 2010

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1. Justificación

El juego constituye una pauta de comportamiento universal en todas las culturas. Sus raíces son tan profundas en el tiempo que, para su explicación, es preciso no perder de vista, incluso, el comportamiento animal también caracterizado por el juego. Así, corrientes educativas derivadas de la Ilustración, de la Institución Libre de Enseñanza y de la Escuela Nueva, junto a las últimas reformas educativas llevadas a cabo en España (LOGSE, LOCE y LOE), tuvieron y tienen en el juego uno de sus principales medios educativos.

A lo largo de la historia, la literatura educativa ha ofrecido numerosas explicaciones acerca de la necesidad de jugar que tenemos tanto los adultos como los niños y niñas, desde su consideración como conducta atávica o forma de recapitulación de la filogénesis (Stanley Hall) hasta su efecto catártico o liberador de tensiones (Sigmund Freud). Otros autores, como Jean Piaget, Lev Vygostky, Fiedrich Fröebel y Ovidio Decroly, han destacado su papel como forma de aprendizaje, autoformación y crecimiento armónico.

En cuanto a la conceptualización del juego, también nos encontramos con un variado abanico de posibilidades. Ahora bien, la mayoría de las definiciones suelen incluir algunas de las siguientes características:

El juego es placentero, divertido, etc.

No tiene finalidades extrínsecas, sus motivaciones son intrínsecas.

Es espontáneo y voluntario.

Implica la participación activa de los jugadores y jugadoras.

Indirectamente supone un aprendizaje y forma de experimentación con la realidad.

El juego motor intenta alejarse lo menos posible de esas características, para no perder su esencia como juego, pudiéndose definir por tres rasgos fundamentales:

Su intencionalidad educativa. Busca el desarrollo de competencias, objetivos y contenidos relacionados con el desarrollo motor, socio-afectivo y cognitivo de los niños y niñas.

Su componente motórico, de movimiento. No se trata de un juego estático o de mesa, sino de un juego que pone en marcha los aspectos motrices de las personas, además de los afectivos y cognitivos.

Su finalidad última debe ser siempre el goce, la alegría y la diversión de los participantes.

En definitiva, este método de trabajo pretende utilizar el juego motor en la educación infantil desde una perspectiva educativa y formativa, sin renunciar nunca a sus aspectos más placenteros y divertidos.

Siguiendo a Bernard Aucouturier, trataremos de llegar a una comprensión global del niño y de la niña en la que la motricidad, la afectividad y el desarrollo cognitivo forman un todo dinámico que el profesorado estimula para que el desarrollo de su alumnado sea global y armónico.

Especialmente en la etapa infantil, el juego adquiere una importancia vital como estrategia metodológica por excelencia. Sin menoscabar la importancia del juego libre y espontáneo, pretendemos crear un fichero de juegos motores que nos garantice el trabajo adecuado de todos los aspectos del desarrollo motor (esquema corporal, lateralidad, tonicidad, etc.), afectivo-social (relaciones, autoconcepto, etc.), y cognitivo (conceptos espaciales, temporales, lógico-matemáticos, etc.), además de los contenidos que los diseños curriculares proponen para esta etapa, incluyendo la educación en valores, los temas transversales y la multiculturalidad.

Desde un punto de vista pedagógico, el momento educativo de los juegos motores suele y debe constituir para los niños/as de estas edades (3 a 6 años) una fuente inagotable de refuerzo y entusiasmo, que ayuda a la realización y refuerzo de otras actividades más sistematizadas y regladas (iniciación lecto-escritura, iniciación al cálculo, adquisición de hábitos, etc.).

No olvidamos tampoco que la denominada, por Jean Le Boulch, educación por el movimiento permite un aprendizaje más fácil de las habilidades básicas que el alumnado adquiere en la escuela (lecto-escritura, cálculo, etc.), además de constituir un excelente medio de intervención en niños y niñas con necesidades educativas específicas (intelectuales, sensoriales, físicas, afectivo-emocionales y socio-culturales).

En síntesis, el juego motor surge con la intención de convertirse, dentro de una perspectiva de trabajo globalizado, en un recurso didáctico

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