Motivación Y Aprendizaje Autorregulado

El aprendizaje siempre ha sido motivo de estudio, desde las corrientes conductistas clásicas (estimulo-respuesta) hasta las tendencias cognitivistas más innovadoras (procesamiento de la información) nos han brindado un panorama amplió de lo que se pretende lograr durante el proceso de enseñanza y de la adquisición de los saberes por parte de los estudiantes.

Los roles tanto de profesores y alumnos también han cambiado de una corriente a otra. Por una parte la vieja escuela conductista nos marca que el profesor es el que provee el “feedback” a los estudiantes, por el otro lado, el cognitivismo nos dice que el profesor es solo participe en el proceso de modelar la cognición, haciendo posible que el estudiante sea el verdadero actor del proceso enseñanza-aprendizaje. Siguiendo esta última afirmación, podríamos decir que la meta de nuestro quehacer docente es que nuestros estudiantes sean capaces de autorregular su aprendizaje, siendo estos conscientes de lo que aprenden y para qué lo aprenden, planteándose metas y planificando acciones tangibles para lograrlas, utilizando herramientas cognitivas para llegar a estas. Sin lugar a duda podríamos estar hablando de estudiantes con las capacidades propias para llegar al éxito en no solo el ámbito educativo, sino en los diferentes roles que deberá asumir ante la sociedad durante su proceso de crecimiento y participación en la misma.

Entonces, Si los estudiantes son los que tienen que construir su conocimiento y utilizar herramientas cognitivas para llegar a la meta, ¿Qué acciones debe tomar el docente en su aula para lograr que sus alumnos sean autorreguladores de su aprendizaje? Muchos autores han hablado de este planteamiento, recayendo en que la “motivación” podría ser la pieza clave para aterrizar en el aprendizaje autorregulado.

Podemos notar el grado de motivación que tiene un estudiante dependiendo la tarea asignada y el resultado que obtiene de ella, dicho resultado tendrá una respuesta ya sea positiva o negativa dependiendo del valor que el estudiante tome de ella; Es importante observar las reacciones de nuestros estudiantes para lograr una motivación intrínseca es decir, que el estudiante obtenga satisfacción para la realización de la tarea.

Estas tareas o metas se pueden dividir en metas de aprendizaje (centradas en la tarea) o metas de rendimiento (demostración de la competencia respecto a otros); sin olvidar que los estudiantes con múltiples metas se adaptan mejor a las demandas contextuales, especialmente al estilo de enseñanza y a la evaluación.

Todo esto se podrá lograr aplicando una serie de estrategias que muchos estudiosos han propuesto, las cuales pueden ser adoptadas de modo consciente o de forma automática (como lo afirma Pintrich) o enseñadas, aprendidas y consecuentemente modificadas. Retomó las estrategias de Pintrich las cuales son divididas

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