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No Lograre Contemplar Su Belleza


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2012  •  6.136 Palabras (25 Páginas)  •  249 Visitas

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1. La Leyenda de los Volcanes

Cuenta la leyenda que Xochiquetzal era una guapísima doncella enamorada apasionadamente del guerrero mas apuesto y orgulloso de esos tiempos. Por diversas circunstancias, el ejército mexica tenia que enfrentar en una cruel batalla al ejército zapoteca. Esta guerra era necesaria para engrandecer el imperio azteca. Después de jurarse amor eterno, el valiente guerrero y la hermosa doncella se separaron. Ella quedó totalmente desconsolada, el partió, con la frente muy en alto y con el corazón lleno del amor de su doncella.

El tiempo transcurría y Xochiquetzal moría de angustia, sabia que era una batalla muy difícil para los mexicas, ya que el señorío zapoteca se convertía en fiera cuando defendía lo suyo, eran hombres muy bravos. Los aztecas tenían una tarea bastante complicada. Los días pasaban y la belleza de Xochiquetzal no pasaba desapercibida por los jóvenes que no habían ido a participar en la batalla. Enamoraban a la doncella, la cortejaban. Sobresalía un joven, apuesto, fuerte, perteneciente al señorío tlaxcalteca.

Este joven un día llegó con una terrible noticia para Xochiquetzal, su guerrero había muerto en batalla. La doncella entonces sintió perder la razón, se sumió en una desconsolada tristeza, todo le daba igual. El tlaxcalteca entonces se atrevió a pedir la mano de la doncella a sus padres, todos aceptaron, aunque ella sabia muy bien que ese paso que daba, era como enterrarse en vida. Pero... que mas le daba todo. Qué importaba ya la vida sin su amado guerrero. Se llevó a cabo el matrimonio y la doncella inició una melancólica vida al lado de su marido. Simplemente Xochiquetzal dejó de sonreír para siempre.

Una tarde Xochiquetzal escuchó ruidos en la calle, algo pasaba. Fue a investigar, aunque en realidad no le importaba nada. Se trataba del regreso de los guerreros aztecas, un regreso humillante, ya que habían sido derrotados, vencidos. Estaban tristes, todos ellos reflejaban la vergüenza en sus rostros. Bueno, no todos. Había un guerrero, que a pesar del fracaso vivido, conservaba la dignidad de su raza azteca.

Xochiquetzal observaba al ejército sin inmutarse. De pronto, sintió una mirada, una mirada penetrante, llena de pasión, que provenía precisamente de aquel guerrero que marchaba con orgullo y entonces ella sintió morir. Era su hombre el que la veía, era su guerrero al que había jurado amor eterno. Llena de odio y furiosa, insultó a su marido tlaxcalteca, lo acuso de hombre vil por haber inventado una mentira que a ella le había hecho morir en vida. ¿Cómo era posible que se hubiese atrevido a inventar la muerte de un hombre?

Entonces Xochiquetzal decidió huir, corrió en dirección al lago, tras ella fuè su marido, pero también su guerrero. Marido y guerrero lucharon por el amor de Xochiquetzal, uno por conservar a su esposa, otro por defender el amor de su vida. El tlaxcalteca fuè herido y huyó. El guerrero entonces fuè en busca de su amada.

La encontró muerta. Ella ya no quiso vivir después de haber sido la mujer de otro a quien le había jurado fidelidad eterna. El guerrero lloró, cubrió con flores blancas el cuerpo de su amada. Y la abrazo largamente, no quería soltarla, quería morir junto a ella.

En el pueblo repentinamente se sintió un fuerte temblor, las nubes se tornaron negras, el miedo se apoderó de todos. La noche cubrió el cielo. Fuè una noche larga, interminable. Pero por fin amaneció. Los mexicas vieron que en su valle habían surgido dos maravillosas montañas nevadas. Una con forma de mujer recostada, otra, alta, impresionante, como un guerrero azteca, hincado a los pies de la mujer. Desde entonces, el volcán lleva el nombre de POPOCATÈPETL, que significa “ montaña que humea” e IZTACIHUATL, que significa “ mujer dormida”. Hasta la fecha ese constante humear del volcán no ha cesado, ya que se dice que es una eterna antorcha que tiene el guerrero para iluminar por siempre a su doncella.

2. LA LLORONA

cuenta la leyenda que Una vez concluida la conquista cortes repartió entre sus soldados bienes y riquezas que pertenecieron a los mexicas y para cimentar su fuerzas, caso a varios de sus capitanes con mujeres de la nobleza indígena, Doña Sol Goodman la hija de uno de los caciques más poderosos del valle de México y le fue entregada en matrimonio a Don Alonzo de Contreras, gracias a su padre a Doña sol jamás le faltaron sirvientes y mano de obra indígena para levantar su palacio, sin embargo Don Alonzo guardaba un secreto que jamás le había confesado a doña sol, el secreto era Que antes de partir a la nueva España don Alonzo se había casado con doña Elvira rica y heredera de una gran fortuna defendía la vida misma de sus padres, tras 5 años de matrimonio y tras la llegada de dos hijos nada parecía alterar la vida de matrimonio, fue entonces cuando una misiva vino a trastornar toda su vida.

Doña Elvira gracias a las influencias de su familia, había obtenido el permiso para viajar a la nueva España a reunirse con su esposo, aquella noche Don Alonzo no durmió, habilo una y otra vez entorno a los prófugos contras de su decisión, rechazar a su primera esposa significaría el abandono de su familia y perder todo los privilegios que hasta ese momento había ganado. Don Alonzo había fraguado un plan y se lo contó a Doña Sol, además de confesarle la terrible verdad, que el estaba casado con una dama de Arcunia a la que su familia le debía todo pero que una vez que llegara a México el debía arreglar la muerte de su mujer y así quedar libre, doña sol horrorizada por la locura de su esposo decidió marcharse de la casa, cuando doña Elvira llego a la ciudad, Doña sol ya había huido con sus hijos para refugiarse en un pequeño jacal que se encontraba en las afueras de la ciudad, Doña Elvira se entero de la otra mujer de su esposo de sus hijos y de cómo Doña sol había tenido que marcharse de su casa y como ella nunca había tenido hijos, se le ocurrió una terrible idea.

Mucho antes de que don Alonzo pudiera poner en practica el plan, doña Elvira le dijo a su esposo lo que sabia, le hablo de Doña Sol, de los hijos que había tenido con ella y del deseo de quedarse con ellos para cuidarlos como si fueran sus propios hijos, a la mañana siguiente don Alonzo le pregunto a su sirviente por el paradero de Doña Sol, que aunque en un principio muchos de ellos se negaron a decirle lo que sabían, fueron más poderosas las amenazas del conquistador, quien ya enterado del paradero de doña sol, se apresuro para ir arrebatarle sus hijos. Doña sol alertada por una de sus sirvientas trato de escapar de la persecución de su esposo, le fue imposible los caballos se acercaban sus hijos estaban cansados

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