La representación cotidiana del Estado comprende muchas veces

El Estado

La representación cotidiana del Estado comprende muchas veces, incluso, su identificación con las sedes o espacios físicos que simbolizan el poder político: residencias presidenciales, recintos parlamentarios, tribunales, palacios de gobierno. Esta percepción del Estado como si fuera una cosa, una persona o un ente externo a la sociedad no es, sin embargo, sólo resultado de una ilusión óptica.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             (Rhina Roux,2005, El príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado, México, Ediciones Era.)

El estado es un proceso social, y también, por lo mismo, tiene una existencia y una evolución histórica: Las primeras formas estatales de la historia se dieron, al parecer en las ciudades-Estado de Mesopotamia, precisamente con las primeras civilizaciones. Ahí la jerarquización de los hombres, que consolidaba la desigualdad social, también ponía la violencia legal en manos de un jefe y surgió hace cerca de ocho mil años.

El estado surge con las primeras civilizaciones y en ocasiones crece al par que éstas se extienden y dominan a otros pueblos. Hubo civilizaciones con tendencia a convertirse en imperios como Egipto, el Imperio Persa. Pero también hubo civilizaciones que no llegaron a convertirse en imperios, como la griega encabezado por Alejandro Magno, se trató de pueblos organizados en ciudades-estado con una cultura muy avanzada, pero pequeñas, cuyos ejemplos representativos son Esparta y Atenas.

Los reinos (Gobernados por reyes) estaban integrados por feudos (unidades económicas, pero también políticas). En medio de esta realidad de fragmentación política se encontraban dos unidades con aspiraciones mayores: el “emperador” y el Papa de Roma. Estos poderes supremos, sin embargo, no pasaban de ser teóricos y los reyes que eran la máxima autoridad en sus territorios, ejercían el gobierno por medio de otros poderes que les estaban teóricamente subordinados.

Durante la transición del feudalismo al capitalismo se fueron formando unidades políticas cada vez mayores, así surgieron los primeros Estados monárquicos unificados, que fueron el germen de las nacionalidades: en los siglos XV, XVl se desarrollaron procesos como los descubrimientos geográficos y la formación de imperios, el Renacimiento y la Reforma protestante; todos ellos apuntaban a la creación y desarrollo del Estado moderno.

Un autor que estudio el tema para la etapa que estamos analizando establece una periodización de esta unidad política a la que denomina Estado absolutista, tomando como base la relación entre la nobleza y la monarquía, así como los cambios políticos que se generaron debido a estas relaciones:

• Primera etapa. Siglo XVl. Los estados generales se formaban por representantes delas clases sociales (la nobleza, el clero y el pueblo) y tenían una doble función “Auxilio y Concilio”
• Segunda etapa. Siglo XVll. El crecimiento de la burocracia lo que significó también el debilitamiento de los poderes locales, es decir de los señores feudales.
• Tercera etapa. Siglo XVlll. Hay un dominio evidente del Estado, y como concesión a los feudales se establecen una serie de mecanismos para conservar la gran propiedad feudal de la tierra.

Las revoluciones democrático burguesas (inglesa del siglo XVll, francesa del siglo XVlll y norteamericana del siglo XVlll) tuvieron una gran importancia, ya que implicaron no sólo el derrocamiento del monarca absoluto, sino el establecimiento de gobiernos republicanos, con carácter democrático, y la mención en las leyes de los derechos del hombre y el ciudadano, llamados actualmente derechos humanos.

...