LA EDUCACIÓN EN EL DESARROLLO HISTORICO DE MEXICO I

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INSTITUTO ESTATAL DE EDUCACIÓN PÚBLICA DE OAXACA

                  ESCUELA NORMAL DE EDUCACIÓN ESPECIAL DE OAXACA

LICENCIATURA EN EDUCACION ESPECIAL

DOCENTE:

L.C.C. SAMUEL ZENTENO JUAREZ

ASIGNATURA:

LA EDUCACIÓN EN EL DESARROLLO HISTORICO DE MEXICO I

BLOQUE II:

DE LA EDUCACIÓN EN EL SIGLO XIX (1821-1867), HASTA EL PERIODO DE 1867- 1910

ALUMNO:

SERGIO VÁZQUEZ VÁZQUEZ

ÁREA:

AUDITIVA Y DE LENGUAJE

SEMESTRE:

SEGUNDO SEMESTRE

N. DE LISTA

28

OAXACA DE JUAREZ OAX. DOLORES AMPLIACIÓN

PELÍCULA “SIMITRIO”

La trama gira en torno a un profesor normalista de escuela rural con muchos años de servicio que por su avanzada edad presenta problemas visuales muy graves, lo cual dificulta que siga ejerciendo su práctica educativa de forma eficaz, sin embargo, pese a ello, las condiciones económicas en que vive y las dificultades que se le presentan el sigue teniendo igual o más vocación que cuando comenzó a impartir clases y el pueblo valora todo lo que el maestro les enseñó y lo admiran y respetan.

La escuela aunque en buenas condiciones se encuentra algo maltratada. El mobiliario responde a la época, los materiales que utilizan los niños no son variados y aunque el profesor da muestra de incansable amor por enseñar ya no se encuentra en la posibilidad de hacerlo óptimamente y por eso es que los niños bribones se aprovechan para hacerle maldades.

Al tratarse de una zona rural, la población que atiende es multigrado y solo de varones, en la película se observa como el maestro Cipriano gradúa las actividades. Los contenidos van desde matemáticas, gramática, apreciación y expresión musical y conocimientos de geografía…

La historia expone el como un grupo de niños traviesos, irrespetuosos e ingeniosos se aprovechan de la discapacidad visual que presenta Don Cipriano para hacer travesuras. Los bribones se escudan en el nombre de un niño que no asiste a la escuela, pero que sí fue inscrito a la primaria.

Las travesuras van desde poner en la cabeza del profesor un globo con agua, voltear la silla de su caballo, hasta aventar su ropa y dejarlo desnudo dentro del río. Pesé a todas estas jugarretas don Cipriano trata de ver lo positivo en esta capacidad que muestra “Simitrio” al mismo tiempo que es consciente de la edad en la que se encuentran y los niños y su necesidad imperiosa por estar en movimiento.

Al principio trata de tomar las cosas con mayor paciencia, motivar a “Simitrio” para que enfoque sus habilidades en aspectos positivos, pero después es presa de la desesperación, la tristeza y la frustración al no conseguir que esta situación cambie.

Con todo y todo aprende a querer a éste personaje que inventaron los niños más que por significarle un reto, por ser un niño muy especial, que guiar, aconsejar y brindar cariño.

Los niños, aunque al principio se sienten felices y orgullosos por hacer renegar a Don Cipriano, más tarde comienzan a reflexionar cuando Luis le regresa al profesor la ropa que arrojaron los demás niños en nombre de “Simitrio”, le pide disculpas y frente a los demás promete no volver a hacerle travesuras.

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