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LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO ENSEÑANZA APRENDIZAJE


Enviado por   •  21 de Noviembre de 2014  •  2.357 Palabras (10 Páginas)  •  215 Visitas

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LA EVALUACIÓN EN EL PROCESO ENSEÑANZA APRENDIZAJE

Introducción

A lo largo del tiempo la idea de evaluación educativa se presta a manera de confusión, pues a menudo se presenta como el medio para medir el rendimiento del alumno, para calificar el desempeño del docente o para premiar a los mejores.

En la mente de los profesores y alumnos, la evaluación es vista como una forma de poder, una clasificación entre los alumnos destacados e irregulares, como un castigo o evaluar la calidad académica.

"¿Cuánto vale el exámen?", "¡otra evaluación más!; ¡de tin marin!", "¿es anónima la encuesta o tenemos que poner nombre?", "¡ahora si voy a reprobar!", "el examen contenía muchas cosas que ni vimos en clase". Éstas y muchas otras expresiones más son frecuentes en los ambientes educativos y reflejan el pensar y el sentir de la comunidad educativa como lo son los alumnos, profesores y directivos.

Actualmente se ha comenzado a integrar al currículum otros principios de medir la evaluación en los alumnos, la cual es integral debido a que fusiona el aprendizaje a las diversas habilidades, aptitudes y destrezas de los educandos. Teniendo como objetivo principal desarrollar cognitivamente y prácticamente el rendimiento del alumno, dejando de lado la medición cuantitativa de resultados.

Es muy interesante revisar los inicios de la evaluación que se le denomina la época de los Precedentes o Antecedentes, en donde encontramos la denominada época antigua cuya característica es: el uso de procedimientos instructivos basados en referentes implícitos sin teoría alguna para valorar, vivencias y seleccionar estudiantes.

[W. Tyler:1990] “Siempre que haya educación, habrá un plan de estudios”

Tyler da vuelta al paradigma que sostenía que medición y evaluación eran conceptos intercambiables. Es considerado el padre de la Evaluación, pasa a un primer plano a la evaluación, pasando la medición a un segundo término.

Es el primero que da una visión metódica de la evaluación, con la necesidad de plantear una evaluación científica que sirva para perfeccionar la calidad de la educación, para lo que expone en el año 1950 la idea de “curriculum”, integrando en él su método sistemático de evaluación educativa como proceso surgido para determinar en qué medida han sido alcanzados los objetivos establecidos.

Hoy en día la evaluación es considerada como un proceso dinámico, abierto y contextualizado, el cual se desarrolla a lo largo de un tiempo, que tiene como objetivo el aprendizaje del alumno. La evaluación cuenta con 3 características esenciales las cuales son: obtener información, formular juicios de valor y tomar decisiones. Los ejecutores importantes para que este fenómeno se cumpla son los profesores, educandos y la administración educativa.

Por lo tanto la evaluación tiene como principal objetivo cumplir con el proceso de E-A, buscando los medios necesarios para mejorarlo y basarlo en las necesidades de los estudiantes. Para poder cumplir este proceso es necesario que el docente aplique dicho concepto en base a una visión formativa o educativa y no como un instrumento de selección.

[Vilamitjana: 2001: 12] “La evaluación se ha convertido en la clave que facilita la comunicación entre el docente y el alumno, es decir, en vehículo para la aproximación progresiva de las representaciones sobre los contenidos del aprendiz y su maestro”

Una práctica reiterada en el ámbito nacional, por ejemplo, ha sido la asociación de la evaluación de los docentes con estímulos económicos, lo que conlleva que si la evaluación del maestro o la escuela depende de los resultados obtenidos por los alumnos en una prueba de gran escala, las actividades programadas se reducen considerablemente para asegurar que las calificaciones sean favorables.

Dejando de lado la comunicación multidireccional que debe existir entre el docente y su alumno, puesto que si existiera una didáctica de trabajo la relación que existiría en ellos, seria de trabajo en equipo con el fin de cumplir sus objetivos y metas en común. El encuentro didáctico requiere necesariamente del dialogo, la intercomunicación y la interacción entre ambas partes.

Como consecuencia de esta situación, la primera tarea de un evaluador debe ser identificar y conservar valores éticos que lo rigen como profesionista.

La evaluación del desempeño docente debe contribuir a la clarificación del modelo adoptado sobre qué es enseñar y qué es aprender en cada uno de los escenarios escolares, marcados en gran medida por las características de quienes experimentan la vivencia escolar: niños pequeños o mayores, adolescentes, jóvenes o adultos; asimismo, debe propiciar un ejercicio intelectual de definición de las funciones que se espera que cubran idealmente los docentes.

Sin embargo no debemos olvidar que otro ejecutor importante de este proceso, es el alumno pues es quien tiene como meta obtener resultados satisfactorios en el momento en que se presente la aplicación de la evaluación.

El alumno como tal tiene derechos y deberes. Derecho a aprender, a que le expliquen lo que no entiende, a proponer, debatir y no estar de acuerdo, siempre que lo haga con términos y modales adecuados al ámbito académico. Tiene que respetar la autoridad del docente, tratándolo como adulto que está al frente de la clase y no dirigirse a él como si fuera un compañero y acatar las reglas de convivencia que democráticamente se establecieron.

Después de haber definido la palabra evaluación y haber analizado acerca del papel que juega el profesor y el alumno debes comprender en qué momento se debe evaluar y porqué.

¿CUÁNDO EVALUAR?

La evaluación de la intervención educativa debe ser continua y, por tanto, conviene tomar datos a lo largo del proceso para hacer los cambios pertinentes en el momento adecuado.

No obstante, dadas las características de los diferentes momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje y de los documentos en que se plasman, hay momentos especialmente indicados para recoger información que sirve de base para la evaluación, además de los que obligatoriamente dictaminen las Administraciones Educativas.

Para que los criterios de evaluación puedan cumplir con su función formativa es preciso disponer de puntos de referencia secuenciados que puedan ser utilizados desde el comienzo del proceso, de modo que puedan identificarse posibles dificultades de aprendizaje antes de que se acumulen retrasos importantes.

Cabe mencionar tres momentos complementarios y cumbres en los que se

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