Los documentos y la información son como un testigo

     Todo hombre que olvida su historia está condenado a repetirla, esta afirmación que es un cliché para hacer que los sujetos reflexionen en torno del regresar constantemente sobre lo que han vivido para no repetir esas acciones, sin embargo, en la actualidad conservamos nuestra información de manera diferente no porque deseemos no olvidarla, sino que hemos encontrado nuevas formas y extensiones de nuestra memoria, para esto se usaron las piedras, para conservar la memoria, los pergaminos donde se escribía cada historia, los libros, las fotografías.

     En todos ellos se conserva la memoria de la humanidad, en la actualidad nos valemos de las nuevas tecnologías de la comunicación y la información para continuar resguardando nuestra información, colocamos en los documentos que escribimos nuestra memoria, en ocasiones un tanto poética como manifestación de una vida que se relaciona con otra, en favor del desarrollo de la humanidad.

     En este devenir de la información que se conserva, que se resguarda como archivo digno de ser leído, sobre el cual se retorna con ansia de encontrar en el recorrido que realizan nuestros ojos, los datos que se escaparon en presente, en un archivo que se encuentra suspendido en el tiempo como una manifestación de lo que se es, resguardamos esto como tesoro, hemos construido edificios específicos para resguardar nuestra información como lo fueron las bibliotecas, donde se resguardaba con recelo en cada anaquel un pedazo de la historia de la humanidad, hemos avanzado a una era donde los edificios de acero, ladrillo y concreto, junto al resguardo de la información han migrado a la esfera digital, los nuevos edificios ya no los percibimos por los sentidos, por el contrario, se construyen en un espectro donde cualquiera puede acceder a ellos, un sin número de unos y ceros que forman paredes que se extienden sobre la inmensidad de una realidad que no es nuestra, a la que se ha llamado virtual.

     Esta nueva realidad que se sumerge en el espectro de la ficción que el cine y la literatura presentaba hace unos 50 años atrás, se ha materializado en bases de datos, aplicaciones e información codificada, algo paradójico el conservar tanto en algo que parece un sueño sacado de las visiones de los dioses griegos, que evocan la imaginación, en esta nueva realidad aunque con nombres diferentes, aúun encontramos a los escribanos, sujetos que se encargaban de consignar la historia en los trazos de una pluma que se sumergía en la tinta como un acto de suma elocuencia y de enorme importancia. En la actualidad ya no usamos la pluma y el tintero, nos hemos puesto frente a teclados para escribir letras que contengan esa parte que se desea conservar.

     Esta nueva manera de escribir ha cambiado la forma de ver el mundo, en ocasiones lo vemos a través de una pantalla, aunque en algunas situaciones aun resguardamos nuestra información de manera física en formatos escritos a mano, pero que el tiempo cumple la función de deteriorar, por eso algunos se encargan de transformar ese papel que el tiempo destruirá, en algo que perdurara en la memoria infinita de un servidor, pero antes de llegar allí, alguien se ha tomado el trabajo de colocarlo en una caja, de marcarlo para que se ha guardado como un tesoro en la oscuridad de un cuarto que parece resguardar a todo del paso del tiempo.

...