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LAS 48 LEYES DEL PODER. ANÁLISIS 1 AL 24

DanuFC13 de Febrero de 2014

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ACERCA DEL LIBRO

“Las 48 Leyes del Poder”, libro escrito por Robert Greene, desde mi punto de vista, tiene la intención de servir como guía para todos aquellos que quieren o queremos lograr objetivos y metas, en el área que se desee. Hace uso de breves historias haciendo énfasis en la antigüedad de cada Ley demostrando cómo se han utilizado en las diferentes etapas históricas.

Hablando en términos sociales, politicos y organizacionales, al aplicar estas leyes pueden surgir efectos negativos si no se encuentra un equilibrio entre el cómo, cuándo, qué y a quién.

El libro habla de PODER, y al leer esta palabra uno puede llegar a una falsa conclusion de que se puede llegar a la meta con poseer dinero, fama, un duro carácter, etc. como queriendo causar temor; sin embargo, es todo lo contrario, ya que no se trata de hacer menos a los demás sino, más bien, de medirse en cuanto a actitudes, destrezas, etc. así como también a detectar cuándo, cómo y con quién poder destacarse, buscando influir en los demás de una manera sutil.

El Autor busca llamar la atención con las historias, pero no cualquier historia. Realizó una recopilación de acontecimientos, que más allá de ser de hace miles de años, son de personajes ilustres como: Galileo, Nicolás Maquiavelo, Napoleón Bonaparte, entre otros que de una manera u otra, han sido reconocidos a través del paso del tiempo y que alcanzaron el poder y lo supieron manejar inteligentemente, y así como aquellos que al entrar en desesperación solo encontraron la ruina.

Greene señala que el libro puede ser leído y usado de diversas formas, en donde el lector puede identificarse, por ejemplo: dentro de su área de trabajo, con sus amistades, etc.

Ley 1. No le haga sombra a su amo.

Esta ley se refiere a la inseguridad e incomodidad, no de uno mismo, sino a la que uno puede causar a los demás, sobre todo a sus superiores (por ejemplo a los jefes). Esta inseguridad que uno genera en un tercero se debe a las destrezas, actitudes y aptitudes que uno posee y que generan atracciones de otras personas provocando el aislamiento de aquella se supone es el centro de atención, lo que provica que esta se sienta amenazada y debido a la posición o mando que posee, toma preventivas en contra de aquella que lo opaca.

Sin embargo, Greene señala que hay personas que no saben que con su sola presencia generan esa incomodidad en la persona que posee un puesto o un nivel mayor.

A nivel empresarial, pienso que se podría referir a un jefe directo, el cual se podría sentir amenazado si uno muestra mayor destreza, mayor capacidad que él, esto puede provocar que genere algún comportamiento exigente, retador que ponga a prueba esa capacidad y en el menor error buscar justificante para reprimirle e incluso buscar su baja o renuncia.

Para evitar este tipo de problemas, Greene habla de ser complaciente, de no “quitarle su brillo al superior”, es más, habla de hacerlo brillar aún más y una de las estrategias que menciona es pedir de su apoyo aún así se conozca la solución; es decir, no hacerle a un lado, o como comúnmente se dice: “No saltarlo”.

Habla igual de que hay que saber detectar cuando esa persona que tiene un mayor nivel se siente confiada del puesto o del poder que posee, o como Greene menciona: “es una estrella en decadencia”, no hay que tener miedo de opacarlo; es decir, aprender los puntos clave para sacar las mejores cartas o jugadas que se tienen.

Esta ley se fundamenta en esa necesidad de que se valoren los niveles de evolución psicológica en el que se es, desde una víctima con ausencia de poder, hasta un líder innato que no necesita esforzarse demasiado para llamar al éxito.

Ley 2. Nunca confíe demasiado en sus amigos; aprenda a utilizar a sus enemigos.

Esta ley habla de la precaución que uno debe tener para con las amistades, sobre todo si hay un favor de por medio; esto debido a que cuando una persona “amiga” te ayuda, esta puede esperar que le regreses ese favor, y si no se regresa cuando esta lo requiere, puede pensar que no se lo agradeces, así como que no valoras su amistad.

Muchas veces llamamos “amigos” a los conocidos, por el simple hecho de que estos realizan favores para salir de apuros, sin embargo, desconocemos el por qué de esa ayuda y les brindamos tanta confianza sin darnos cuenta que ellos usan esa confianza para aprovecharse.

Habla de que ha que moderar la amistad con el éxito, ya que aquel que consideramos un amigo puede pensar que ese triunfo también le pertenece por el simple hecho de ser tu amigo o conocido. Es en estos casos cuando surge la envidia.

Hablando en términos laborales, el autor manifiesta que es importante entender entre lo que es ser un “conocido” y lo que es un “amigo”; los conocidos son personas que tratamos ya sea por trabajo o por costumbre, y al llamarse “amigo” se debe entender que hay que saber equilibrar esa amistad con el trabajo.

Hay una pequeña reseña de Lincoln de cuando éste le responde a una señora que le criticó y le reprendió por no haber calificado como enemigos a quienes realmente debían en la Guerra Civil norteamericana, y que este se refirió a los sureños que se habían equivocado de rumbo, le preguntó “¿acaso no destruyo a mis enemigos convirtiéndolos en mis amigos?”

Ley 3. Disimule sus intenciones

Esta ley se divide en dos aspectos: “Utilice falsos objetos de deseo y pistas falsas para distraer a los demás” y “Utilice una cortina de humo para ocultar sus actos”

Respecto a la primera parte, pienso que Greene se refiere a que cuando uno se establece una meta, no debe gritarla a “los cuatro vientos” ya que no hará falta aquel que busque todo lo contrario; es por ello que se refiere a que se deben dar falsos objetivos y pistas para distraer a los que nos rodean.

Por otra parte, el uso de la cortina de humo es para ocultar las intenciones verdaderas, esto es una herramienta que se refiere al disimulo de los actos, mostrando naturalidad en ellos para crear distracción. Esta cortina debe distraer y confundir, pero a la vez debe ser usado con moderación y solo en ocasiones apropiadas.

Pienso que para lograr lo que uno se propone con esta ley, es necesario tener capacidad para simular, disimular y transformar cualquier respuesta de cualquier reto que les pongan y que es mejor estudiar la situación en la cual se desarrolla la problemática (llamándola así al reto o al obstáculo que se presenta para lograr el objetivo), y en base al análisis determinar cómo resolverlo; sin hacer mención a dónde quieres llegar con eso o en qué te beneficiará; es como decir que aparentarás que es para un beneficio colectivo pero del cual obtendrás mayores beneficios que los demás.

Ley 4. Diga siempre menos de lo necesario

El autor se refiere con esta Ley a ser breves o no decir cosas de más sobre todo cuando no se cuenta con un fundamento. En la actualidad, la moda es el consumismo y mientras más consumes o posees, sobresales más en el círculo social en el que uno se desarrolla, por ello, muchos optamos por “ensalsar” lo poco que tenemos, provocando que nuestras verdaderas personalidades, aptitudes, etc., salgan a flote.

A mi parecer, esto lo podemos observar muy bien en la política, ya que es en ese ámbito en donde dicen mucho por el simple hecho de creer saber lo que la gente quiere escuchar; por ello cuando se crean debates políticos, al ver que su oponente es ovacionado por la multitud, tiende a caer en las promesas que sabe no cumplirá

Como seres humanos, muchas veces necesitamos saber qué es lo que tiene en mente la otra persona y decimos de más para saberlo, sin darnos cuenta que con ello hasta nos descubrimos. Dar respuestas breves hace que los demás estén a la defensiva y, tratarán de ocupar el silencio con todo tipo de comentarios que revelarán información valiosa y se descubrirán sus debilidades. No obstante, el silencio puede despertar sospechas e incluso inseguridad, sobre todo en su área de trabajo donde, a veces es mejor hacerse el tonto pero siempre y cuando la información se maneja con un nivel de inteligencia.

Ley 5. Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte

El principio de esta ley se basa en el prestigio y la imagen que damos como un todo. Algunas personas tienen un alto aprecio de su buen nombre, englobando bajo este término a todo lo que se refiere a su imagen pública. No es necesario tener un puesto de alto mando para tener una proyección pública, ya que todos tenemos personas en nuestro entorno que tienen un concepto de nuestra persona, y en base a ello interactúan con nosotros.

Greene explica sobre la importancia en que una persona debe mantener su prestigio debido a que éste constituye el poder, y dependiendo de esa imagen, las probabilidades de éxito puede aumentar o disminuir. Otra forma de proyectar una buena imagen es la capacidad de influenciar sobre las personas, dando un aire de confianza y autoridad, eso hace por lo general que la gente se intimide.

Por el contrario, si las personas que se encuentran en el entorno nos consideran una persona de poco fiar, es más probable que sea difícil de manipular, ya que nos evadirán cuantas veces sea necesario, y ello provocará aislamiento.

Por otra parte, independientemente de lo que piensen los demás se debe procurar siempre tener una imagen que no solo puede ser pública, sino también para sentirnos bien con nosotros mismos. No obstante, nunca faltarán personas malintencionadas que tratarán con o sin razón, difamarnos y por ello, hay que defender

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