Los Juegos Del Poder

“Promesas, formalismo y frustración” y “Poder”, Transes y empantanamiento.

Promesas, formalismo y frustración:

La función principal de las instituciones en la sociedad es reducir la incertidumbre estableciendo una estructura estable de la interacción humana. La firma de la alianza por la calidad de la educación, en lugar de reducir la incertidumbre de los actores del sistema educativo mexicano, introdujo elementos que vulneran la legitimidad del Estado, al pactar con entes corporativos cumplir lo que son sus obligaciones constitucionales. Por lo tanto la ACE no es la formulación de un cambio institucional para el aprovechamiento de la educación, sino de fortalecimiento del grupo hegemónico del SNTE y el conjunto de relaciones clientelares que le permiten mantener su poder.

Participación Social: Reforma y denuncia

En los hechos, aunque no en los dichos, las autoridades aplauden la participación social cómoda, la que apoya sus propuestas, mientras que el SNTE la repudia, aunque tenga que tolerar cierta interferencia en aras de buscar legitimidad. Grupos de invitados pero no incluidos bregaban por hacer real la llamada a la sociedad a que participara y Organizaciones civiles se adjudicaron el papel de vigilar que se cumplieran las promesas que hicieron el gobierno y el SNTE al firmar la ACE. Estas asociaciones no se conforman con hacer propuestas y organizar foros, pretender obtener otro lugar en las negociaciones que afectan a todo el país, pero que monopolizan dos actores.

El contrato:

El primer eje de la ACE, “Modernización de los centros escolares”, se pactó elaborar tres programas: Infraestructura y equipamiento: Tecnologías de la información y la comunicación; y Gestión y participación social.

Otro eje de la “modernización” planteada fue fomentar mecanismos participativos de gestión escolar mediante los Consejos de participación social, mas se le colocan límites burocráticos.

Eso fue en 1993, pero en la administración de la educación básica continúa siendo monopolio de la burocracia, colonizada por los cuadros del SNTE, mientras la participación social se esquiva en la práctica. El ACE es un contrato entre dos actores, le resta certidumbre y confianza.

Infraestructura y equipo: cargos de legitimidad

En 2007 la SEP había identificado que un porcentaje elevado de esas escuelas se encontraban en una situación pésima, considerando el estado de los muros. Techos y aulas. El censo de Infraestructura Escolar de 2007, presentó ese diagnóstico desencarnado.

Los informes que rinde la ACE cada mes y los balances al 15 de mayo de 2009 y 2010, reflejan avances en ese renglón. Las acciones a que se refiere el informe parecen pequeñas, mas acaso la sociedad acuse de recibo de ellas instalación de sanitarios, pintura de edificios, impermeabilizantes o adquisición de mobiliario.

Todo con inversión pública, pero el crédito se otorga también al sindicato que no aportó nada, mientras no se menciona lo que pagaron los gobiernos estatales. Parece que el Estado, le quiere transferir legitimidad al SNTE. Lo hace también cuando informa de los avances en el equipamiento de la con aulas telemáticas. La compra de 300 000 computadoras parta maestros realizadas por medios chapuceros, fue con cargo a la legitimidad de la SEP y una ganancia neta para el SNTE, El secretario Lujambio accedió a liberar a favor del SNTE 2 200 millones de pesos del Programa de Tecnologías Educativas, que eran recursos federales, no se realizo una licitación pública para la adquisición de los equipos, se realizó fuera de la norma.

Cascarones huecos:

En el punto 3 de la ACE, “Gestión y participación social”, se supone en el centro de las propuestas de reforma educativa: dotar de autonomía a las escuelas e invitar a las comunidades a participar en su gobierno. El modelo de Gestión Educativa Estratégica para “Colocar a la comunidad escolar en el centro de la atención de las políticas educativas” e “Involucrar a la comunidad en los procesos de mejoramiento de los centros escolares”

La idea de mejorar la administración escolar y contribuir a elevar la calidad mediante la autonomía y liderazgo de los directores. Esa premisa pasó por el “Proyecto escolar”, Vicente Fox le inyectó más recursos y conformó el Programa Escuelas de Calidad. No hay razones para pensar que la ACE logrará revertir la tendencia centralista y cerrada de las escuelas mexicanas.

Con la Constitución formal de los CPS se han convertido en cascarones huecos, la mayoría se crearon sin sustancia ni participación comunitaria real más allá de lagunas madres de familia entusiastas, no tienen éxito, no hay incentivo poderoso para que las autoridades estatales actúen y al final, la tarea de organización, control y registro de lo que acuerden esos consejos, recaerá en los directores de las escuelas.

La segunda propuesta; se trata de que las comunidades participen en los procesos de mejora de los centros escolares. Es una función que ya realizan los pares de familia

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