Juegos De Poder
vickhupe16 de Octubre de 2012
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Donde exista un conglomerado humano va a generarse conflictos, dadas las diferencias propias de los sujetos que lo conforman, y es el acuerdo o no entre ellos lo que incidirá en el crecimiento o deterioro de las relaciones interpersonales. Igualmente las relaciones de poder, parte inherente de las interrelaciones sociales, pueden ser factor impulsador de conflictos, considerando la asimetría existente en éstas, las condiciones de poder y liderazgo. La escuela que debe ser impulsadora de la convivencia armónica, ante la coexistencia en su seno, de sujetos que se diferencian por sus características sociales, ideológicas, religiosas, económicas… se convierte en un núcleo propicio, tanto para los conflictos como para las manifestaciones de poder.
En éste sentido, "El lugar del conflicto en la organización escolar", indica que las prácticas cotidianas escolares están en contacto permanente con posibles conflictos en torno al poder, de forma tanto explícita como oculta. Indicando el autor que éstas pueden girar entre otras fuentes por "Las alianzas, estrategias y tácticas que se ponen en juego para acceder al control del centro".
Dentro de ésta misma perspectiva, Nuñez en su trabajo titulado "Política y poder en la escuela media: disputas en torno a la participación juvenil, en el espacio escolar" tiene entre sus objetivos: Analizar el modo en el que los jóvenes se desenvuelven en el espacio escolar, igualmente indaga en relación a los distintos recursos con los que cuentan los actores educativos y a la relación entre juventud y poder, en un ámbito considerado central para la formación política de las nuevas generaciones. En función de esto el autor plantea que…
La escuela es de por sí un espacio de relaciones asimétricas entre jóvenes y adultos. Sin embargo, de manera sumamente paradójica, al mismo tiempo en que la autoridad pedagógica y la capacidad regulatoria de la escuela se erosiona, esto no es correlativo respecto del modo de distribución de las voces y del poder en el espacio escolar. En este caso, los adultos hegemonizan las decisiones, precisamente en un ámbito como el de la política, que podría pensarse más horizontal que en la enseñanza y el aprendizaje de los conocimientos.
En el contexto de lo planteado y siguiendo las ideas de Andretich en su trabajo "las Relaciones de Poder en la Escuela: Consideraciones para el Abordaje en Investigaciones" podría afirmarse que algunos ven el poder como un recurso, en palabras de la autora , "como algo que uno posee, mientras que otros lo ven como "una relación caracterizada por algún tipo de dependencia, es decir, como una influencia sobre algo o alguien" Plantea la autora que esta podría ser la primera ruptura en el concepto; sin embargo, es posible considerar que las dos concepciones están estrechamente vinculadas cuando se establece una relación donde uno posee el recurso del poder y el otro se encuentra en una situación de subordinación formal o por "carencia personal" es decir por no poseer las competencias o actitudes requeridas. Igualmente plantea Andretich que si se acepta que "el poder no es una cosa sino una relación social", se puede pensar en cambiar las relaciones sociales y en edificar nuevas relaciones sociales.
En el caso de la escuela, podría hablarse de relaciones horizontales, sin olvidar que existen factores que generan desequilibro en las relaciones de fuerza, siendo importante cuidar los factores que puedan desvirtuar esto y visualizar a futuro "lo que se puede y debe hacer" no quedándose solo en el pensamiento, sino motorizando acciones para convertir los sueños en realidades.
En relación al conflicto y considerando este como positivo y necesario para el avance de las instituciones escolares, se cree que es necesario administrar los conflictos producidos en la escuela, convirtiéndose esto en un reto a ser asumido por toda la sociedad, pero que afecta directamente a los docentes, debiendo estos poseer cualidades y habilidades cognitivas, afectivas y prácticas, para afrontar las diversas situaciones conflictivas generadas en las instituciones educativas, requiriendo conocer tanto la institución y el grupo, para poder saber que hacer, y como actuar.
Sin embargo la realidad señala que las relaciones de conflicto e intolerancia coexisten en las aulas de clases, como lo subraya Vidal cuando plantea que: durante mucho tiempo una gran cantidad de profesores esgrimieron como "metodología docente" la prepotencia que les brindaba el conocimiento y la intimidación que ejercían desde el pedestal de su jerarquía académica.
Lo reseñado por los autores, puede considerarse como indicadores de la existencia de una crisis manifestada en la escuela, en episodios de violencia que pueden tener como denominador común, la existencia de conflictos interpersonales, no resueltos, que han ido degenerando y agravándose hasta el punto de usar la violencia, como un proceso destructivo y totalmente negativo para el grupo. De esta consideración se deriva la negatividad intrínseca de la violencia haciéndose imperativo que el educador reconvierta el conflicto, regulándolo de forma creativa, siendo capaz de desarrollar el tratamiento positivo del mismo y dar lugar a la construcción de experiencias significativas.
La experiencia en la evolución de la institución educativa, la ha puesto en el lugar de la normatización de la vida de quienes allí concurren, operando como una forma de control social que no permite la construcción de identidades ni la constitución de sujetos –reconocimiento de si mismo con relación al otro- capaces de avanzar en la convergencia de los intereses, necesidades y expectativas de éstos en las relaciones que se producen. El conflicto escolar como uno de los componentes dinamizadores del proceso de formación en la Escuela, es necesario, en primer lugar, reconocerlo y asumirlo como parte constitutiva de la vida escolar, y en segundo lugar, plantear su interpretación tratamiento y transformación, en un horizonte de construcción de ámbitos y sujetos para la concreción de los fines de la educación. Es indispensable entonces, comprender el conflicto en un marco general, y precisarlo en el ámbito escolar como campo de reflexión
Considerando el ser del Problema, el sistema educativo tiene la responsabilidad de formar personas con valores Cívicos y de Ciudadanía, eso exige, no sólo replantearse las prácticas educativas que acompañan la actividad docente, sino también retomar Misión de la Escuela Educar para la Paz, formando en el respeto, la tolerancia, la cooperación, solidaridad, compromiso, y la aceptación del otro, función esta debe ser impulsada por los docentes.
Fundamentos teóricos
Forma de Manifestación de Poder:
En relación al poder del docente, Espot argumenta que "…es el reconocimiento social que tiene el profesorado, y que le ha sido otorgado por la sociedad, para influir en la conducta y actitudes de sus estudiantes". Concordando con lo manifestado y considerando que en periodos pasados estaba garantizado que el docente tenía asegurado el lugar del saber y el poder, es oportuno lo reseñado por Sánchez , quien formula:
Hasta hace unos años podría decirse que padres y docentes personificaban para el alumno la autoridad conferida por la sociedad. Últimamente, tanto docentes como padres plantean que sus alumnos o hijos no los respetan, manifestando su impotencia para transmitir las enseñanzas y directivas correspondientes. A veces, algunos docentes temen caer en posiciones autoritarias confundiendo autoritarismo con autoridad. Sin embargo el autoritarismo se manifiesta como defecto en el ejercicio del poder, pues se basa en un poder arbitrario donde alguien se erige en el lugar de la Ley. El docente autoritario sitúa su práctica en el eje dominación-omnipotencia, es decir, intenta dirigir esperando solo sumisión y obediencia, desconociendo al alumno en su alteridad. Uno de los recursos más utilizado por un docente autoritario suele ser la intimación que puede generar tanto, miedo a la sanción disciplinaria, a repetir de grado, como por el contrario, generar ira, desobediencias o actos de violencia.
Lo que lleva a considerar la necesidad de establecer diferencias y la vinculación existente entre Poder y Autoridad, concebida esta como el ejercicio positivo del poder y a través del ejercicio de éste, la capacidad de influir positivamente y ser seguidos por los estudiantes, es esta condición la que le otorga legitimidad y le confiere poder, no solo para ser obedecidos, sino para ser reconocidos en el ejercicio de la autoridad que le permita ayudar a crecer respetando al otro, en los procesos de interacción; planteamiento este que lo ratifica; igualmente Elmore hace énfasis en que la autoridad es el poder legitimo que tiene el docente para ayudar al educando a crecer y desarrollar su conocimiento.
Puede observarse en las definiciones dadas por los diferentes autores, la vinculación existente entre autoridad y poder, es por ello oportuno establecer la forma en que se manifiesta el poder en los procesos de interacción docente – estudiante, para ello se consideró el estudio clásico de French y Raven en 1959 donde se identificó las cinco bases o fuentes de poder que un individuo tiene sobre otros, categorizados de la siguiente manera: Poder Legitimo, Poder Coercitivo, Poder de Reconocimiento o Recompensa, Poder de la Experiencia y del Conocimiento, Poder de Referencia.
Poder Legitimo:
La literatura relacionada con el Poder, siempre lo ha vinculado con lo formal, con la posición que se tiene dentro de una jerarquía y es considerado como el que se recibe con el "puesto
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