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La distribución. Los salarios


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  3.339 Palabras (14 Páginas)  •  48 Visitas

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La distribución

El reparto de la producción nacional entre los propietarios de los factores se corresponde con tres tipos  de retribuciones: salarios, beneficios y renta        

Los salarios.

Mill se acogió inicialmente a la idea ricardiana y de Adam Smith del fondo de salarios.(Esta teoría la expone en el Libro II, Cap. XI, pp. 308 y ss.). Pero acabó rechazándola por ser muy poca rigurosa.

 Mill tenía sentimientos favorables hacia los trabajadores y una preocupación por mejorar sus condiciones de vida y de ahí que concibiera con mucha flexibilidad la teoría del fondo de salarios, que hasta entonces había sido considerada con gran rigidez.

 Empezó por tener en cuenta que dicho fondo podía aumentar mucho con el progreso material y que, incluso, podía variar a corto plazo a costa del elevado tren de vida de los empresarios y propietarios de las empresas; de acuerdo con esto, el alza de los salarios a corto plazo sólo tropezaba con el límite que imponía el peligro de ruina de la empresa.

En estas circunstancias el salario efectivo se determinaba por la interacción de la oferta y la demanda, mientras que el salario del mínimo de subsistencia quedaba relegado a un límite extremo. Dada su idea de la posibilidad de variación del fondo a medio y largo plazo, debido al progreso material, Mill también contempló la negociación colectiva y los convenios laborales como medio de fijación del nivel salarial

Beneficio

Mill también nos  ofrece otra explicación diferente sobre los beneficios del  capital. A esta teoría, al estilo de la de Ricardo  (quien a  su vez se inspiró en una de las varias consideraciones de  Smith sobre la justificación del beneficio) los socialistas  las denominaron «teorías de la explotación», porque  el  beneficio  del  capital  se  atribuía  a  la  apropiación  en  provecho propio del capitalista de un parte de la gran  productividad del trabajo; es decir, se pagaba al obrero  menos del valor de lo que contribuía a la producción. Y  esto lo dice muy claro Mill  “ La causa de la  ganancia es que el trabajo produce más de lo preciso  para  su  sustento ”,  y  por  eso,  después  de  lograr  sus  medios de vida, los trabajadores “ dispondrán de una  parte de su tiempo sobrante, durante el cual podrán trabajar para el capitalista. Vemos así que la ganancia  surge, no por el accidente del intercambio, sino por la  fuerza productiva del trabajo”.

Renta

No todas las tierras dan renta, primero, porque  en casi ningún país se explotan todas las tierras;  siempre  suele haber alguna sobrante. Y, segundo, porque hay tierras, de las peores, en las que sólo se puede extraer la  reposición  de  las  materias  primas  y  el  alimento  de  quienes  las  trabajan  (ibídem,  pp.  374  y  375).  En  consecuencia, se puede sentar como principio que  “la  peor tierra que se cultive no da renta”  (ibídem, p. 376).  Y,  “lo que una tierra cualquiera produce por encima de la tasa ordinaria de ganancia del capital es lo que  la  misma tierra produce en exceso de lo producido por  la  peor  tierra  en  cultivo.  El  excedente  es  lo  que  el  campesino puede pagar como renta al terrateniente”.

La competencia entre los agricultores  es la  que permite igualar las tasas ordinarias de ganancia a del  capital y que el resto vaya a parar a la renta.  

Papel del empresario

El capitalista, ahorra y acumula los fondos necesarios; el empresario, asume el riesgo y la dirección de la empresa; y el director, gestiona la empresa, pero sin asunción de riesgo por el capital invertido. Así, el empresario puede ser una persona distinta del capitalista que presta el dinero; también puede ocurrir que el dueño de la empresa contrate a sueldo a una persona que se encargue de la dirección o gestión de la empresa

Teoría del valor

La  formación  de  los  precios  es  el  tema  que  ofrece más interés de su Libro III, sobre el cambio . El  valor cobra sentido cuando es el sistema de mercado, a  través de la competencia, el procedimiento de distribuir  la riqueza producida; porque si fuera la costumbre  o el  uso el agente distribuidor no sería necesario tener  en  cuenta los valores (Mill, 1848, p. 385). Por consiguiente,  el cambio no es la ley fundamental de la distribución de  los  productos,  sino  que  depende  de  las  instituciones  sociales (ibídem, p. 385). Las leyes del valor no son  necesarias para quienes pretenden construir un nuevo  orden social. Pero si el orden de una sociedad se basa en  la compra y la venta, y por este procedimiento adquieren  los hombres sus medios de vida, entonces las leyes  del  valor son primordiales (ibídem, p. 386).  Para Mill (ibídem, p. 404), ante todo, “ el valor  es un término relativo: el valor de una mercancía  [...]  significa  la cantidad  de  otras  cosas  que  se  pueden  obtener a cambio de ella. ” Para explicar las causas que  afectan al valor de un artículo, pero no de otro pues los  valores relativos no cambiarían si a la vez influyera en  varios de ellos, Mill, como Malthus, adoptó el principio  de la oferta y la demanda como norma general en la  formación de los precios, arrinconando, en gran medida,  pero  no  del  todo,  la  teoría  del  valor-trabajo  que  s e  prestaba a ser interpretada en términos de explotación y  desarrolló  (ib.,  p.  51)  el  fundamento  del  valor  en  la  apropiación de los bienes que originaba así su escasez: “nadie pagará nada por lo que pueda obtener gratis”.

La suficiencia que caracterizó a Mill le llevó a  declarar (ibídem, p. 386): “Afortunadamente no queda  nada que aclarar en las leyes del valor, ni para los  escritores actuales ni para los del porvenir: la teoría  está completa”. Aun cuando Mill sólo pretendía exponer  con  claridad  la  vigente  teoría  del  valor,  su  rotunda  declaración –teniendo en cuenta que la última edición en  vida  de  Mill fue en 1871 y que poco después, en el  mismo  año,  Jevons  publicó  su  Teoría  de  economía  política  (1871), donde expone una nueva teoría del valor  basada en el principio de marginalidad– es la afirmación  con pretensión científica más profunda y rápidamente  refutada, según dice James (1959, p. 162) inspirándose  en la opinión de Jevons (1871, p. 35) al respecto

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