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LUMEN GENTIUM

bere_sanm18 de Julio de 2013

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PAULO OBISPO SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS. JUNTAMENTE CON LOS PADRES DEL CONCILIO PARA PERPETUO RECUERDO: “ LUMEN GENTIUM CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA SOBRE LA IGLESIA”.

Lumen gentium es una de las cuatro constituciones promulgadas por el Concilio Vaticano II en 1964. El título de la constitución (en latín, luz de las gentes o luz de las naciones), como se acostumbra con los títulos de la inmensa mayoría de los documentos de importancia de la Iglesia católica, refiere a las primeras palabras del mismo documento: «Cristo es la luz de los pueblos» (Lumen gentium 1). Se le considera la constitución dogmática de la Iglesia católica apostólica romana.

Lumen Gentium enfatiza la evangelización mientras que anima a comprender mejor a aquellos que están fuera de la Iglesia e insta a los misionarios a buscar el diálogo y la conversión; presenta un cambio drástico en la política de la Iglesia, antes del Lumen Gentium, la Iglesia enseñaba que no hay salvación fuera del catolicismo, pero el Lumen Gentium enseña que, mientras que la Iglesia contiene todo lo necesario para la salvación, aquellos fuera de ella también pueden contener elementos que les otorga virtud santificadora. El Lumen Gentium abrió el diálogo por primera vez entre la Iglesia católica romana y otras Iglesias cristianas y otras religiones, lo que creó un mejor entendimiento entre personas de todos los credos. Se divide en ocho capítulos: I. El misterio de la Iglesia; II. El pueblo de Dios; III. Constitución jerárquica de la Iglesia y particularmente el Episcopado; IV. Los laicos; V. La vocación universal a la santidad en la Iglesia; VI. Los religiosos; VII. Índole escatológica de la Iglesia peregrinante y su unión con la Iglesia celestial; VIII. La Bienaventurada Virgen María en el misterio de Cristo y de la Iglesia.

EL MISTERIO DE LA IGLESIA.- Objeto de la Constitución: La Iglesia es en Cristo un instrumento de la íntima unión con Dios y es deber de la Iglesia, trabajar para que todos los hombres, unidos con toda clase de relaciones, sociales, técnicas y culturales, consigan la plena unidad en Cristo.

El plan de Dios: El Padre Eterno al crear el mundo, da al hombre la vida, el cuál cae por el pecado de Adán, pero nunca los abandono, dispensándoles con auxilios para su salvación, en atención a Cristo Redentor y determino convocar a los creyentes en Cristo en la Santa Iglesia prefigurada desde el origen del mundo y la que se perfeccionará gloriosamente al fin de los tiempos.

La misión y obra de Cristo: Cristo en cumplimiento de la voluntad del Padre, inauguró en la tierra el reino de los cielos, nos revelo su misterio y efectuó la redención con su obediencia. La Iglesia crece en el mundo por el poder de Dios; en el sacramento del pan eucarístico se representa y se obra la unidad de los fieles, que constituyen un solo cuerpo en Cristo y todos los hombres son llamados a esta unión con Cristo. Desde que fue enviado el Espíritu Santo en Pentecostés para que santificar a la Iglesia y de esta forma los que creen pudieran acercarse por Cristo al Padre en un mismo Espíritu; El es el Espíritu de la vida eterna, que habita en la Iglesia y en los corazones de los fieles; por quien vivifica el Padre a los hombres muertos por el pecado hasta que resuciten en Cristo sus cuerpos mortales.

Naturaleza de la Iglesia: Jesús dio comienzo a su Iglesia predicando la buena nueva, la llegada del Reino de Dios; este Reino comienza a manifestarse como luz ante los hombres, por la palabra, obras (p.e.- milagros) y la presencia de Cristo, quien vino a servir y a dar su vida para redención de muchos y habiendo resucitado, apareció constituido para siempre como Señor, Cristo y Sacerdote. La Iglesia observado los dones de su Fundador y sus preceptos de caridad, humildad y abnegación, recibe la misión de anunciar el reino de Cristo y establecerlo entre todas las gentes.

Figuras de la Iglesia. La naturaleza de la Iglesia se nos manifiesta bajo diversas imágenes tomadas de la vida pastoril, de la agricultura, la construcción, la familia y los esponsales, que se esbozan en los Libros de los Profetas. Por ejemplo la Iglesia es llamada.- redil-puerta Cristo; grey-pastor Dios; es tierra de labor de Dios; edificación de Dios. “Jerusalén de arriba y madre nuestra”, se representa como la inmaculada esposa del cordero inmaculado.

Como todos los miembros del cuerpo humano, constituyen el cuerpo; así los fieles en Cristo en la constitución de su cuerpo hay variedad de miembros y de ministerios. Como lo es el espíritu que distribuye sus diversos dones por el bien de la Iglesia, según sus riquezas y las necesidades de los ministerios. La cabeza de este cuerpo (Iglesia) es Cristo; es necesario que todos los miembros se asemejen a Él hasta que Cristo quede formado en ellos; para incesantemente renovarnos en El, nos concedió participar de su Espíritu, que nos vivifica, unifica y mueve. Así Cristo ama a la Iglesia como a su propia esposa; pero la Iglesia está sujeta a su Cabeza porque en El habita toda la plenitud de la divinidad, colma de bienes divinos a la Iglesia, para que consiga la plenitud de Dios.

Cristo estableció su Iglesia santa, comunidad de fe, esperanza y caridad en este mundo, para comunicar a todos la verdad y la gracia; es la única Iglesia de Cristo: santa, católica y apostólica; que nuestro Salvador entrego después de su resurrección a Pedro para que la apacentara, confiándole a él y a los demás apóstoles su difusión y gobierno. Como Cristo efectuó la redención en la pobreza y persecución, así la Iglesia está destinada a seguir ese camino para comunicar a los hombres los frutos de la salvación; la Iglesia abraza a todos los afligidos por la debilidad humana, reconoce en los pobres y en los que sufren la imagen de Cristo, pobre y paciente, se esfuerza en aliviar sus necesidades y pretende servir en ellos a Cristo. La iglesia va peregrinando entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios, anunciando la cruz y la muerte del Señor hasta que El venga.

EL PUEBLO DE DIOS.- la Nueva Alianza se estableció en Cristo, en su sangre, convocando un pueblo de entre los judíos y los gentiles que se condensara en unidad no según la carne, sino en el espíritu y constituyera un nuevo Pueblo de Dios. Este pueblo tiene por cabeza a Cristo. Por estado la dignidad y libertad de los hijos de Dios, en cuyos corazones habita el Espíritu Santo. Por ley el mandato nuevo de amar como el mismo Cristo nos amos. Y como fin la dilatación del Reino de Dios hasta el fin de los tiempos. Con la obligación de extenderse a todas las naciones.

Su sacerdocio común y el sacerdocio ministerial.-los bautizados son consagrados como casa espiritual y sacerdocio santo por la regeneración y por la unción del Espíritu Santo, para que ofrezcan espirituales sacrificios y anuncien las maravillas de Cristo; dando testimonio de Él en todo lugar, dando razón de su esperanza que tienen en la vida eterna. El sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial o jerárquico, se ordena el uno para el otro, porque ambos participan del único sacerdocio de Cristo; el sacerdote ministerial realiza el sacrificio eucarístico representando a Cristo; los fieles en virtud del sacerdocio común participan en la oblación de la eucarística y lo ejercen con la recepción de los sacramentos, en la oración, acción de gracias, y en el testimonio de una vida santa, con abnegación y caridad.

El ejercicio del sacerdocio común en los sacramentos.- Los fieles incorporados a la Iglesia por el Bautismo, quedan destinados a la religión cristiana, y regenerados como hijos de Dios. Por la Confirmación se les da una fortaleza especial del Espíritu Santo, obligándose a difundirlo y defender la fe, con su palabra y obras como testigos de Cristo. Participando del sacrificio eucarístico ofrecen a Dios la Victima divina y así mismos junto con ella, al ser saciados con el cuerpo de Cristo en la asamblea sagrada, manifiestan la unidad del Pueblo de Dios. Los que se acercan al sacramento de la Penitencia obtienen el perdón de la ofensa hecha a Dios y al mismo tiempo se reconcilian con la Iglesia, a la que pecando ofendieron, la cual con caridad, ejemplos y oraciones les ayuda en su conversión. La iglesia entera recomienda al Señor paciente y glorificado a los que sufren en la Unción de los Enfermos y con la Oración de los Presbíteros, para que los alivie y los salve. Los que se distinguen por el Orden sagrado, quedan destinados para apacentar la Iglesia con la palabra y gracia de Dios. Los cónyuges cristianos, por el Sacramento del matrimonio, se ayudan a santificarse en la vida conyugal y en la procreación y educación de los hijos; en esta Iglesia domestica los padres han de ser para con sus hijos los primeros predicadores de la fe, fomentando su propia vocación.

Los fieles, por los sacramentos son llamados por Dios, cada uno por su camino a la perfección de la santidad.

El pueblo santo de Dios participa del don profético de Cristo, difundiendo su testimonio sobre todo por la vida de fe y de caridad, con el sentido de la fe que el Espíritu mueve y sostiene al pueblo de Dios, bajo la dirección del magisterio, recibe no la palabra de los hombres, sino la verdadera palabra de Dios; el Espíritu Santo distribuye sus dones, los carismas extraordinarios como los sencillos y comunes, al ser necesarios en la Iglesia, se deben recibir con agradecimiento y consuelo. Todos los hombres son llamados a formar parte del nuevo Pueblo de Dios. Como el Reino de Cristo no es de este mundo, la Iglesia o Pueblo de Dios, introduciendo este Reino, no arrebata a ningún pueblo ningún bien temporal. Por lo que todos los hombres son llamados a esta unidad católica del Pueblo de Dios que promueve la paz, y a la

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