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Lo Que El Viento A Juaréz ánalisis De La Obra De Toledo


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2013  •  2.463 Palabras (10 Páginas)  •  707 Visitas

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Sánchez Sánchez Miguel Fernando

Educación Visual II

Introducción

Francisco Toledo, artista nacido en Juchitán de Zaragoza (1940), Oaxaca. Considerado uno de los mejores artistas contemporáneos, su pintura puede interpretarse como una apasionante metáfora del estado actual de ese fragoroso encuentro entre grandes civilizaciones que tiene a México como privilegiado escenario hace ya 500 años.

Desde una perspectiva artística neobarroca, entre indígena y colonial, el artista oaxaqueño Francisco Toledo elabora una visión que juega con el mito y la desmitificación, de Benito Juárez, en su serie de pinturas “Lo que el viento a Juárez”, título derivado de una expresión que ha pasado al habla popular (“tú me haces lo que el viento a Juárez”) para alardear cuando una persona se cree invulnerable a los ataques y/o maledicencias. En el prólogo a la edición de la citada serie, Carlos Monsiváis reinterpreta ese mito:

“Ya que Juárez es inalterable, todo lo que ocurra y todo lo que se le ocurra no lo harán ser menos Juárez. A él ya no lo alcanzan ni el respeto ni la falta de respeto [...]. Se declaran abolidos los panoramas de la Historia de Bronce y las rencillas de la antihistoria. Si el sitio del héroe es inmodificable, lo que debe cambiar es nuestra percepción de sus alcances visuales… (Monsiváis, en Toledo, 1986, p. 7).”

En el presente trabajo se tomaran para analizar, tanto formal como conceptualmente, tres pinturas de dicha serie con el fin de comprender el quehacer artístico del artista Toledo dentro de ésta serie de trabajos.

Juárez atraviesa el rio de las calaveras rodantes

Análisis formal.

Pintura fechada en 1996, muestra a la figura de Benito Juárez y a un conjunto de calaveras en una composición en la que dominan las formas lineales y por tanto las direcciones, la línea de contorno de todas las formas (los personajes y las líneas direccionales) es realizada en forma serpenteante lo que conjuntado con las tonalidades ocres de la composición hace que la obra resulte bastante vibrante y atrayente.

Para realizar el análisis formal se consideran dos pesos visuales que se compensan entre sí, en la parte inferior izquierda de la composición estaría localizado uno, y en la contraparte (parte superior del derecha del cuadro) se encuentra en segundo conjunto, por lo que el equilibrio en la obra se logra por simetría en los elementos en la distribución del cuadro, remarcado por dos elementos, uno respecto a cada peso, que se encuentran en su órbita gravitacional y aportan más dinamismo a la pieza.

Aunque se diferencian estos dos pesos dentro de la obra es difícil concretar una figura y un fondo dentro de la pieza artística, ya que tanto los pesos referidos como las formas visualmente lineales conviven sin jerarquización u oclusión de los elementos. Las formas lineales (que componen el espacio restante del cuadro) marcan dos direcciones: la primera de arriba hacia abajo (considerada así por la forma de lectura que como sociedad tenemos, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo), y la segunda una diagonal descendente de izquierda a derecha. Un elemento muy interesante es el bastón empuñado por Juárez el cual marca una dirección, rematado en una calavera que remarca aún más esta dirección, contraria a la diagonal antes mencionada (en orden ascendente de izquierda a derecha) la cual sirve como vinculación entre los dos cúmulos de elementos que se diferencian dentro del cuadro.

Un poco antes se mencionaron dos elementos en la periferia de los conjuntos visuales, uno es la calavera en el bastón de Juárez, los cuales son utilizados por el autor para dar atracción a estos pesos, aunque también los utiliza para remarcar direcciones, como el que marca la dirección del mencionado bastón, el segundo elemento en la parte central superior, remarca la diagonal en sentido contrario.

Las líneas de contorno de todos los elementos, excepto la cabeza de Juárez de la que se hablará en seguida, está realizada en forma serpenteante lo que hace que los elementos y la obra en general resulten bastante vibrantes; sin embargo hay un elemento que resulta de suma importancia en la composición, la cabeza de Juárez, el cual es un grabado, retomando fielmente de un sello conmemorativo. Por lo que este elemento, contrario a los demás, está definido por líneas de contorno firmes y hasta un poco pesadas, debido a la obligada comparación visual de los elementos, lo que hace que este personaje visualmente pueda verse estático, aunque su vestimenta tenga este serpenteo antes mencionado no le resta esteticidad, tratado de darle ritmo con unas tonalidades azules (muy parecidas a la tonalidad de éste elemento) ubicadas en torno a Juárez.

Respecto a las cualidades de color en la obra predominan los tonos rojizos, y en orden descendente Toledo utiliza blancos, verdes, azules y sutiles tonos violetas. Por lo que la obra es muy vibrante por los tonos rojizos, acentuado por el serpenteo de las líneas de contorno.

Análisis iconológico.

Uno de los puntos que hay que considerar dentro de este análisis es la generalidad tratada dentro de la serie de Toledo “la idea de Juárez como un zapoteca que ha superado el prejuicio racial para alcanzar el poder supremo” , esta idea tomada desde muchos ángulos.

Toledo parafrasea dos tradiciones iconográficas mexicanas bien definidas, la calavera y el héroe Liberal. Pone en duda la interpretación de Juárez como héroe, por lo menos en su comunidad. Ya que siendo gobernador, y también como presidente, Juárez ordeno intervenciones en el la proclama de autonomía en la década de 1840 de la comunidad de Juchitán (debido a disputas territoriales), por lo que en esta comunidad también tienen la concepción de Juárez como opresor. Este es el sentido en el que se retoma la figura de Juárez en la obra.

En este cuadro aparece Juárez con una pose arrogante, y medio arrodillado, con una mano colocada con desenvoltura en la cadera y clavando la punta de su bastón. La cabeza en proporción con el cuerpo se ve un tanto más pequeña que este. El tema tratado en el cuadro se representa en la pose arrogante con la que Juárez está representado en el cuadro, además respecto a la proporción del cuerpo con la cabeza, la cual es menor en proporción, lo cual hace alusión a lo que enfrenta el personaje, Juárez al ser visto como héroe se le resta su parte humana, se le da más importancia al traje que a la persona, a lo que fue y es considerado que a él en su totalidad.

El bastón que empuña Juárez es el elemento con el que interactúa dentro del cuadro, el bastón puede considerarse como elemento de apoyo o de castigo, para lo cual ambas funciones son utilizadas dentro de la obra, por una parte es el elemento en el que se “apoya” para interactuar, pero al mismo esta interacción es hostil, agresiva, por lo que el calificativo de castigo, hacia las calaveras, es válido. Juárez castiga a las calaveras.

Además lo temerario del personaje al combatir a las calaveras, que pueden considerarse una herencia mesoamericana en general y en el cuadro a la zapoteca en particular, muestra este concepto de Juárez como opresor de Juchitán (comunidad zapoteca), al estar en el cuadro combatiendo a las calaveras, combatiendo con, en este sentido, con la comunidad zapoteca.

El sentido de atravesar el rio “de las cabezas rodantes” seria atravesar y triunfar, vencer los conflictos del istmo y lograr la unidad nacional, reusar sus raíces zapotecas y convertirse en ídolo y represéntamen del indigenismo, del icono de fuerza y valentía que perdura en nuestro imaginario. Triunfar sobre la muerte, al convertirse en un icono, supera y transgrede a la muerte, deja de ser humano para convertirse en idea. El perdurar de Juárez como héroe liberal.

Juárez embrujado

1986

Mixta sobre amate

80x59 cm

Francisco Toledo

Análisis formal.

La composición de la obra resulta simétrica y a que las líneas y las formas que lo componen parten o se ubican en o marcan zonas de atracción dentro del cuadro, las cuales consideradas por Arnheim las principales son el centro y las esquinas del cuadro.

Un elemento a destacar dentro de la composición es el respeto del color local del soporte donde se realiza la obra.

Dentro de la composición juega con colores complementarios y suplementarios, dentro de la composición tanto en las cuatro esquinas como en el centro están elementos azules en interacción con elementos rojos; y junto a estos elementos verdes del mismo peso visual.

La obra está dividida por dos líneas, una vertical y una horizontal que pasan por el centro de la obra, dividiéndola en cuatro segmentos, prácticamente paralelos. Existen líneas imaginarias que marcan varios elementos lo que ayuda a darle ritmo y restarle un poco de esteticidad a la obra.

El elemento que le resta simetría a la composición es el grillo con cabeza de Juárez, el cual se concierte en el elemento que mayor peso visual tiene dentro de la obra, tanto por su tonalidad, como por su ubicación, así como por la dirección diagonal que marca (descendente de izquierda a derecha).

Análisis iconológico.

Una de las consideraciones principales para la realización del análisis iconológico en esta obra es la significación que tiene el grillo dentro de la obra de francisco Toledo, “en Toledo el saltamontes tiene un carácter metafórico en relación con lo siniestro, tanto en términos de muerte como de sexo”

Al referirse a Juárez embrujado, al ser representado con cuerpo de grillo y por ende resultar ser el grillo. Este ser que representaría, tomando en referencia a Dalí, la muerte, “ya que la imita en su perfecta quietud, para pasar de súbito a la acción con un salto” . Al transformarse en la muerte no muere, pervive; pervive en el imaginario nacional, ese es su embrujo, estar, estar presente. Convertirse en un ideal más que en un hombre.

Transformarse en la muerte y pervivir, es el embrujo de Juárez, pervivir sobre una imaginaria indigenista, se considera esto por las formas simétricas y colores usados en la composición, así como los materiales usados para la realización (papel amate). Ser considerado indígena siempre en el recuerdo, darle gran validez a su origen, ser considerado un gran representante del indígena. Nadie dijo que el embrujo debía de ser malo.

Juárez sentado con la muerte y un coyote

Análisis formal.

La pintura es resuelta con una paleta bastante reducida en la que predominan el azul, el gris y el marrón, lo que hace quesea una pintura que visualmente parezca fría y las tonalidades blancas resalten al momento.

El equilibrio dentro del cuadro se logra por contraposición de elementos, uno de mayor tamaño en la izquierda compensado por un par de menor proporción en la parte derecha.

En esta obra está claramente marcada la diferencia entre figura y fondo, en la que las figuras están claramente definidas (por lo que puede considerarse que la forma predomina sobre el color), y el fondo está resuelto de un modo más insinuado. Respecto a la perspectiva esta se logra con una línea diagonal, desde la parte inferior del cuadro hacia el punto medio del mismo, terminando en un rectángulo que se sitúa en la parte superior derecha.

Los personajes marcan diagonales en la composición, de izquierda a derecha en forma descendente, lo que genera un ritmo dentro del cuadro, el cual se logra también por la alternancia entre los colores marrón y azul dentro de la realización de los personajes. Existen direcciones dentro del cuadro marcadas por el fondo, en la definición de los límites de las paredes, la diagonal antes mencionada, una horizontal y una vertical, que también es insinuada por el bastón que lleva del brazo la representación de Juárez.

Análisis iconológico.

En este cuadro Benito Juárez aparece como un ser con resplandor, pero la tonalidad azul, aparece como un ser frio, ausente, una construcción dentro del imaginario mexicano, una figura firme y asentada dentro de la historia nacional, esto recalcado dentro del cuadro por literalmente estar “sentado”. Sin embargo aunque asentado dentro de la historia, Toledo, presenta al personaje marcando una diagonal, lo cual da una cierta tensión, la cual visualmente se ve compensada por la diagonal que se genera por el bastón que Juárez tiene por el brazo (el bastón como anteriormente se mencionó se considera un símbolo de apoyo y castigo), sin embargo la forma de tenerlo por el brazo genera una nueva tensión. Esta relación de la diagonal en la que se encuentra el personaje, su aura ausente y el bastón, refiere a la creación de Juárez como mito; esta figura de héroe liberal registrada en la historia nacional, apoyada en el centralismo y por lo tanto exclusión y opresión de tendencias a-centralistas, sin embargo esta parte en la que se apoyó su régimen liberal queda sesgada u omitida del concepto general de Juárez.

La representación sostiene por la correa a un perro (xoloitzcuintle), el cual muestra una expresión de empatía con Juárez, el perro xoloitzcuintle es la representación del pueblo mexicano, el cual muestra gran admiración por Benito Juárez, convirtiéndolo en un ídolo dentro de la historia de la nación. El perro está apoyado en la pierna de Juárez, lo que hace referencia a que en la sociedad mexicana está arraigada la concepción de Juárez como héroe y en ella se apoya para sostenerse, aunque también se encuentra atado y sujeto a él, debido a que el animal es sujetado por Juárez por la correa.

Juárez tiene en la mano izquierda a sujetado al pueblo, y en la derecha el poder opresor (bastón).

El tercer personaje, que representa a la muerte, localizado en la parte superior derecha, también sujeta la correa a la que está atado el pueblo, con actitud aparente de tratar de arrebatar la correa a Juárez. La intención de Toledo es burlarse, un poco de esta idea romántica que tenemos de Juárez.

Lo que el viento a Juárez

Toledo dentro de esta serie que retoma a la figura de Benito Juárez, un icono de la historia nacional, tomando no solo su parte de héroe de la época de reforma, si no en una parte más integra, ya que toma tanto sus virtudes como sus errores dentro de su quehacer en la historia nacional. Puede tomarse su obra como la desmitificación de un héroe nacional pero también burla de un demonio local. En el fondo está presente la idea de Juárez un zapoteca que ha superado el prejuicio racial para alcanzar el poder supremo.

Bibliografía

Arnhein, Rudolf (1979). Arte y percepción visual : psicología del ojo creador. Madrid: alianza

Arnhein, Rudolf (2001) El poder del centro :estudio sobre la composición en las artes visuales : versión definitiva. Madrid: Akal

Kandinski, Wassily (1996). Punto y líneas obre el plano: contribución al analisis de los elementos pictóricos. Barcelona: Paiodos.

Moreno Villareal, Jaime (1999). Toledo el ideograma del insecto. México. D.F.: Consejo Nacional Para la Cultura y Las Artes.

Whitechapel Art Gallery (2002). Francisco Toledo (catálogo). Turner Libros. Madrid.

http://www.jornada.unam.mx/2006/02/26/mas-jesus.html Revisado el día 28 de septiembre del 2012

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