Los niños y los jóvenes en el movimiento: geografías de los niños y la migración juvenil.
Eujenio EspinosaApuntes5 de Julio de 2016
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Los niños y los jóvenes en el movimiento: geografías de los niños y la migración juvenil
Caitríona Ní Laoire, Allen White, Naomi Tyrrell y Fina Carpena-Méndez
RESUMEN: En este artículo se le invita a explorar los procesos de migración, que son experimentados y construidos a escalas global y local, desde las perspectivas de los niños y jóvenes inmigrantes. Se presenta una visión del pensamiento geográfico actual sobre los procesos migratorios y las formas en que estos procesos dan modelan los espacios y lugares en los que vivimos, sobre todo destacando la tendencia a pasar por alto el de los niños y los roles de los jóvenes en ellos. El artículo se centra en el área emergente de las geografías de la migración infantil y juvenil. Se destaca el importante papel desempeñado por los niños y jóvenes en los movimientos globales de población y explora las espacialidades de identidad, pertenencia, la movilidad y la solución ya que estos son formados y experimentados por los niños y jóvenes inmigrantes.
Introducción
Los geógrafos se han interesado cada vez más en la vida de los niños, como se refleja en la creciente literatura en el campo que se ha conocido como "geografías de los niños '. Más recientemente, el trabajo dentro de las geografías de los niños ha querido destacar los diversos contextos socio-espaciales y la naturaleza diferenciada de vida de los niños (Evans y Holt, 2011). La migración es un objetivo particularmente útil a través del cual se puede hacer esto, ya que pone en primer plano la movilidad y los cruces fronterizos (tanto políticos y culturales), y por lo tanto lleva nuestra atención a las experiencias de la diversidad y la diferencia de los niños. En este artículo, te invitamos a explorar los procesos de migración, que son experimentados y construidos a través de espacios y lugares en el plano mundial y local, desde las perspectivas de los niños y jóvenes inmigrantes.
La migración se ha convertido en uno de los fenómenos que se definen globales del siglo XXI. Las cifras recientes muestran que hay aproximadamente 214 millones de migrantes internacionales en el mundo, además de unos 740 millones de migrantes internos (Organización Internacional para las Migraciones, 2011). La migración está íntimamente ligada a las estructuras y los procesos económicos, sociales, culturales y políticos. Como tal, las maneras en que los procesos migratorios dan forma a los espacios y lugares en los que vivimos, ha sido, y sigue siendo aun mas, el foco de la investigación geográfica. Este cuerpo de investigación ha puesto de manifiesto la naturaleza cambiante de la migración y ha comenzado cada vez más a centrarse en los grupos de migrantes previamente investigados, como las mujeres migrantes. No ha sido algo así como un alejamiento del modelo migrante cabeza de hogar solo macho y un reconocimiento simultáneo de la naturaleza de género y familiar de la migración (Cooke, 2008; Stalford et al., 2009). Esto es parte de un movimiento más amplio dentro de la geografía de la población durante las últimas dos décadas más o menos hacia un mayor compromiso con las ideas de la teoría social más amplia, por ejemplo, desde el feminismo o las teorías contemporáneas de la infancia (Graham y Boyle, 2001; Silvey, 2004). Se reconoce cada vez más que los movimientos de población deben ser entendidos en el contexto de las relaciones de poder dentro de la sociedad y las familias, y que existe la necesidad de alejarse de puntos de vista normativos de conceptos tales como la edad y la familia en la comprensión de los procesos de migración (Bailey, 2009).
Sin embargo, el papel de los niños migrantes es aún poco reconocido, a pesar de su importancia numérica. Se estima que, en los países ricos, los niños de familias inmigrantes comprenden proporciones que van del 10% a casi el 40% de todos los niños de la población (UNICEF, 2009). Estudios recientes ponen de relieve el importante papel desempeñado por los niños y jóvenes en los procesos de migración y requieren más investigación que explore la migración desde sus perspectivas (White et al, 2011; Coe et al., 2011).
Se argumenta que no sólo los niños migrantes comprenden una población numéricamente importante, sino también, como agentes y negociadores sociales y creadores de la cultura, además son una población importante de incluir en los intentos por comprender el impacto y la importancia de la migración en la globalización contemporánea y el cambio cultural. En este artículo, se proporciona una introducción a los temas clave de este cuerpo emergente de investigación, centrándose en particular en las formas en que las identidades, la pertenencia, la movilidad y la solución que forman y sufren los niños y jóvenes inmigrantes en diferentes contextos, espacios y lugares.
Los niños y los jóvenes como migrantes (importantes)
La migración juega un papel crucial en la conformación de distribución de la población tanto a nivel regional como global. Es un factor clave del cambio económico y social, y un importante foco de los esfuerzos políticos para controlar nacionales bordillos, es a menudo una tendencia, sin embargo, pasar por alto el importante papel desempeñado por los niños y los jóvenes como protagonistas de los procesos migratorios globales y regionales. No sólo los niños y los jóvenes comprenden una (si es en menor medida) proporción significativa de la población migrante mundial, sino que también juegan un papel en particular dentro de ella. Esto ha sido señalado por Orellana et al. (2001), quienes sostienen que las diversas formas de cadena global, la familia y la migración circular son moldeadas por las relaciones niño-adulto dentro de las familias. Los investigadores sostienen que, en general, "la presencia de los niños es fundamental para las familias en procesos de toma de decisiones, y que los niños fundamentalmente dan forma a la naturaleza y el curso de las experiencias familiares de migración" (Orellana et al., 2001, p. 587). De hecho, la presencia de los niños es con frecuencia un factor de motivación para las familias de migrar o no. Por ejemplo, las familias migrantes de Hong Kong en Canadá parecen tener menos probabilidades de volver a Hong Kong en la etapa de su ciclo de vida cuando tienen hijos (Ley y Kobayashi, 2005). En muchos casos, los futuros imaginados de los niños son el factor motivador detrás de la migración de los padres o familias, en particular para la migración a los países del Norte con la esperanza de asegurar un mejor estilo de vida y un futuro para sus hijos (Carpena-Méndez en NI Laoire et al., 2011).
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Figura 1: vidas móviles (por 'Marissa', 15 el año de vida migrante de edad en Irlanda). Muchos migrantes jóvenes a desarrollar sus identidades y pertenencias en contextos transnacionales a través de su uso de las nuevas tecnologías (como las TIC y los teléfonos móviles), así como las visitas a familiares y las conexiones con los países de origen ''.
A pesar de esto, los niños siguen teniendo diferentes grados de poder en los procesos de toma de decisiones de migración de la familia. En una investigación con niños de familias migrantes de zonas urbanas a zonas rurales de Inglaterra, Bushin (2009) argumenta que los niños tienen diferentes niveles de participación en la toma de decisiones migratorias de las familias, que dependen de su edad y de sus "consideraciones de" interés de los padres. De hecho, los niños pueden jugar un papel central en la migración familiar. Por ejemplo, Ansell y van Blerk (2004), en sus investigaciones sobre estrategias de los hogares del sur de África para hacer frente a VIH / SIDA, encontraron que las familias hacen uso de la migración de los niños para satisfacer las necesidades del hogar. Usando el caso de la migración en cadena de Corea del Sur de los EE.UU., Orellana et al. (2001) apuntan a los roles de los niños migrantes como la migración de los líderes dentro de las familias, donde los niños migran por primera vez como estudiantes, para ser seguido por otros miembros de la familia en una fecha posterior.
En muchas partes del mundo, los niños emigran por motivos de trabajo no acompañados por los miembros de la familia (Huijsmans, 2008). Mientras que pueden ser víctimas de trata de personas o de las separaciones forzosas de la familia en este tipo de situaciones, muy a menudo los niños y jóvenes que migran por su cuenta para el trabajo de hacerlo a propósito y estratégicamente, utilizando la migración como una estrategia para mejorar su propia situacion o la de sus familias (Huijsmans, 2008; Mai, 2011). Este es un fenómeno bien establecido en muchas sociedades de África y América del Sur, donde los jóvenes realizan migraciones estacionales y circulatorias, a veces a través de fronteras internacionales, para obtener un trabajo y tal vez de lograr su propio estado o para mejorar las condiciones de vida en sus comunidades de origen (Carpena -Méndez, 2007; Punch, 2007; Ungruhe, 2010). Por ejemplo, en partes de Ghana, los hombres jóvenes de las zonas rurales migran estacionalmente para trabajar en las ciudades y volver con símbolos materiales de éxito (Ungruhe, 2010). Los niños también forman una parte muy importante de la población de refugiados del mundo, ya sea como parte de las familias de refugiados o por su cuenta. Los niños refugiados pueden experimentar en los viajes migratorios procesos de liquidación (los traumas a menudo experimentan un gran desafío), y desarrollar diferentes tipos de estrategias para hacer frente a las circunstancias adversas (Maegusuku- Hewett et al., 2007).
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