La Gestion Escolar

CONDUCTAS DISRUPTIVAS EN LAS AULAS DE SECUNDARIA (CASO PRÁCTICO) BERNABÉ HERNÁNDEZ MONTOYA.

En relación al caso descrito por Bernabé Hernández Montoya, considero es un ejemplo de lo que ocurre en la actualidad en las aulas de las escuelas mexicanas.

Debido al contexto social en que estamos inmersos y la influencia nociva que los educandos reciben a través de varios medios, incluso por parte de algunos padres respecto a su actuar. Aunado a esto, no se debe dejar de lado el desprestigio de la figura del profesor, las limitantes a las que se ve sometido sin ninguna posibilidad de implementar conductas formativas ni observaciones respecto a estas en los alumnos.

El caso denominado tercero D, es el típico de un grupo de secundaria, donde persiste un mal comportamiento generalizado y un alto nivel de agresividad entre compañeros. Dichas conductas, parten principalmente de la desmotivación hacia el aprendizaje. Esta situación se presenta de manera más frecuente a partir de las horas clase posteriores al receso, donde generalmente se suscitan conflictos y enfrentamientos entre los chicos, así también, realizan actividades donde involucran juegos bruscos que provocan posteriormente un déficit en su atención y que exacerban su comportamiento agresivo lo que conlleva a un estrado de excitación que les impide permanecer tranquilos y con poca disposición a escuchar y mantener atención.

El grupo presenta las siguientes características: veintiséis alumnos en total, de los cuales diecisiete son hombres y nueve mujeres; diez alumnos son mayores de quince años (repetidores), dos alumnos con discapacidad, dos que asisten a ATAL, cuatro en desventaja social y siete inmigrantes. Partiendo del hecho de que la población de tercero D presenta una gran diversidad, considero es una de las situaciones que exacerban las dificultades que se presentan: un grupo con mayor número de varones exige mayor competencia por lograr el título de “el más fuerte”, “el más dominante”, “el macho alfa “etc.

Diez alumnos con el estigma de “repetidores” (lo que representa un bajo nivel de motivación al aprendizaje, probablemente padres ausentes o sin compromiso hacia el desempeño escolar de sus hijos). Alumnos inmigrantes (diferentes contextos, culturas y costumbres). Alumnos con necesidades especiales que requieren diversos tipos de apoyo de toda índole. Por las razones anteriores, el profesorado los percibe como un grupo problemático y contemplan la posibilidad de implementar sanciones más fuertes para tratar de dar solución a la conducta presentada por el grupo. Debido a esta situación que se percibe como difícil, el equipo directivo y el tutor de grupo realizan un plan de intervención que se resume a continuación:

Usar el conflicto persistente como una oportunidad para eliminarlo, sin usar castigos. No usar medidas de represión ni enfadarse, modificar y adaptar reglas de convivencia en el aula (respeto mutuo).

Realizar cambios inherentes a l profesorado y al centro escolar para adaptarse a las circunstancias, fomento a la convivencia en espacios externos al aula y usar la prevención para evitar se susciten conflicto.

Para llegar a este consenso primeramente se realizó una evaluación previa donde se registran las conductas de mayor persistencia, dicho registro se llevó a cabo en tres momentos diferentes. Así también el orientador observó la dinámica establecida entre alumnos y docentes para percibir roles (Roles de Bales) que permitan identificar los rasgos de la conducta asumida por los docentes, que en general resulto buena para los alumnos. En cuanto a los roles desempeñados por los alumnos se constituyen como líderes sociales, en articular comediantes y desafiantes. No hay figuras relevantes que ayuden a transformar la indisciplina ya que ocho integrantes adoptan la sumisión, dos se mantienen aislados y tres se alían con los líderes negativos. Se plantea una intervención en dos bloques: el primero dirigido a captar la atención y el segundo a tratar de aumentar la motivación por el estudio.se implementan estrategias a seguir por los docentes encaminadas hacia el logro de objetivos a través del aprendizaje, basándose en los conocimientos previos y creando un andamiaje entre estos y los que se deben adquirir. Se plantea la evaluación como retroalimentación tomando en cuenta la diversidad del grupo y tratando de hacer partícipe al padre de familia. Posteriormente se realiza una segunda intervención donde se consideran los informes de los alumnos hacia el profesorado. Finalmente se observan disminución en los roles negativos o casos más aislados.

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