LA ACTITUD DEL DOCENTE EN EL DESARROLLO DE LA AFECTIVIDAD DEL NIÑO PREESCOLAR.

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TITULO:

            LA ACTITUD DEL DOCENTE EN EL DESARROLLO DE LA AFECTIVIDAD DEL NIÑO PREESCOLAR.

PROFESOR:

                     RITA  RIVERA SANDOVAL.

ALUMNO:

            CAROLINA GÓMEZ MENDOZA.

CORREO ELECTRONICO:

          CAR17GOMEZ@HOTMAIL.COM

MEXICO D. F., A  31  DE OCTUBRE DE 2015.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

En el  Jardín de Niños “Kantunil”, ubicado en la delegación Tlalpan del D. F., se puede observar  que se presentan ciertas conductas en los niños, que a su vez propicia llevar a cabo la investigación.

La actitud del docente es un factor importante que influye en la campo de desarrollo personal y social del niño, la cual se debe tener presente, tomando en cuenta que en el nivel preescolar se fortalece ésta, ya que es reforzada y estimulada en la jornada de trabajo por medio de la actitud del docente.

Las relaciones de afecto son de gran importancia en la interrelación del ser humano en torno a su mundo social, es por ello que surge la inquietud de abordar este tema ya que por medio de las prácticas educativas se observan en los niños diferentes conductas, las cuales son; falta de cooperación, no manifiestan ni expresan emociones, no deciden por si solos, etc.

De esta problemática surge la siguiente interrogante: ¿De qué manera influye la actitud del docente en el desarrollo personal del niño preescolar?

JUSTIFICACIÓN

Dada la importancia que tiene para todo ser humano el manifestar y demostrar sus emociones y sentimientos como una forma de expresar su ser y sentir, se hace necesario, dentro del desarrollo integral del preescolar, prestar especial atención al logro de una estabilidad emocional que le permita ser congruente consigo mismo y con los demás. Al considerar que esta dimensión está referida a las relaciones de afecto que se da entre el niño, sus padres, hermanos y familiares con quienes establece sus primeras formas de relación, más adelante se amplía su mundo al ingresar al Jardín de Niños, al interactuar con otros niños, docentes y adultos de su comunidad.

Las bases del desarrollo son dadas por la familia, la dimensión afectiva no es la excepción de los padres o cuidadores los cimientos para hacer del niño un ser que pueda actuar por sí mismo, con todo lo que ello implica, ya que el niño convive, crece y se comunica con los que la conforman y a ella le corresponde el derecho y deber de educarlo. Cada familia está integrada por un grupo de individuos que conviven en algunos momentos de sus vidas y realizan un conjunto de funciones sociales y personales. De estas relaciones diarias se va forjando un equilibrio emocional en los pequeños.

Esta ampliación del mundo y las interacciones que le ofrece el Jardín de Niños, es lo que le permitirá al preescolar experimentar diversas situaciones, conocer diferentes esquemas, convivir con variados contextos entre mezclar sus experiencias con las de otros, lográndose así una diversidad de criterios que conformarán el desarrollo del infante.

Es de suma importancia que el niño sea capaz de expresar ideas, sentimientos, emociones, se sienta seguro de sí mismo y tenga confianza en que coopere y participe en actividades y tareas que se le presentan, todo ello de manera gradual y progresiva, y para ello, es necesario que dentro del salón de clases se le ofrezca suficientes situaciones  que le vayan acercando a esté objetivo.

La función de la educadora es entonces, la de propiciar toda una gama de experiencias que le permitían al párvulo experimentar diversidad  situaciones para que con ello forje su criterio al extraer experiencias significativas de los aprendizajes. Entre mayor y variado sea el número de estas experiencias, mejores oportunidades tendrán los pequeños de ir creciendo y desarrollándose de manera integral, sin embargo no debemos olvidar que independiente de las oportunidades de aprendizaje que ofrezca la docente, es importante también el clima que prevalezca en el aula.

Si consideramos al jardín de Niños como el primer nivel educativo al que el niño asiste, debemos considerar también que es su primera experiencia “fuera de casa”, por lo que implica un proceso de adaptación que en ocasiones es difícil para los infantes. Es precisamente aquí en donde la educadora juega un papel preponderante en el logro de los objetivos marcados por la institución.

Por un lado es necesario que logre una adecuada y pronta adaptación y por el otro, es necesario que cree un ambiente de confianza y seguridad que permitan a los niños trabajar en forma eficiente y significativa. “El educador debe proporcionar un ambiente estimulante hacia los niños,  para lograr sus propósitos con gran éxito. El educador debe ser auténtico y proporcionar una relación personal sincera con el niño para crear lazos de afecto, aceptación y así fundamentar en el respeto”.

Es por ello que desde el primer contacto que tiene la educadora con el grupo debe crear un ambiente familiar, agradable, armonioso, de respeto a la individualidad y regido por la actividad y la libertad para que pueda permitir un desarrollo intelectual y funcional evitando actitudes que interfieran con  el desarrollo del preescolar. Este se va ir dando poco a poco conforma a la actitud que el docente emplee en la mañana de trabajo, como la accesibilidad, permisividad, comunicación, entre otras, ya que de lo contrario se repercutirá significativamente los aspectos de la dimensión afectiva.

                                                   Formulación de Objetivos:

Objetivo General.

Analizar la importancia y la influencia que tiene la actividad del docente en el desarrollo de la dimensión afectiva del niño preescolar.

Objetivos Específicos.

*Exponer la problemática e investigar para desarrollar un enfoque documental y de campo

*Desarrollar una investigación documental, que permita reunir los elementos teóricos.

*Elaborar un marco teórico que permita sustentar adecuadamente la investigación.

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