Resumen y análisis de “Las 48 leyes del poder"
lilianeven3 de Abril de 2015
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Este libro es un manual para la persona que quiera sobresalir de los demás, nos habla sobre cómo manejar situaciones de nuestra vida diaria cuando algunas veces podríamos pensar que no tienen solución o salida, es la guía a la cual hace referencia al hombre político que por naturaleza somos, es la guía que nos enseña sobre las relaciones interpersonales que como individuos en sociedad debemos ejercer para el control de las mismas.
El autor nos da una estructura que es fácil de entender, los ejemplos históricos reflejan más que nada un modelo a seguir en la obtención del poder, con los proverbios referentes al tema del poder, de las relaciones humanas existentes, en la trata de las personas, con las historias marcando deteniéndose para explicar cada ley, de los hechos verídicos que confirman el actuar de las personas en la adquisición del poder, algunos individuos que vivieron en períodos pasados con ayuda de sus consejos y la forma en que resolvieron sus problemas nos dan ejemplos sobre cómo tomar buenas decisiones y ver la forma en que nos beneficie.
El saber manejar nuestras emociones para beneficio propio y obtener lo que deseamos es un paso fundamental para obtener lo que deseamos, haciendo uso de ciertas leyes que solo son algunas de las tantas maneras de hacer uso de los elementos que se tienen para lograr a la meta final, simplemente siguiendo esta especie de instrucciones que son algo muy simple de leer pero, en la hora de aplicación es donde cada uno de nosotros descubre donde están nuestros límites, nuestro capacidad, así como nuestras ambiciones, si estas son capaces de superar nuestra escala de valores.
En la actualidad tener el poder requiere de ciertas habilidades e inteligencia, como en las elites del poder donde solo unos pocos ordenan a grandes bloques de personas.
Ley 1: Aunque no seas la persona mas importante debes de darte tu lugar y demostrarlo, sin afectar a tu superior, ya que esté necesita sentirse por los aires para que tu puedas subir al poder.
La lay 2: Se refiere a que no debemos de confiar en nuestros amigos pues la envidia hace que nos traicionen, y con los enemigos cerca podemos sacar muchas ventajas de estos.
La ley 3: Cuando vallamos hacer alguna cosa hay que estar haciendo otras cosas para que no parezca lo que estamos haciendo y así desorientemos a las personas para que cuando se den cuenta de lo que quiere ya sea muy tarde.
La ley 4: Como dice el dicho ”el pez muere por su propia boca” hace referencia a que cuantos más hables mayor el riesgo de ser vulnerable y no se habrá control de la situación en cambio sino hablas mucho parecerá una idea original si se plantea en forma vaga.
La ley 5: Obviamente todo vale por lo que es, por su verdad y para donde se dirige así que conservemos el prestigio a como dé lugar pues basta para intimidar y ganar.
La 6: Hay veces que uno necesita decir heyyyy! estoy aquí, no importa si es juzgado por la apariencia lo que no se ve no cuenta así que hay que llamar la atención cueste lo que cueste.
Ley 7: En ocasiones el atribuirse todo un trabajo completo es muy agotador, bien se siente cuando trabajo en equipo y soy ayudado por demás para realizar tareas o trabajos muy complejos,
Ley 8: Conforme lo que menciona el autor es que el que va en muchas direcciones tratando de ser aliado y que todos estén a su favor se agota muy rápidamente, así que es más inteligentes jugar las cartas desde su zona de confort en donde uno sabe moverse con cautela y precaución, el trabajo bien hecho y la cautela me posiciona como una persona indispensable.
Ley 9: De nada sirve haber ganado mil batallas sin tener testigos de una, esto ya es muy bien sabido, además hay que decir nada mas lo necesario, puesto que en cuanto más me sustente sobre palabras, mas frágiles serán los verdades de mis hechos, por ello hay que dejar que nuestros hechos hables por si solos.
Ley 10: La desdicha de los demás puede conducirlo a la muerte: ósea que los estados de ánimo son muy contagiosos. Es decir que muy frecuentemente, los “perdedores” son los artistas de su propia desgracia y terminan por transmitirla a quien quiere ayudarlos por eso debemos evitarlos y, en cambio, frecuentar a individuos ganadores y felices.
Ley 11: Para mantener nuestra independencia, es indispensable que los demás lo necesiten. Cuando más confíen y dependan de nosotros, tanta más libertad tendrá. Hagamos que la gente dependa de nosotros para lograr felicidad y prosperidad, y no tendrá nada que temer.
Ley 12: Un detalle sincero y honesto compensará docenas de actitudes dictadas por la hipocresía y la falsedad. O bien un gesto honesto de generosidad hace bajar la guardia aun al individuo más desconfiado.
Ley 13: Dice que si se necesita recurrir a la ayuda de un aliado, no se moleste en recordarle el apoyo que usted le dio en el pasado, o sus buenas acciones. Lo pasado se ignora o se olvida.
Ley 14: Es importante saber todo sobre nuestro adversario, es indispensable que este bien atento a todas las posibilidades de utilizar con cautela algunas de las leyes, es importante conocer las intenciones del amigo o enemigo para concentrarse en ellas o ello es lo que el pensara y que las mías parezcan sin importancia.
Ley 15: Dice que los grandes líderes de la historia sabían que era necesario aplastar por completo al enemigo al que temían. En pocas palabras esto quiere decir que debemos competir con el más fuerte y poder eliminarlo para que no represente competencia para nosotros.
Ley 16: Habla de que mucha oferta reduce el precio: cuanto más lo vean y oigan, menos necesario lo considerarán los demás. Una ausencia temporal hará que hablen mas de nosotros, y que incluso que nos admiren. Debemos aprender cuándo alejarnos porque debemos recordar que la escasez de un recurso incrementa su valor.
Ley 17: Si nos mostramos predecibles, lleva a los demás a darse una idea de tener cierto control sobre nosotros. Básicamente debemos mostrarnos impredecibles. Las actitudes que en apariencia carecen de coherencia o propósito perturbarán a los demás, y pensaran mucho tratando de explicarse nuestros movimientos y acciones.
Ley 18: El mundo es un sitio peligroso y los enemigos acechan por todos lados y la mayoría necesitamos en algunas ocasiones es mucho más seguro circular, mezclarse entre la gente y buscar aliados la multitudes nos protege de los enemigos.
Ley 19: Debemos elegir con cuidado a nuestros contrincantes y nunca debemos convertir en enemigo a la persona equivocada pues puede que nos sea útil en algún momento o que sea un gran adversario.
Ley 20: Menciona que idiota el que se apresura a tomar partido no se debe estar a favor de otra causa que no sea la propia y si se mantiene la independencia, se llegará a mandar sobre los demás “poniendo a unos en contra de los otros”, haciéndoles ir tras ese poder.
Ley 21: Habla de que a nadie le gusta sentirse más tonto que el de al lado pero el truco, es hacer que las víctimas se más inteligentes que nosotros. Una vez que estén convencidas de esto, nunca sospecharán que tenemos nuestros malas intenciones ocultas por asi decirlo
Ley 22: Nos dice cuando se está en la posición más débil, nunca se debe luchar por el honor; hay que capitular debemos de convertir la rendición en un
instrumento de poder. Es mejor rendirse primero y Ofrecer la otra cara eso desestabiliza al enemigo.
Ley 23: Se refriere a que hay que conservar la fuerza y la energía a base de concentrarlas en su punto más fuerte. Se gana más encontrando una mina rica y escarbando más profundo, que pasando de una mina vacía a otra: la intensidad siempre vence a la extensión. Cuando buscamos fuentes de poder para elevarnos, tenemos que encontrar algo principal, algo así como la vaca gorda que nos dará leche durante mucho tiempo.
Ley 24: Las personas amables prospera en un mundo en el que todo gira alrededor del poder y la destreza política somete el arte de la indirecta, adula, cede ante sus superiores y ejerce su poder sobre otros de la forma más oblicua y educada. Si aprendemos y aplicamos las leyes del cortesano, no habrá límite para nuestro éxito.
Ley 25: No hay que aceptar los papeles que la sociedad impone sin embargo hay que forjar una nueva identidad, que exija la atención y que nunca aburra a la audiencia debemos de ser dueños de nuestra propia imagen en lugar de dejar que otros la definan para uno e incorporar recursos dramáticos en los gestos y las acciones públicas realizan el propio poder y hace que su carácter tenga una buena amplitud.
Ley 26: Tenemos que parecer un ejemplo de civismo y eficiencia: las manos nunca deben verse contaminadas por equivocaciones o malas acciones. Hay que mantener una apariencia inmaculada y utilizar a otros como chivos expiatorios y cabezas de turco para ocultar la propia implicación.
Ley 27: Las personas tienen un molesto deseo de creer en algo por lo tanto hay que convertirse en el punto de referencia de semejante deseo ofreciendo una causa, una nueva fe y hay que mantener las palabras vagas pero “llenas de promesas” es decir resaltar el entusiasmo sobre la racionalidad y el pensamiento claro del mismo modo proporcionar a los nuevos discípulos rituales que tengan que realizar; pedirles que hagan sacrificios en favor de uno.
Ley 28: Si no tenemos claro
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