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La trilogía de inteligencia espiritual, educación holista y Ramón Gallegos


Enviado por   •  11 de Mayo de 2018  •  Monografías  •  1.673 Palabras (7 Páginas)  •  204 Visitas

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Ramón Gallegos en sus libros de inteligencia espiritual nos dice de manera magistral que la felicidad es real, el sufrimiento es una ilusión, las dos existen, pero una existe como realidad y la otra existe como ilusión, una es el sustrato real la otra la apariencia imaginada.

Nuestra naturaleza es: Ser-Conciencia-Felicidad, sufrimos por la vida que llevamos pero ese sufrimiento puede superarse cuando hemos eliminado la ilusión de la dualidad. Estar espiritualmente Conscientes es estar plenamente felices. Esta felicidad no es un estado emocional, no es un estado alterado de excitación, o un placer sensorial, es paz perfecta, es armonía absoluta. Ser el sí mismo, eso es la verdadera felicidad

La aceptación es reconocer que la vida es perfecta tal como es, que cada momento es maravilloso y se acepta sin queja, eso abre la puerta de la felicidad. No hay nadie feliz, sólo hay felicidad; felicidad como la genuina realidad, sin causa, esta felicidad es paz perfecta, serenidad y gracia. La iluminación es descubrir quién eres.

La felicidad sin objeto sólo es posible cuando “la mente se silencia”. Pensamos que somos el pensamiento, esto es un error, por eso es muy importante empezar la reducción de pensamientos, son catastróficos, repetitivos e inútiles

¿Cómo podemos ser felices si nos consideramos criaturas débiles, pecadoras y aisladas? Estas creencias conforman un condicionamiento que impide ver y sentir lo que realmente somos, a eso se le llama ignorancia y termina con el conocimiento supremo.

La felicidad es nuestra verdadera naturaleza, esta es una verdad perenne que se reconoce siempre en el momento del despertar. La aceptación y la felicidad son inseparables, son verdades espirituales. El amor es la experiencia de la totalidad, es un sentido de pertenencia y de conexión con el Kosmos, es una experiencia donde la identidad se descubre universal, el verdadero amor lo incluye todo, y eso es la felicidad más genuina.

El supremo discernimiento es el poder para alcanzar y comprender la felicidad, es la capacidad, entendimiento, la manera de responder a los eventos de la vida. La fuente de la felicidad viene de adentro, brota desde nuestra verdadera naturaleza, no depende de circunstancias externas, ser felices a pesar de las circunstancias adversas.

Ramon Gallegos nos enseña que la genuina felicidad brota sin motivo desde adentro, desde el Ser, como consecuencia de la libertad de la ignorancia. El Ser es nuestra verdadera identidad, ya estamos iluminados, somos pura felicidad, esa es la verdad más alta, pero no lo vemos porque nos identificamos con los melodramas del pensamiento egocéntrico.

Hay que vernos de otra manera, la mirada correcta abre el corazón de la felicidad. Encontrar la felicidad genuina es encontrarnos a nosotros mismos, implica un trabajo intenso de auto-indagación y conocimiento de la realidad fundamental, implica una práctica espiritual meditativa, una actitud de atención plena basada en la ecuanimidad y el discernimiento, que revelen la naturaleza condicionada de la dualidad como una ficción.

Generalmente derivamos toda nuestra “felicidad” del tener y no del Ser, es un error que conduce a la esclavitud de la ignorancia. Aprender a ser feliz es despertar la inteligencia espiritual y las escuelas deben ser lugares donde se pueda ser feliz, sobre la base de una vida feliz la educación puede cumplir mejor sus objetivos.

Con la visión de la inteligencia espiritual, la felicidad interior es la causa de que seamos felices con las cosas externas, La felicidad interior es la causa y el efecto, es tener relaciones felices y disfrutar la cotidianidad. La felicidad genuina brota sin motivo desde adentro, desde el Ser como consecuencia de la libertad de la ignorancia, tiene efectos extraordinarios en el mundo, en nuestras sociedades y nuestras comunidades, no necesita de objetos o razón para ser feliz.

La aceptación es reconocer que la vida es perfecta tal como es, que cada momento es maravilloso y se acepta sin queja, eso abre la puerta de la felicidad. Para ello debemos permanecer como testigos, transpersonales, presenciando el mundo sin implicarnos emocionalmente, con ecuanimidad arreactiva. Esta sería la más alta actitud espiritual, es llegar a la aceptación de la vida tal como es.

Todos queremos vivir en paz y ser felices, para eso debemos ir de la ignorancia a la sabiduría, vivir felizmente significa vivir en la verdad, en el flujo universal natural, la aceptación de la totalidad significa rendirse a “lo que es”, la aceptación significa amar “lo que es

Ramon Gallegos nos dice en sus libros de inteligencia espiritual que quien busca la Conciencia es la Conciencia misma, el buscador es lo buscado. Cuando esto se entiende la búsqueda termina y se inicia la observación sin observador que culmina en el despertar espiritual. Esta necesidad espiritual que sienten es el llamado de la Conciencia a casa, de reconocer la verdadera espiritualidad perenne.

¿Es correcto hablar de la evolución de la conciencia? Si, como concepto, como movimiento aparente a nivel de fenómeno, es un concepto que se necesita desde la perspectiva del movimiento del mundo. Se utiliza en el despertar espiritual para designar el nivel de comprensión o entendimiento de la realidad fundamental. Una conciencia evolucionada sería aquella con alto grado de comprensión de la verdad espiritual. Desde la verdad última la conciencia no evoluciona, porque es inmutable, no necesita nada, la consideramos en evolución desde nuestra vida en la dualidad, viéndolo así es correcto hablar de evolución de la conciencia.

Ramon Gallegos nos dice que cuando hablamos de evolución de la conciencia nos referimos a la conciencia en movimiento, como fenómeno, no a la Conciencia original como noúmeno. Conciencia iluminada es nuestra verdadera

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