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LAS TRES DIMENSIONES DEL EMPODERAMIENTO


Enviado por   •  2 de Febrero de 2014  •  Ensayos  •  2.680 Palabras (11 Páginas)  •  682 Visitas

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EL EMPODERAMIENTO COMO PROCESO EDUCATIVO

LAS TRES DIMENSIONES DEL EMPODERAMIENTO

P. RAÚL LUGO

El poder del que hablamos, ya lo hemos dicho antes, no es el “poder sobre”, sino el “poder para”. No es el poder de dominación, sino el poder de ser y de hacer. Se trata de generar situaciones que provoquen un cambio para una vida más plena. Esto implica un proceso que abarca tres dimensiones:

PODER DENTRO: La primera dimensión es dentro de uno mismo. La mayoría de la gente se resigna a que las cosas ocurran “fuera de uno” y la mayoría se adapta a su propia opresión. Esta primera dimensión, conocida también como dimensión PERSONAL, supone desarrollar el sentido del yo, de la confianza y capacidad individual, deshacer los efectos de la opresión interiorizada. Es el equivalente a comprender la propia situación de adaptación, dependencia y opresión y el querer salir de ella y también el convencimiento de que cada persona tiene la posibilidad de influir su situación de vida y cambiarla. Se trata de atreverse a ser rebeldes y tener la convicción de que tenemos derecho a serlo, descubrir el poder que llevamos dentro y mantenerse en la acción. Hablamos aquí de ciertas posiciones personales, cierta toma de decisiones cotidianas, cierto talante de vida que se identifica con la libertad interior. Se trata de cultivar una posición que rechace la humillación propia o ajena, impuesta o auto cultivada. De confiar en la enorme dignidad que nos da ser hijos e hijas de Dios, lo que nos coloca por encima de los simples cálculos de utilidad o productividad. Se trata de cultivar paciente y valientemente la condición de ciudadanos y ciudadanas, con derechos inalienables delante de cualquier poder, con pensamientos y decisiones propias. El poder dentro hace referencia al misterio que están despertando nuestras capacidades y fuerzas más interiores, se basa en nuestra voluntad de actuar y nace de una conciencia que está conectada con el valor interno de todas las cosas.

PODER CON: La segunda dimensión es la de juntarse con otras personas. Nace de la conciencia de no ser uno el único afectado por una situación, sino que también otras personas viven la misma experiencia. Es muy posible que el poder dentro sea difícil de ser expresado, a menos que lo hagamos de forma colectiva. La práctica de organizarse en pequeños grupos es de vital importancia a la hora de ayudarnos los unos a los otros a encontrar nuestra propia voz, generando así un equilibrio personal que es indispensable para mantenernos en la lucha. Este poder con nos hace llegar al entendimiento que uno no tiene la culpa de su destino, sino que muchas veces lo que nos pasa y sentimos es producto de un modelo político o estructural. Entenderse con otros y cooperar en el grupo puede reforzar considerablemente el sentimiento de valor propio. Así cada uno no tiene que buscar caminos para manejar la situación, sino que puede luchar junto para lograr un cambio. El grupo da la opción de juntar capacidades y conocimientos y de apoyarse mutuamente. Se puede sobrellevar mejor el miedo, las inhibiciones y otros bloqueos que nos impiden ver nuestro poder dentro y nos ayuda a establecer el equilibrio entre la urgencia de ponernos en situaciones límites al orientar cuidar a los que tienes más cerca y cuidarnos a nosotros mismos. No hay que desesperarse si la dinámica del grupo se desgasta.

A veces es inevitable. Lo importante es no acelerar el propio declive. Lo cierto es que nos necesitamos mutuamente para poder seguir en la acción y el surgimiento de los grupos continuará tarde o temprano. El empoderamiento incluye una conciencia que ve el mundo como conjunto de relaciones y conexiones, por tanto tiene que ver con la reunión de las voluntades individuales en una voluntad grupal (5). No hay que olvidar que las personas que quieren ejercer una influencia sobre la vida y la sociedad están muchas veces expuestas al poder de las fuerzas que gobiernan, a las cuales podrán oponerse con mayor fortaleza si están en grupo. Por lo demás, en los momentos difíciles, cuando hay poco espacio para la esperanza y nos sentimos aislados, el grupo se vuelve indispensable como lugar de recargo de fuerzas.

PODER EN RELACIÓN: La tercera dimensión del empoderamiento va decididamente hacia fuera. Tiene que ver con el análisis de cómo hacer alianzas y con quién. Podríamos quedarnos en el poder y el poder con, concentrándonos en construir nuestra propia fuerza. Pero tarde o temprano el proceso de empoderamiento tiende a generar conflictos y choca con las estructuras de poder del sistema y, a menudo, también con algunas actitudes convencionales de una buena parte de la sociedad. Por eso el poder en relación tiene que ver con cuestiones estratégicas. ¿desde qué base social se llega a la acción? ¿con qué apoyo contamos para conseguir los objetivos que nos planteamos? ¿qué partes del poder en la sociedad son susceptibles de presionar para el cambio?(6) Se trata, pues, de trabajar conjuntamente para lograr un impacto más amplio.

Estas tres dimensiones del empoderamiento se influyen y se refuerzan mutuamente. No son etapas cronológicas. Puede decirse que son tres elementos que alimentan los procesos de empoderamiento, que se desarrollan generalmente en cuatro fases. (a) la gente se siente afectada por una situación que le provoca un cambio brusco en su vida, una crisis, pierden la confianza en quienes están tomando las decisiones políticas y sociales. Empiezan a buscar sus propias posibilidades de influir en la situación. (b) En una segunda fase buscan y encuentran el apoyo social de otras personas que están en la misma situación, o en una situación similar, o que comparten los mismos intereses. La conciencia de las propias capacidades crece y se realizan las primeras acciones que van más allá del grupo y se hacen públicas. (c) En la tercera fase adquieren conocimientos más específicos sobre las relaciones dentro de la sociedad y juntan sus experiencias en la programación estratégicas de acciones públicas. Puede ser que en esta fase vivan conflictos con el papel que tienen en el grupo o en su vida privada. (d) La cuarta fase es la llamada fase de la convicción y la paciencia ardiente, que es cuando se ha desarrollado en las personas la capacidad de actuar en conflictos, porque han llegado e entender que entre conflicto y crecimiento hay una relación íntima. Se hace sólida la convicción de que pueden influir el contexto social y contribuir a gestar cambios sociales. Esta cuarta fase capacita a la persona para seguir durante procesos que pueden a veces ser largos y difíciles y a apoyar a otras personas que comienzan procesos similares. Son solamente las personas que han llegado a esta cuarta fase las que actúan como catalizadores

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