PAPEL DE LA POLÍTICA EDUCATIVA FRENTE A LA INDENTIDAD CULTURAL.

El Papel de la Política Educativa Frente a la Identidad Cultural.

Al hablar de política educativa se hace imperativo abordar el tema de la identidad cultural y quizás nos preguntemos, ¿por qué?, la repuesta es sencilla no pueden prosperar políticas educativas sino se tiene una base sólida en la identidad cultural de dicho pueblo, pues precisamente esa identidad es la que orienta esas acciones del Estado en la resolución de problemática concerniente a la producción, distribución y apropiación de conocimientos y reconocimientos.

González I (1999), expresa en su libro Conservación de Bienes Culturales, "La identidad cultural de un pueblo viene definida históricamente a través de múltiples aspectos en los que se plasma su cultura, como lengua, instrumento de comunicación entre los miembros de una comunidad, las relaciones sociales, ritos y ceremonias propias, o los comportamientos colectivos, esto es, los sistemas de valores y creencias." En consonancia con lo anteriormente citado podemos establecer que el papel de la política educativa frente a la identidad cultural se centra en:

a) promover el desarrollo de la comunidad promocionando la identidad cultural como la identificación del hombre con su mundo simbólico-cultural, en el proceso por el cual el hombre crea ese mundo cultural, se apropia de éste y lo internaliza.

b) Llevar a cabo programas que no solo se centren en los aspectos políticos, sino que tengan una amplia connotación en lo ideológico y en el que todos nos vemos envueltos. Orientados y regulados por un conjunto leyes, decretos, disposiciones, reglamentos y resoluciones que garanticen su eficaz ejecución.

c) Convertir el sector educativo nacional en un centro productor de cultura y de identidad cultural, para lo cual es pre-requisito esencial la conversión del curriculum en un movimiento social; es decir, en un espacio en el que concurren las diversas posiciones y aspiraciones educativas de los docentes, de los educandos, de los padres de familia, de la comunidad, etc.

d) Crear en nuestras instituciones educativas, desde el jardín hasta la universidad la conciencia de la necesidad de la apropiación y control de los productos y elementos culturales producidos en otros lugares. Esta apropiación y control no se limita solamente al plano de lo simbólico o al de la operación, sino también al plano de la producción de dichos productos.

e) Promover la identidad cultural como eje dinamizador de la educación y como fiel aliada del ejercicio y vigencia de la democracia directa y de bases a todo nivel: en las instituciones educativas, en las comunidades y en las relaciones sociales en general.

f) Propugnar por la modelación de un perfil docente, caracterizado como: conductor colectivo que luche por el autogobierno de la sociedad, un productor de bienes materiales que sepa conducir los procesos de producción, y un productor de cultura y de la propia identidad cultural.

En conclusión después de haber consultado diversas fuentes bibliográficas y de internet he llegado a la importante e innegable conclusión de que solo tendremos política educativa de calidad cuando estas estén íntimamente relacionadas con la identidad cultural de un determinado país o región, pues son estas las encargadas de definir los grandes cambios y transformaciones de las presentes y futuras sin perder el legado de un pasado rico en vivencias y procesos emancipadores de un presente que se abre puerta entre vertiginosos cambios y grandes expectativas.

Bibliografía

Galicia M. (2011). Identidad Cultural. Recuperado el 25 de febrero de 2013 de http://www.idiomarunasimi.com.ar/filosofia/identidad_cultural.aspx

González I(1999) Conservación de Bienes Culturales.

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