Momentos del Relato Pedagógico
Yuraima ReyesDocumentos de Investigación7 de Mayo de 2022
6.483 Palabras (26 Páginas)220 Visitas
Aproximaciones iniciales reflexivas
Necesidades pedagógicas
Como asesora participante del Programa Nacional de Formación Avanzada (PNFA) en Dirección y Supervisión Educativa, de la Universidad Nacional Experimental del Magisterio Venezolano “Samuel Robinson” (UNEM), comienzo a realizar un proceso de observación a la Comunidad de Aprendizaje, desde la perspectiva de los procesos de sistematización orientados hacia la transformación de la práctica. Esta experiencia me ha permitido identificar en mi propia práctica nudos críticos, a partir de los cuales he determinado contradicciones presentes en el ejercicio de mis funciones y de las funciones (supervisora, directiva, docente) de estos participantes, que se agudizaron a partir del nacimiento de la circular N.º 003013 sobre la Creación, Organización y Funcionamiento de los Circuitos Educativos, de fecha 11 de noviembre de 2016.
Dicho documento establece, por una parte, que el supervisor será responsable del acompañamiento pedagógico del circuito, y que entre sus funciones está, impulsar el proceso de transformación pedagógica e institucional. Por otra parte, plantea que el supervisor, conjuntamente con el Consejo de Directores y Directoras, como instancias organizativas del circuito educativo, debe fomentar la creación y consolidación de colectivos de investigación y formación docente en el territorio. En este sentido, la vida circuital se orienta hacia la producción, la reflexión y la construcción compartida desde procesos investigativos promovidos desde la institucionalidad.
No obstante, que el trabajo en estas instancias organizativas circuitales debe desarrollarse según los criterios establecidos en esta circular, y en otros lineamientos ministeriales, en la práctica se evidencia que lo administrativo priva por encima de lo pedagógico. Desde mi punto de vista, esto constituye un nudo crítico en mi investigación, por cuanto supervisores, directores y demás colectivos que tributamos, de alguna u otra manera a sus funciones, nos hemos limitado en el tiempo a cumplir asignaciones como el llenado de formatos, actas, cuadraturas, elaboración de minutas, lo cual demuestra que el campo problemático en el cual se subsume el funcionamiento de los circuitos educativos, a mi modo de entender la realidad, son las prácticas burocráticas signadas por el tareísmo.
Para llegar a esta conclusión, realicé una indagación colectiva desde el Consejo de Directores y Directoras y desde el Colectivo Pedagógico de Investigación y Formación del Circuito Educativo, en la cual pude encontrar que lo pedagógico siempre queda relegado a un docente de aula, quien planifica a su modo, sin que ningún actor del hecho educativo realice un proceso de sistematización de la praxis, tomando en cuenta la realidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje en los cuales están inmersos los y las estudiantes. Con lo cual se imposibilita la generación de procesos investigativos orientados hacia la transformación de la práctica pedagógica que garanticen los fines de la educación.
Haciendo un ejercicio consciente de lo que implica sistematizar la propia práctica, y aun más, de lo que implica no sistematizarla, hallamos durante esta experiencia investigativa, la necesidad que tienen los participantes de la Comunidad de Aprendizaje de ser orientados sobre ello. Por lo que se hace urgente, por una parte, establecer un diálogo entre la asesora investigadora y los participantes de la Comunidad de Aprendizaje, que nos orienten hacia la apropiación de la concepción metódica dialéctica de la sistematización y; por otra parte, fortalecer la escucha activa para la producción colectiva del conocimiento, a partir de la sistematización de la propia experiencia y la investigación acción participativa transformadora, como método de análisis que nos permita reinventar nuestra práctica.
En este sentido, nos planteamos como meta, lograr procesos dialógicos que propicien la sistematización de nuestras prácticas para transformarlas, y la apertura de un horizonte que permita considerarnos como actores protagónicos en la tarea de generar soluciones a los problemas educativos y comunitarios a través de la investigación acción participativa.
Caracterización reflexivo participativo
El presente relato pedagógico, intenta hacer un ejercicio consiente de lo que implica sistematizar la propia práctica pedagógica. Una actividad de escritura, contradictoriamente, muy poco desarrollada por los actores del hecho educativo responsables del acompañamiento pedagógico en el territorio educativo, que nos encontramos en proceso de formación en esta Comunidad de Aprendizaje. De hecho, procesos tan básicos como el registro de experiencias, aún son difíciles de encontrar en muchos de nosotros, incluso en los que tienen función directiva y supervisora. Estas reflexiones surgen de las experiencias socializadas por nosotros, y desde mi práctica actual como asesora participante, cuya tarea, tal y como lo expresa Gerardino, en el documento El Papel de los Tutores y Asesores, me lleva a “hacer énfasis en la sistematización de las experiencias como forma de construcción permanente del conocimiento y la recuperación de la memoria histórica como fuente inagotable del saber” (Gerardino, febrero, 2019)
Contexto geohistórico concreto.
El desarrollo de esta investigación fue enmarcado, en la Comunidad de Aprendizaje “Samuel Robinson”, cuyos encuentros se realizaron, generalmente, en instituciones circunscritas a la Poligonal1 del Circuito Educativo Nº 5 “Cruz Joaquín Alfonzo”, de la Red Educativa Nº 5 del Municipio Bermúdez del estado Sucre.
En este territorio, como ha de esperarse, hacen vida los participantes de la Comunidad de Aprendizaje sujetos de estudio, quienes conformamos, a su vez, el colectivo pedagógico corresponsable del desarrollo de los Planes, Programas y Proyectos educativos en el circuito, con el comrpomiso de garantizar la calidad de la educación, apoyándonos en los procesos de formación e investigación que brinda el Estado desde la UNEM.
El circuito Educativo consta de nueve Centros Educativos de Trabajo que imparten los Niveles de Educación Inicial y Primaria; nueve directores encargados de cada una de estas instituciones; funcionan cuatro Escuelas Bolivarianas de horario integral de ocho horas; tres Centros de Educación Inicial y; dos Centros de Educación primaria de horario de cinco horas. Asimismo, cada Centro Educativo de Trabajo cuenta con un responsable institucional del colectivo de Investigación y Formación, entre ellos, uno es el vocero circuital. Igualmente, hay un vocero circuital de cada colectivo de los diferentes Programas Educativos. La supervisora circuital, también es un importante eslabón en el territorio educativo, pues, justo en sus funciones, se designa la responsabilidad de coordinar y acompañar los procesos pedagógicos, administrativos y organizacionales que allí se desarrollan, y de los cuales debe dar cuenta a la Zona Educativa del Estado correspondiente. Sumado a este personal, se encuentra el novedoso rol del asesor de los PNFA, como propulsor de la comunalización de la educación en el circuito educativo, acompañando e impulsando los procesos investigativos con enfoque transformador y emancipador, desde las nuevas lógicas y los nuevos métodos que dan respuesta a la superación de los problemas y garanticen la calidad de los procesos educativos.
Entre los participantes que conforman la Comunidad de Aprendizaje, se encuentran: La supervisora circuital, Omaira Escobar. Los directores de los Centros Educativos de Trabajo: Migdelis Pérez, Mariela Rosas, Juana Arcia, Mercedes Totessaut, Danubys González, Felixsa Battaglini, María Julia Álvarez y Danilo García. Los subdirectores académicos: Joel Márquez y Agustín España. La docente responsable del Programa Todas las Manos a la Siembra: Alexa Lárez. Las docentes responsables del Programa Masificación de las Artes y las Culturas por la Paz: Viannys Hurtado y Aleida Venales. La docente responsable del Programa Integral de Protección y Desarrollo Estudiantil: Yilcis González; y la docente responsable del Programa Recursos para el Aprendizaje, y asesora de la Comunidad de Aprendizaje: Yuraima Reyes.
No fue fácil que todos llegáramos a la comprensión de que cada una de estas instituciones que tomábamos como Centro de Formación, se debían asumir durante cada encuentro como un espacio de formación de la Universidad Nacional Experimental del Magisterio Venezolano “Samuel Robinson”. Por lo cual, muchos nudos críticos evidenciamos en el proceso de formación, entre esas contradicciones podemos mencionar: inobservancia de los acuerdos de convivencia establecidos, no registro de lo socializado en los encuentros, impuntualidad, no permanencia o permanencia intermitente de los participantes con funciones directivas y supervisora durante los encuentros, con frecuencia se ausentaba la directora de la institución que era el centro de formación, resistencia a sistematizar cada encuentro, como la mayoría no registraba ni sistematizaba los encuentros, ni su práctica, no entregaban los avances de sus productos en el tiempo establecido en el cronograma planificado; instrumentos como el jagüey, la bitácora y el portafolios no se usaban adecuadamente ni se presentaron al colectivo de la comunidad de aprendizaje para su socialización.
Se colaba en el ambiente una lucha de liderazgo entre la supervisora y la asesora, lo que se manejó muy mal desde el principio del segundo trayecto. Resistencia a permanecer en el encuentro el tiempo estipulado o necesario para su desarrollo. La comunidad de aprendizaje pedía cambiar la metodología propia de la IAPT,
...