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LA ACCIÓN TUTORIAL EN EDUCACIÓN A TRAVÉS DE LA HISTORIA


Enviado por   •  13 de Febrero de 2014  •  1.063 Palabras (5 Páginas)  •  328 Visitas

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La acción tutorial en educación a través de la historia.

Por Juan Pérez Medina

Etimológicamente la palabra tutor proviene del verbo tueor, que quiere decir tener la vista en, contemplar, mirar, ver, tener los ojos puestos en, velar por, proteger, defender o salvaguardar. De lo que se entiende que un tutor es aquella persona que ejerce la tutela. Siguiendo con esta definición, la labor del tutor es aquella que se dedica a garantizar la protección o el cuidado de otro cuando ese otro no cuenta aún con las condiciones físicas, intelectuales, ni legales para hacerlo por su cuenta. Por lo que la acción tutora es aquella que se realiza entre el tutor y su protegido, que además llega a ser su discípulo, puesto que al atenderlo en su desarrollo, no lo hace solo garantizándole la vida, sino que además, hace lo necesario para prepararlo para ella. Dicho de otra manera, el tutor es además de protector maestro y educador que enseña a su discípulo a aprender a su lado.

La tutoría, por tanto, como puede suponerse no es una novedad, ya que desde siempre los adultos han tratado de trasmitir los saberes que posee la sociedad a la que pertenece a los niños y jóvenes. Ya desde los griegos existían actividades educativas orientadoras que realizaban los tutores, quienes lo hacían siempre al lado del niño u joven, en un proceso de acompañamiento y aprendizaje. La idea, de acuerdo con el pensamiento socrático, era el de provocar al discípulo para que saque los conocimientos desde el fondo de su alma. En la antigua Grecia, a partir del método socrático, maestro y alumno discernían sobre un problema a través de preguntas que concluían en una afirmación o negación final.

A través de la historia, la labor tutorial ha sido relevante en la educación. Así lo dejan ver las diversas fuentes a través de la literatura histórica existente al respecto.

En la ápoca de la educación monástica, que apareció en el siglo lV, y que estaba dedicada a trasmitir y conservar la cultura grecorromana, la actividad docente se desarrollaba de manera personal entre alumno y maestro, en donde el primero debía ser un hombre moral y científicamente preparado, ya que el formar requería prudencia en las palabras y riqueza en el conocimiento; tal y como lo describe Santo Tomás de Aquino (1935) en sus sugerencias pedagógicas basadas en el conocimiento y desarrollo de las potencialidades humanas. Era una educación basada fundamentalmente en las enseñanzas morales.

No es hasta los siglos XIV y XV, en que la figura del tutor comienza a popularizarse en Europa entre la clase alta, que consideraba al docente como quien sustituye al padre en la tarea de instrucción de sus hijos. En esta época, el padre elegía al educador quien se encargaba de la instrucción de los hijos en la casa de aquel y bajo su vigilancia.

Para el siglo XVII la crisis económica, política y social trae consigo un periodo de decadencia que afecta al sistema educativo, así la educación se convierte en un privilegio de las clases altas. Sin embargo, es la iglesia quien asume el monopolio de la educación y quien se encarga de introducir innovaciones a la enseñanza al editar los primeros manuales y utilizar planas, muestrarios y abecedarios en la práctica pedagógica. De esta época, destaca Juan Amós Comenio quien consideró que el maestro, además de preocuparse por estimular al niño para que adquiera más conocimientos y sea capaz de aprender por sí solo, debe ser un modelo a seguir por sus alumnos.

Más tarde, en el siglo XVIII, aparecen las ideas naturalistas y en materia educativa es Juan Enrique Pestalozzi quien se refiere a ellas, afirmando que la educación sólo se podía llevar a cabo en armonía con la naturaleza. Aquí la labor del docente debe centrarse en las necesidades del alumno/a. El maestro, en su acción tutorial, “hace las veces de padre frente a sus discípulos.” (Díaz, Alfredo,1986)

En el camino de la historia, la función tutorial fue tomando mayor relevancia, hasta alcanzar en el siglo XX presencia en las instituciones con un rol más intencional y técnico. De esta manera, la acción tutorial se reflejó en los planes y programas de estudio y en las normas o leyes educativas, sobre todo, a partir de 1950. En la escuela secundaria, considerada como el espacio en donde los adolescentes definen sus intereses formativos y su orientación vocacional o laboral, junto con la consolidación del carácter, se desarrolló la función del orientador vocacional, quien se encargaba de auxiliar a los alumnos para orientarlos hacia el estudio y hacia sus intereses, sin dejar de lado el necesario apoyo ante situaciones problemáticas psicológicas y afectivas. La labor de los orientadores se expresó en el currículo como una más de las asignaturas o áreas de aprendizaje, que contribuye a desarrollar y potenciar las capacidades básicas de los alumnos orientándolos para conseguir su maduración y autonomía y ayudarlos a tomar decisiones.

Actualmente, la labor tutorial se ha redimensionado y se habla de una nueva etapa para este siglo XXI, la cual se caracteriza por ser una acción sistemática, específica concretada en un tiempo y un espacio en la que el alumno recibe una atención individual y grupal, considerándose como una acción personalizada. Por lo que realizar la tutoría en educación es, según Arnaiz e Isus (1995), "la capacidad que tiene todo docente de ponerse al lado del alumno, de sufrir con él los procesos de alumbramiento conceptual, de ayudarle a resolver sus problemas personales, de aprendizaje, de autonomía-dependencia, de relación".

Finalmente, como lo hemos visto, las características de la acción tutorial dependen del contexto histórico social en la que se desarrolla. De acuerdo con la realidad social concreta, el papel del tutor asume ciertas connotaciones, por lo que sus funciones no son estáticas, sino que observan “modificaciones como consecuencia del influjo que sobre ellas ejercen las instituciones como sistemas sociales que también son realidades dinámicas sujetas a diversas transformaciones.” (Menchén, Francisco,1999).

Bibliografía

De Aquino, Santo Tomás. (1935) De Magistro. Traducción de Leonardo Van Ackel. Editorial Odeón. Sao Paulo.

Díaz González I. Alfredo, (1986) Pestalozzi y las bases de la educación moderna, Ed. SEP/El Caballito, México.

Menchén B. Francisco, (1999). El tutor, dimensión histórica, social y educativa, Ed. CCS, Madrid

Universidad Complutense de Madrid, Función de la Orientación y de la Tutoría en la Educación Secundaria en España, España, [en línea] Disponible en http://eprints.ucm.es/tesis/19911996/S/5/S5004501.pdf [12 de agosto 2012]

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