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LAS CRISIS DEL CAPITALISMO (PAG. 49-93) ANALISIS


Enviado por   •  24 de Enero de 2015  •  Síntesis  •  3.072 Palabras (13 Páginas)  •  194 Visitas

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MARX. LAS CRISIS DEL CAPITALISMO (PAG. 49-93) ANALISIS

Para el análisis de esta lectura partimos de la idea fundamental de Marx que consiste en que un sistema capitalista es el proceso de acumulación de decapita donde se puede llevar a una sobreproducción lo cual es lo que Marx puede definir como los fenómenos propios de la sobreproducción.

Lo que nos puede replantear en esta lectura es que la medida que se toma de esta sobre producción es la base inmediata del instinto de enriquecimiento para los capitalistas y este a su vez se va detener por medio del consumismo que exista de parte del pueblo ya que si no tienen un valor adquisitivo no podrán consumir gran parte de lo que hay en el mercado solo podrán comprar lo que se considera como sustitutos. Ya que su valor monetario no les permita comprar más de lo que ellos quisieran por este lado el capitalista se vería obligado a bajar los precios pero en esta ocasión nos preguntamos si un capitalista bajaría sus precios a lo cual no es algo que ellos hagan pues como están en lo que es un comercio internacional lo que no venden lo puede llevar a otro país o bien cuando su empresa, negocio o bien les deje de dar una ganancia ellos pueden vender en cualquier momento y un accionista aceptara comprar esperando recuperar la industria y sacar algún tipo de ganancia a su favor.

La crisis se presenta cuando el proceso de reproducción del capital queda detenido y el trabajo, por consiguiente, se limita o se detiene relativamente. No hay reproducción ampliada, puede ser un estancamiento con producción cero o reproducción simple, o un decrecimiento, en términos negativos, en relación con el periodo previo. En cualquier caso, el capital resulta destruido; dice Marx que la maquinaria, los edificios o la materia prima que no se usan no es capital, el trabajo que no se explota equivale a producción perdida, y todo eso es destrucción del capital: “Todo ello significa que el proceso de reproducción se ha interrumpido y que los medios de producción existentes no se usan en realidad como medios de producción, no se ponen en funcionamiento. De tal manera, se van al demonio su valor de uso y su valor de cambio”. En segundo término, continúa Marx, la destrucción del capital por las crisis significa la depreciación de valores que les impide renovar más tarde su proceso de reproducción como capital, en la misma escala. Este es el efecto ruinoso de la caída de los precios de las mercancías. No provoca la destrucción de ningún valor de uso. Lo que uno pierde, lo gana otro. Los valores usados como capital no pueden volver a actuar como capital en manos de la misma persona. Los antiguos capitalistas van a la bancarrota”.

La crisis, como vimos anteriormente, es destrucción de capital. En la fase previa se produjo un excesivo valor con un excesivo trabajo socialmente necesario; en realidad se demostró que una parte fue trabajo socialmente innecesario, porque no tuvo su equivalente en valor. Ese trabajo materializado en mercancías se desvaloriza, al no venderse, al bajar sus precios y al no usarse. La crisis capitalista es el límite periódico que tiene la misión histórica del capital de desarrollar al máximo las fuerzas productivas, porque el plusvalor producido no logra realizarse. Una crisis es como una sanción al exceso de inversión, de capital, de trabajo, de productividad; es un castigo al pleno empleo, a la sobreproducción, a la sobreacumulación; la crisis se presenta justo cuando se está en el mejor momento para el capital, y también para los trabajadores , es la fase de euforia cuando se piensa que se vive el mejor de los mundos y se confía en que será permanente. Muestra el desequilibrio perdido y contribuye a recuperarlo. Sola, por sí misma, a largo plazo, lo consigue. En este sentido el sistema se equilibra. El sistema funciona dialécticamente en equilibrio y desequilibrio, y, nuevo equilibrio que se vuelve a perder. Esto último se deduce fácilmente en la teoría de Marx, aunque no lo señala literal, y es un punto de debate actual: los que ven que el sistema tiende al desequilibrio y los que sostienen que tiende al equilibrio. Cada cual por un solo lado.

La inactivación del capital productivo, por la paralización del capital comercial y del capital dinero, lleva a disminución de la tasa de ganancias y a pérdidas. Los capitalistas como clase salen perdiendo. Se da una lucha entre los capitalistas individuales por endosarse las pérdidas y la suerte de ellos dependerá del “poder y de la astucia” . La salida de algunos capitalistas y el aniquilamiento de sus capitales deja la producción y el mercado para otros capitalistas. No sólo es una crisis del capital y de los capitalistas, también es una crisis del trabajo y de los trabajadores. La crisis deja inactiva una parte de la clase obrera y con ello la presiona para que acepte otras condiciones salariales, como rebajas en los salarios o en las prestaciones, regresando sus salarios promedios a periodos pasados. Lo ganado en la época de prosperidad se pierde en la crisis.

La crisis con la destrucción de una parte del capital creado, con el desplazamiento de los capitalistas débiles e incapaces, al igual que con el despido de trabajadores, o la rebaja de sus salarios nominales (como sucedía en el siglo XIX, en tiempos deflacionarios) crea las condiciones para emprender la siguiente fase cíclica, que será con la recuperación de la ganancia, de la demanda y del consumo, y la acumulación del capital. De esta manera sigue el sistema funcionando en espiral progresiva, hasta la próxima crisis.

Claramente se muestra la crisis como un mecanismo inherente al sistema que restablece el equilibrio perdido mediante el saneamiento del mismo; es como la gran curación de un organismo intoxicado o enfermo por la sobreacumulación. Desecha los elementos innecesarios y dañinos y mantiene las fuerzas que saldrán saneadas y fortalecidas. “Los efectos de la quiebra, para el conjunto del sistema, son saludables, por perjudiciales que puedan ser para los capitalistas individuales” . En tiempos de crisis el pánico es para los débiles, para los poderosos es una oportunidad de sobrevivir y fortalecerse. Aunque la crisis obedece, en última instancia, a las contradicciones internas del sistema es posible que, dadas condiciones cercanas, los hombres y sus políticas contribuyan a causarlas, agravarlas o atenuarlas, en primera instancia. De la misma manera que los capitalistas pueden disminuir sus tasas de ganancias con el fin de desplazar a otros capitalistas, pueden motivar la crisis para golpear a la competencia y a los trabajadores. El capitalismo ha sobrevivido precisamente por ellas y por la incapacidad del proletariado para derrocarlo. Las crisis golpean a los trabajadores para que no sean capaces de poner en peligro al sistema, a la vez,

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