ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Educación una vía para la descolonizacion del Pensamiento


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2021  •  Ensayos  •  1.826 Palabras (8 Páginas)  •  76 Visitas

Página 1 de 8

La educación una vía para la descolonización del pensamiento.

                                                        Autor:

                                                        Antonio Pérez Alonso

                                                        C. I. V – 10.795.172

                                                        

Septiembre – 2021         

La educación una vía para la descolonización del pensamiento.

El proceso de descolonización política, económica, social y cultural en Nuestra América, ha sido a lo largo de los últimos doscientos años, un devenir de acontecimientos que han reconstruido la historia del continente indómito, rebelde y original que siempre hemos sido, pero que todavía no ha encontrado el camino para deslastrarse definitivamente de la imposición de modelos foráneos y de la dimensión del epistemocentrismo[1], que ha marcado durante cinco siglos nuestra forma de conducirnos y del cómo construir nuestros destinos.

El labrar nuestro propio futuro, no puede pensarse desde la base de conceptos de origen extranjeros o extranjerizados, y mucho menos de hombres formados con un pensamiento colonizado por lo foráneo, que miren con admiración al Norte, al Este o al Oeste, cuando nuestros destinos se encuentran indefectiblemente en una sola dirección: el Sur, es entonces cuando cabe preguntarnos: ¿Es la Educación una vía para la descolonización del Pensamiento?  

Para ir en la búsqueda de respuestas a esta interrogante, es obligado comenzar por uno de los venezolanos más ilustrados y preclaros de nuestra historia republicana: Simón Rodríguez, el Samuel Robinson de nuestro Padre Libertador Simón Bolívar, quien ya en su obra Sociedades Americanas, exponía: “¿Dónde iremos a buscar modelos? La América española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno. Y originales, los medios de fundar unas y otros. O inventamos o erramos”. (Rodríguez, 1828, p. 88). Esta era la visión de un hombre, que invitaba a las nuevas sociedades independizadas, a volcarse a romper las cadenas culturales que nos habían subyugado y que habían diseñado una América a lo europeo, a su imagen y semejanza.

Esa misma idea de hacer una revolución del pensamiento, era recogida años más tarde por el gran filósofo y prócer cubano José Martí, en su ensayo Nuestra América (1891), donde aseveraba que:

Las levitas son todavía de Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América. Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo, hunden las manos en la masa y la levantan con la levadura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pase de esta generación. (Martí, p. 28).

Pero lejos de cumplirse esta aspiraciones de las naciones de Nuestra América, los procesos de independencia de nuestros países, que se iniciaron a principios del Siglo XIX y que se prolongaron, en algunos casos por más de cien años, arrastran aún en las primeras décadas del Siglo XXI, una inmensa deuda con nuestros pueblos, porque más allá de los abiertamente pregonados conceptos de libertad, soberanía y autodeterminación, que medianamente se cumplen en lo político y en lo económico, nos mantienen amarrados en lo cultural a modelos asociados al ampliamente conocido proceso de la Globalización, concepto que, en la opinión del activista y filósofo estadounidense Noam Chomsky:  

(…) hace referencia a ciertas formas específicas de integración internacional cuya implantación ha sido promovida con especial intensidad en los últimos 25 años. Esta integración está concebida sobre todo en beneficio de ciertas concentraciones de poder privado; los intereses de todos los demás implicados son incidentales (Chomsky, 2005, p. 1).

Esto nos lleva a deducir que, estos grandes grupos, tienden a incluir lo cultural para lograr afianzar sus fines de dominación, por lo que se hace necesario que, cualquier proyecto de descolonización en nuestra forma de pensar, comience por plantearse, una educación que realce lo nuestro, lo original, lo propio y en todos sus niveles, desde las primeras letras hasta los estudios superiores.

En este sentido, la educación debe liberarse de todas las ataduras de la doctrina colonizadora de la Globalización educativa, que desde los grandes centros de poder mundial y con sofisticadas herramientas de la ciencia y la tecnología moderna, pretenden imponernos un modo de vida que no nos pertenece y que dista mucho del ideal de naciones libres al que aspiramos.

Es por ello que, nos suscribimos a la idea que enfatiza que la educación debe ser faro y guía de un proceso que nos otorgue un pleno concepto de independencia, que forme seres conscientes de sus potencialidades, practicantes de sus valores y defensores a ultranza de la herencia de nuestra historia gloriosa, un ser humano que sin ataduras del pensamiento, sea el resultado de una educación liberadora, tal como lo exponía el filósofo Paulo Freire en su libro Pedagogía del Oprimido (1970); cuando decía:

La educación como práctica de la libertad, al contrario de aquella que es práctica de la dominación, implica la negación del hombre abstracto, aislado, suelto, desligado del mundo, así como la negación del mundo como una realidad ausente de los hombres. (Freire, p. 63).

En esta misma línea de acción, es importante entender que, para lograr la gran empresa, de alcanzar un continente Nuestroamericano, descolonizado en la práctica y sobretodo en el pensamiento, no podemos conformarnos con educar a hombres y mujeres para formar auténticos “Librepensadores”, que ciertamente sería lo primordial en esta tarea, pero no necesariamente es la única, la siguiente misión a cumplir, debe concentrar sus esfuerzos en derrumbar las pesadas paredes del magisterio de nuestro Continente, que sigue aferrado a antiguos paradigmas y patrones en donde, el pensamiento libre no tiene ningún espacio de oportunidades. En este sentido el Comandante Ernesto Guevara de La Serna, lo expresaba ante un nutrido auditorio en la Universidad de Las Villas, en ocasión de recibir el título de Profesor Honoris Causa de la Facultad de Pedagogía, en donde “El Che” insuflado de un gran sentimiento americanista, les decía:

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11 Kb)   pdf (103.2 Kb)   docx (15.1 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com