La Literatura Lirica
rjjr9418 de Marzo de 2014
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INTRODUCCIÓN
Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha tenido como necesidad resguardar la historia para dar a conocer a las generaciones futuras lo acontecido. Ello ha sido la manera más interesante de transmitir conocimientos, culturas y formas de vivir que han servido de base para el avance de la sociedad. La biblia, como libro sagrado antiguo, revela, entre otras cosas, las crónicas sobre la vida de Jesús en la tierra y los mandamientos de Dios.
De esa misma forma, en la vida diaria existen acontecimientos que son realmente importantes y que deben trascender de generación en generación y que permiten el conocimiento de las culturas de los antepasados. Es así como la crónica se ha convertido, desde hace muchos años, en una forma literaria, que aparte de divertir y entretener, comunica de una forma dinámica y diferente la historia de algún lugar, de las formas de vida, o de algún acontecimiento particular.
Desde sus inicios, la crónica tuvo como interés principal el relato de acontecimientos tal como se dieron en la realidad, llevando un orden secuencial y lógico de acuerdo al tiempo cronológico de lo que se contaba. Por ello, Herrera (1991:51) señala que, originalmente, “la crónica nace como la relación de hechos y acontecimientos en el orden en el cual sucedieron y se desarrollaron en el tiempo. Así se concibieron y se escribieron en un principio”. Evidentemente, fue ese el principal propósito perseguido por las crónicas en sus inicios.
Sin embargo, con el paso del tiempo, los historiadores fueron incluyendo elementos, como recursos literarios, ficción, subjetividad, contraste de lo real y lo imaginario, entre otros, y es así como surge la crónica literaria, los autores relatan hechos que parten de la realidad pero que se entrecruzan con la ficción, dando paso a creaciones literarias de gran relevancia e interés para los lectores.
En la actualidad, esa forma de concebir la crónica se ha transformado notablemente, a tal punto que hoy se tiene como un estilo literario en el que se permite la subjetividad y la imaginación del autor, y no simplemente el relato de los acontecimientos de modo meramente histórico. En este sentido, Herrera (1991: 67) revela un concepto de la nueva forma de hacer crónica en la actualidad:
Hoy, en cambio, la crónica pone a la ficción a su servicio, la utiliza conscientemente y se vale de sus recursos para alcanzar eficacia en la relación de los hechos que narra, captar la atención del lector y trascender la anécdota con la creación de textos cuya lectura depare placer espiritual y valgan y perduren por su forma, estilo y valores literarios.
Evidentemente, en la actualidad la crónica es un medio literario, y no una forma periodística de relatar hechos reales. De esta forma perduran a través del tiempo, además, se hace como una creación literaria que atrae al lector y lo invita de esa forma a conocer la historia, pero de una manera mucho más interesante y creativa.
Debido a las razones antes expuestas, surge la iniciativa de realizar un análisis literario para conocer los elementos de ficción que el escritor falconiano Nelson Arteaga Pachano plasmo en “Las Campanas de Gaspar y otras Crónicas”.
En consecuencia, esta investigación comprende el planteamiento del tema, en el que se conocen las diversas causas que conllevaron a la idea de realizar el estudio y su importancia en el ámbito educativo del área de Educación, mención Lengua, Literatura y Latín; los objetivos, que corresponden a las metas que se aspiran alcanzar por medio del análisis y la justificación que manifiesta la importancia de realizar la investigación, desde diversas perspectivas, los antecedentes, en el que se describen ciertas investigaciones previas a la actual y se inserta la teoría a emplear para el análisis literario que se plantea en el presente estudio;. Además, el marco teórico en el que se insertan las teorías a emplear en el estudio; de igual forma, el análisis literario en torno a la ficción en “Las Campanas de Gaspar y otras Crónicas”. Seguidamente de las conclusiones y recomendaciones como sustento del objetivo logrado y finalmente las referencias bibliográficas.
CAPITULO I
Planteamiento del Tema.
Definir la literatura no suele ser tarea sencilla, debido a su complejidad, amplitud y una serie de aspectos que se fusionan para lograr la creación literaria. Considerarla como un arte resultaría infructuoso o insuficiente, pues no sólo puede concebirse así porque además de ser un medio de expresión artística es también un punto clave en el que confluyen sentimientos, vivencias, eventos relacionados a la política, a la moral, a la cultura, entre otros aspectos que nada tienen que ver con el arte como tal. Al respecto, Barthes (citado por Salvat, 1975) sostiene:
De la literatura –como ocurre en tantas actividades humanas- no se ha encontrado una definición convincente y universalmente válida. Actividad tan antigua y viva, actual siempre, en continua evolución y transformación, siempre en la frontera de nuevos intentos por hallar inéditos caminos y formas de expresión. (pág. 9).
Sin embargo, es necesario apuntar que la literatura es un medio a través del cual, los seres humanos dan a conocer sus sentimientos, vivencias, pensamientos, ideas, emociones, empleando palabras y logrando con ello cautivar a lectores. Asimismo, la literatura comprende diversos géneros, ampliamente utilizados por los autores para expresar esas ideas o pensamientos.
Pero a lo largo del tiempo, como bien apunta Barthes, con el tiempo las formas de expresión literaria han venido transformándose y evolucionando notablemente. Tal es el caso de la crónica, una de las variantes literarias que ha venido sufriendo cambios acentuados en las
nuevas formas de registrar eventos de la realidad. Para Kennedy (2008:70) la crónica es:
Una exposición escrita en prosa que relata un acontecimiento, siguiendo por lo demás un orden cronológico, o bien una secuencia temporal desde la visión del cronista (hablante); e involucra elementos literarios como la personificación, la descripción del ambiente desde el plano de realidad -visible o invisible- del cronista
Realmente, ha sido un poco cuestionable darle una definición completa al término “crónica”, pues involucra a complejos campos como el periodismo y la literatura, abarcando varios aspectos importantes. Por su parte, García Márquez (citado por Agudelo 2010:16) manifiesta que “una crónica es un cuento que es verdad”. De acuerdo a las apreciaciones de los autores observados anteriormente, la crónica consiste en relatar hechos de la realidad histórica de una forma distinta a la noticia, influenciados de alguna manera por la literatura para cautivar la atención del lector, sobre hechos que han sucedido en el tiempo.
Sin embargo con el paso del tiempo, este género literario ha ido transformándose significativamente, puesto que en la actualidad existe la posibilidad de que los autores puedan incorporar la ficción y hacer de sus crónicas el relato de sucesos influenciados por la literatura, pero con un elemento adicional que es la ficción. En este sentido, Agudelo (2010:15), intentando dar una versión más actual de la crónica, manifiesta que:
Novela, reportaje, cuento, entrevista, teatro —moderno y clásico—, ensayo, autobiografía, catálogo: Villoro tiene razón; y se queda corto si se advierte que le faltó el poema y aún más, le faltaron géneros que añade Mark Kramer: «la crónica literaria o periodismo literario ha establecido su campamento rodeado de géneros emparentados que se traslapan entre sí, como la literatura de viajes, las memorias, el ensayo histórico y etnográfico, la literatura de ficción que se deriva de sucesos reales, junto con la ambigua literatura de semi-ficción. Todos estos son campos tentadores delimitados por cercas endebles».
Por tanto, la crónica actual plantea que en los relatos históricos suelan aparecer aspectos ficticios o irreales, aún cuando la función y el sentido de este género literario se basaban fundamentalmente en la narración de hechos reales. En la crónica moderna existen nuevas formas de expresar los sucesos, entre ellos se le suman ciertos aspectos ficticios, aun cuando en la crónica tradicional se plantea que el autor narre cronológicamente hechos históricos extraídos de una realidad presente, viva, aunque antigua o no, es decir, que la crónica literaria se refiere justamente a narrar los hechos tal cual sucedieron en determinada época histórica. En este sentido, Herrera (1991:67) añade con total coincidencia lo siguiente:
La realidad, que suele superar en muchos casos a la imaginación, no puede ser expresada fielmente, como lo pretende la objetividad periodística, con un lenguaje seco, descriptivo e impersonal. Esto significaría que la vida es un acontecer de hechos mecánicos y que las persona son seres sin alma, emociones, miserias y grandezas. Para captar esa realidad compleja, emotiva, honda y dar de ella una versión aproximada, lo más parecida a la vida, los recursos de la ficción son imprescindibles”.
Debido a su naturaleza literaria, la crónica enmarcada en este género pretende contar hechos reales pero empleando la ficción para hacer la obra más interesante para el lector. Obviamente, la crónica literaria exige la presencia de momentos emotivos, que llamen la atención y mantengan al lector atento ante lo que se plantea en la misma, pues es la única manera de mantener involucrado al lector y
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