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MINERALES. FUENTES DE IMPORTANCIA EN LA NUTRICIÓN.


Enviado por   •  8 de Febrero de 2017  •  Informes  •  5.280 Palabras (22 Páginas)  •  292 Visitas

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I.U.T. RUFINO BLANCO FOMBONA.

NDB – 6111 –NUTRICIÓN Y DIETÉTICA.

PROFESORA: GREICE  MACHILANDA

I SEMESTRE DE ENFERMERIA.

SECCION C.

MINERALES. FUENTES E  IMPORTANCIA EN LA NUTRICIÓN.

AUTORES:

ARBEY GUSTAVO VEGAS        C.I.: 12.667.135.

CARMEN HERNANDEZ        C.I.: 11.026.653.

JESSICA CARVAJAL                C.I.: 17.753.868.

MERLY OCHOA                C.I.: 17.426.141.

RICARDO MATOS                C.I.: 16.177.418.

SUSANA VEGA                        C.I.: 11.234.759.


Se han propuesto numerosas formas de clasificar a los alimentos. En el manejo dietético-nutricional habitual, se utiliza como base la clasificación por procedencia, y dentro de esta se combinan las clasificaciones por composición química (según el nutriente que más abunda) y funciones principales en el organismo. [1] 

A continuación estudiaremos los llamados minerales, cuya nomenclatura se refiere a su composición química o nutriente más abundante (compuestos minerales) y  sus principales fuentes  de procedencia. [1]

Los minerales son micronutrientes inorgánicos que el cuerpo necesita en cantidades o dosis muy pequeñas; entre todos los minerales suman unos pocos gramos pero son tan importantes como las vitaminas, y sin ellos nuestro organismo no podría realizar las amplias funciones metabólicas que realizamos a diario, la síntesis de hormonas o elaboración de los tejidos. [2][3][4]

Constituyen sólo el cinco por ciento (5%) de la masa corporal y de los 28 existentes sólo dieciséis son considerados esenciales, según su cantidad o dosis necesaria se dividen en dos grupos:

  • Los macroelementos: cuyas necesidades superan los 100 mg diarios: calcio, magnesio, potasio, sodio, cloro, azufre y fósforo. Las funciones de estos minerales están ligadas a la constitución del hueso, regulación de los líquidos del cuerpo y secreciones digestivas.
  • Los microelementos o elementos traza: cuyas necesidades son menores a los 100 mg diarios. Dentro de este grupo de minerales, los más destacados son el hierro, el cinc, el selenio, el cobre, el yodo, el molibdeno, el flúor, el manganeso y el cromo. Sus funciones están relacionadas con las reacciones bioquímicas, nos protegen contra enfermedades, ayudan a reducir la fatiga y lograr un mejor estado físico y mental. También se les conoce con el nombre de Oligoelementos  y se necesitan muy pequeñas cantidades, medidas en microgramos. [2][3][4]

Su carencia o exceso, puede causar enfermedades crónicas que desaparecen al aportarlos o disminuirlos en  la dieta, por eso deben estar en concentraciones equilibradas. La deficiencia de minerales puede ser el principio de un sinfín de enfermedades; por ejemplo la falta de calcio durante la etapa de crecimiento puede derivar en una osteoporosis en edad adulta, así como la de cinc a problemas en el sistema inmunitario y la falta de magnesio y selenio pueden conducirnos a enfermedades cardíacas. Deben formar parte de la alimentación diaria ya que son eliminados constantemente y debemos reponerlos. [5]

Estos desempeñan funciones específicas para el cuerpo humano, entre ellas, regular los impulsos nerviosos y el metabolismo, mantener el buen funcionamiento de las células, la elaboración de tejidos (huesos, dientes...), la síntesis de las hormonas, participan en la mayoría de las reacciones químicas en las que intervienen las enzimas y son imprescindibles para que se realicen todos los procesos químicos y eléctricos en el organismo. Los podemos integrar a nuestra dieta a través de frutas, vegetales, carnes, leche y otros alimentos que los contienen, así como de suplementos alimenticios y fármacos. [5] 

Tienen otras numerosas funciones en el organismo. El sodio, el potasio y el cloro están presentes como sales en los líquidos corporales, donde tienen la función fisiológica de mantener la presión osmótica. Los minerales forman parte de la estructura de muchos tejidos. Por ejemplo, el calcio y el fósforo en los huesos se combinan para dar soporte firme a la totalidad del cuerpo. Además se encuentran en los ácidos y álcalis corporales; por ejemplo, el cloro está en el ácido clorhídrico del estómago. Son también constituyentes esenciales de ciertas hormonas, por ejemplo el yodo en la tiroxina que produce la glándula tiroides. [2][3][4]

Equilibrio dietético de los minerales

En nuestra dieta, es importante respetar la proporción de cada uno de los minerales puesto que en el organismo funcionan de manera interdependiente, esto quiere decir que elevadas dosis o concentraciones de algunos pueden inhibir la absorción de otros porque compiten entre sí. Así la ingesta de potasio debe ser de cuatro a siete veces superior a la de sodio para que el transporte hasta las células sea el óptimo. [2]

¿Es necesario tomar suplementos de minerales?

En general no; no es necesario si nuestra dieta es completa y variada, principalmente abundante en frutas, verduras y cereales integrales. De esta forma todos nuestros requerimientos minerales estarán cubiertos; sin embargo pueden darse casos especiales de deficiencia que deriven en una suplementación o dosis extra (recomendada por un especialista) como es el caso de la anemia por falta de hierro, osteoporosis por deficiencia de calcio y magnesio, yodo en enfermedades de tiroides, cromo en diabéticos o cinc en problemas inmunológicos. [2]

Funciones generales de los minerales

  • Estructura ósea y dental.
  • Regulación del balance hídrico, ácido-base y de la presión osmótica.
  • Excitabilidad nerviosa, contracción muscular, transporte, etc.
  • Sistema inmunológico, crecimiento celular. [2]

Alimentos ricos en minerales

  • Calcio: las algas, productos lácteos, sardinas, cereales, semillas de sésamo, almendras, kelp, frutos secos y espinacas nos aportan una buena dosis de este mineral.
  • Magnesio: mijo, arroz, trigo y avena integral, soja y judías. Espinacas, maíz y plátano. Frutos secos,  granos integrales, tomate, almendras, anacardos, vegetales hoja verde, sésamo y apio.
  • Fósforo: Proteína animal, pescado, cereales integrales, carne, soja, huevos, semillas y frutas
  • Potasio: legumbres, frutas secas, papas, champiñones, col, plátanos y verduras en general. Cereales, aguacate, ciruelas, frutos secos, cereales integrales.
  • Sodio: alimentos BAJOS en sodio son frutas, hortalizas, cereales, legumbres y semillas, por el contrario son ricos en sodio los embutidos, fiambres curados, encurtidos, enlatados, los alimentos preparados y la sal común, sal marina, apio, aceitunas, carne, anacardos, garbanzos.
  • Cloro: sal común, algas, aceitunas, apio, lechuga, tomates, tocineta, jamón, salchichas, queso, verduras, levadura.
  • Azufre: Legumbres, verduras, pescado y huevos. carne, ajo, cebolla, champiñones, coliflor, repollo, col de Bruselas
  • Hierro: una dosis o aporte importante de este mineral lo podemos encontrar en la carne, soja, lentejas, garbanzos, pan integral, algas, espinacas, mijo y avena, hígado, cereales integrales, pasas de albaricoque, yema de huevo, lentejas, levadura.
  • Cinc: ostras, carnes, semillas de sésamo y calabaza, pan integral, germen de trigo, semillas de girasol, levadura, huevos, pan integral.
  • Selenio: nueces, mariscos en general, leche y huevos, levadura de cerveza, carne, atún, arenque, germen de trigo, brócoli, cebolla, ajo, tomates, cereales integrales.
  • Flúor: pescados, té, espinaca, soja, pan integral, espárragos, ajo, avena, almendras, vegetales frescos.
  • Yodo: sal marina, pescado, mariscos y algas.
  • Manganeso: té negro, cereales integrales, plátano, soja, judía y remolacha, verduras frescas, piña, Kelp, semillas, frutos secos no salados.
  • Cobre: alimentos como el cacao, cereales integrales, legumbres, quesos, carne de ternera, leche, huevo, pollo y champiñones nos aportarán una buena dosis.
  • Molibdeno: cereales, legumbres, semillas, frutos secos, leche, carne de pollo o cordero.
  • Cromo: Cereales integrales, levadura de cerveza, champiñones, carne de ternera, hígado, pimienta negra. [2][6]

Importancia de los minerales para el cuerpo humano

MACROELEMENTOS

        

Calcio

El calcio es el mineral más importante en el cuerpo. Junto al fósforo forma  parte de los huesos del esqueleto humano,  se combinan para dar soporte firme a la totalidad del cuerpo, y se combina con el flúor los tejidos conjuntivos y fibrosos, como el  esmalte dental, los tendones y la epidermis. Está encargado de regular la coagulación de la sangre, las conexiones nerviosas y musculares. La falta  de calcio puede producir calambres musculares, por el contrario el exceso provoca contracciones en el músculo cardíaco. El nivel normal de calcio  en la sangre es de 90-100 mg/L. Las necesidades básicas de calcio para los  adultos son de 10mg/Kg de peso por día, o sea que un adulto normal estaría  entre los 600-800mg/día. En niños o embarazadas asciende a 1000mg/día. Los  niños deben tomar sol para incrementar el nivel de calcio y beneficiar el  desarrollo óseo. Para esto requieren la vitamina D, en el caso de faltarle  a los niños podrían sufrir raquitismo. A causa de la osteoporosis o fragilidad  ósea, se pierde calcio en el proceso del envejecimiento. Se recomienda prevenir  este problema ingiriendo alimentos ricos en calcio y haciendo deporte. La  idea sería adquirir una fuerte estructura ósea alrededor de los 30 años. El nivel de calcio no debe superar 105mg/l en la sangre, porque de ser así  produce sed, formación de cálculos renales, vómitos, estreñimientos, debilidad  muscular y taquicardia. Podemos encontrar calcio en la leche, quesos y yogures. En menor cantidad también está en el berro, la espinaca, en los arenques, las sardinas, semillas de sésamo, y en frutos secos. [2][7] 

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