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Alemania, la concertación y la coadministración, los motores de un tipo de éxito1

Alemania2 hace parte del grupo de países que llevan la delantera en materia de éxito y de desempeño económico. (Ver tabla) Pero, también, y, sobre todo, a nivel del equilibrio social, de la relativa satisfacción de todos los agentes y socios del proceso económico.

Algunos parámetros económicos (retrospectiva)

Alemania

1981

1991

2001

2003

Población (millones de habitantes)

60,7

81

82,3

82,6

Balanza comercial (miles de millones de dólares)

17,4

24,5

36,9

102,7

Importaciones

29,9

383,1

619,9

758,2

Exportaciones

34,2

391,9

657,45

860,95

PNB

173,5

1554

2086,8

2400,7

PNB per cápita

2860

24038

25350

24009,8

Tasa de inflación

3,4

4,2

1,9

1

Tasa de desempleo

0,6 (Exp- RFA)

4,4 (Exp- RFA)

7,9

9,6

Saldo de administración pública en porcentaje de PIB

0,4

3,2

-3

-3,8

Deuda de la administración pública (porcentaje del PIB)

18,4

42

59,8

63,7

Fuente: The Economist 1996-1997, 1997; Atlaseco, Atlas économique mondial, année 1997, Paris, Édition O.C.; L’ état du monde 2004, Montreal- Paris, Boréal- La Découverte; Alternatives économique, hors série, nro. 62, 4e treimestre 2004. Los cambios significativos de 1991 se explican por la reunificación.

La dinámica de comercio exterior está influenciada significativamente por la pertenencia a la Unión Europea.

Es de conocimiento general, que muchos productos alemanes son de excelente calidad y por tanto se distribuyen en el mundo entero, por ejemplo, máquinas industriales, automóviles, productos químicos, equipos relacionados con la industria de preservación del medio ambiente, aparatos de precisión, productos electrónicos, equipos médicos, etc. Así, Alemania ocupó el primer lugar entre los países exportadores en 1990, año de la reunificación alemana marcado por el lanzamiento de un gigantesco esfuerzo de reconstrucción y de transferencias financieras hacia la parte oriental (130 mil millones de marcos alemanes [DM], es decir, un 9% del producto interno bruto (PIB) alemán, fue asignado a los cinco lander3 orientales que formaban la antigua RDA).

La economía social de mercado, base del “modelo” alemán

En el capitalismo del “modelo renano4” la economía de mercado, la propiedad privada y la libre empresa son la regla. Es necesario constatar que mediante el modo de regulación y a través de la visión de la organización socioeconómica, el “modelo” alemán rechaza el culto de lo inmediato en el que el “especulador saca ventaja del empresario industrial y las ganancias fáciles socavan las riquezas colectivas de la inversión a largo plazo”. Las múltiples especificidades del modelo alemán que están en interacción e interrelación dentro de una dinámica sistemática, son la base de los principios fundamentales de la economía social de mercado, o Soziale Markwirtschaft, de la que Michel ALbert presenta dos postulados:

- El dinamismo de la economía debe reposar sobre un mercado al que debe darse la mayor libertad de funcionamiento, lo que apunta, en primer lugar, a los precios y salarios.

- El funcionamiento del mercado no puede, por si solo, regular el conjunto de la vida social, sino que tiene que estar en equilibrio mediante una exigencia social planteada a priori y de la cual el Estado es garante.

Esto no significa que el Estado alemán sea excesivamente intervencionista. Por el contrario busca consultar constantemente a los actores sociales con el fin de establecer con ellos una visión estratégica de ventajas y retos que es necesario definir. El estado interviene en lo que es su deber, en dos casos precisos:

- En el control de las condiciones de una competencia sana, cuyo efecto es excluir las negociaciones excesivas y los monopolios de situación, al mismo tiempo que se aporta una ayuda indirecta, bajo la forma de ventajas tributarias y subvenciones, a nivel de Mittelstand5.

- En la intervención del Estado de manera directa en asuntos de carácter social o, en materia coyuntural. A nivel social el modelo renano, ofrece a los ciudadanos, un grado de seguridad apreciable contra los riesgos de enfermedad, desempleo, y diversos desequilibrios de orden socioeconómico.

De otra parte, los alemanes se oponen a la pobreza por lo tanto ejercen una responsabilidad común y se guían por el valor de la solidaridad. Desde sus leyes buscan favorecer un ingreso mínimo para todos los ciudadanos. Se caracterizan por una fuerte tradición de diálogo con sus interventores socioeconómicos. El modelo económico alemán favorece -a todos los niveles- las reflexiones conjuntas para determinar objetivos comunes y poder así obtener el consenso. La concertación y la búsqueda constante de un consenso entre los poderes públicos y los actores sociales constituyen los rasgos más representativos de la realidad alemana.

Las grandes opciones de orientación son objeto de consultas extensas y de grandes campañas de información entre todos los actores, entre estos últimos cabe citar: las asociaciones patronales de empleadores (BDI6 y DIHT7); las Hausbank (bancos con vocación múltiple, unidos por tradición a la vida de la empresa); los sindicatos que hacen un corpus en torno a una potente organización con más de ocho millones de miembros8 y que están asociados a la dirección de la empresa por intermedio de una administración conjunta; el gobierno federal; los gobiernos territoriales o provinciales asociados a los lander; las universidades y los centros de investigación estrechamente unidos a las empresas. A través de estos contextos de encuentro se estimula el surgimiento de sinergias que contribuyen a definir estrategias concertadas. Los sindicatos, por su parte, apoyan el esfuerzo de adaptación de las empresas ante las nuevas formas de competencia mundial y las tensiones que ésta genera.

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