PROPUESTA CONTINUIDAD PEDAGÓGICA

INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DOCENTE Nº 19 –

Mar del Plata Profesorado en Nivel Primario –

 Ciclo Lectivo 2020

Campo de la Fundamentación:

Dimensión ético política de la praxis docente - Prof. Virginia Perrone

Pedagogía crítica de las diferencias - Prof. Juan Pablo Mucci

Reflexión filosófica de la educación - Prof. Víctor Palacios

Curso: 4º 1ª - Turno: Vespertino

PROPUESTA 1: Fecha de presentación: 15 de mayo de 2020

Les proponemos que a partir de la lectura del texto “Para pensar la identidad”, compartido por el equipo docente, pongan en tensión las siguientes cuestiones y reflexionen acerca de sus identidades docentes. Les solicitamos subir las producciones por la plataforma del Instituto con un archivo en formato PDF. Para cada una de las cuestiones, esperamos un desarrollo de media carilla (aproximadamente 250 palabras por consigna). Cada archivo deberá estar nombrado de la siguiente forma: “Propuesta 1 - Apellido y Nombre - 4º 1ª”

1. Si las identidades colectivas son “construcciones que se hacen desde fuera” ¿Cuál es el deber ser impuesto al colectivo maestras?

El concepto de identidad docente parte de la definición de identidad colectiva. El grupo maestras tienen rasgos propios que las definen, estos son construidos fuera de ese grupo por el resto de la sociedad, lo que se espera de este grupo no se sostiene en el tiempo, este proceso no es espontaneo, es dinámico y cambia según las expectativas del afuera. Esta construcción social yace en la convivencia con otros pares, pero a la vez comparten rasgos  en común con su grupo  que se denomina identidad compartida.

Como me referí en el párrafo anterior, los docentes tienen una identidad compartida y otra que la distingue dentro de ese clan, que se basa en su desempeño profesional y vocacional a lo largo de toda su trayectoria laboral como parte fundamental de su rol. Es decir, tiene particularidades que la definen individualmente dentro del grupo, como en cualquier identidad colectiva, hablando desde una mirada subjetiva individual y otra mirada objetiva grupal.

Refiriéndome a la cuestión  “que debe ser” es entonces todo lo que esta  impuesto colectivamente por las necesidades y expectativas de la sociedad, una maestra debe ser un modelo que sus alumnos van a seguir, entonces entramos en la definición de la maestra como un  buen ejemplo, las características que debe asumir y que se esperan de la misma, son principalmente las  que ella  debe  construir con diferentes estrategias, estas tienen ser adecuadas dependiendo el grupo al que se enfrenta,  por lo tanto, sabiendo que existe  diversidad  a las distintas necesidades que tiene que  suplir, además tiene  que mantener una clase/ relación frente a sus alumnos, donde entra como punto de partida  el respeto, la educación escolar, el fomento de estrategias  para formar ciudadanos críticos, autónomos, reflexivos, que puedan tomar la palabra, escuchar a otros , enseñar a cuestionar, a indagar,  a manejar la gran cantidad de información paralelamente a los contenidos del diseño curricular.

 A lo largo de la historia podemos observar que la identidad del maestro cambio según la sociedad y sus necesidades que van cambiando constantemente. Antes no se ponía en tela de juicio los saberes y el labor del docente, hoy en día los padres son los primeros en opinar, cuestionar, polemizar la tarea docente en la gran mayoría de los casos. En mis prácticas docentes y con las conversaciones que mantuve día a día con mi maestra co-formadora, en la que su identidad llevándolo a esta reflexión, pude concluir que ella se encontraba presionada en lo que los padres esperaban de su trabajo y poniendo en foco lo que debía hacer. Entonces para finalizar mi reflexión, puedo decir que desde afuera se controla la identidad colectiva, y que a diferencias de otros grupos sociales, el grupo maestras tiene particularmente cierta presión social, ya que su trabajo marca la formación del ciudadano (se espera mucho, porque da mucho).

1. Si pudieras mantener una charla con tu vos de hace cuatro años ¿Qué desacuerdos/acuerdos tendrías sobre la educación-sistema educativo-rol docente? Para pensar esta cuestión, te invitamos a indagar sobre la siguiente pregunta: ¿Quiénes éramos, quiénes estamos siendo y quiénes seremos (o creemos que seremos) después de este contexto mundial en relación con nuestro rol/identidad docente?

Voy a dividir esta respuesta en tres partes.

Quién fui:

Hace cuatro años con respecto a este tema, me di cuenta que postergue mi vocación profesional por trabajar, en ese momento tuve otras necesidades y cumplí otros objetivos, aprovechando esa edad donde creí que estaba todo resuelto, priorizando lo económico, “esos gustos” como viajar, comprar cosas materiales, etc. Tuve un episodio de salud en mi vida donde puedo decir que me encontré en un límite, que me llevo tiempo recuperarme y donde me replantee donde quería estar en un periodo de diez años, y que tenía que empezar a trabajar en eso desde ese momento. Mi decisión fue estudiar una carrera, que en principio fue psicopedagía pero por distintos balances, mi reflexión me abrió el panorama para decidir ser docente.

Qué soy:

Soy una persona que llevo la carrera a mis tiempos, presento una organización paralela al trabajo, dándome la oportunidad de llevar a cabo las dos actividades. Lo que más me gusto de este tiempo es poder conocer lo que estoy estudiando, llevándolo a la práctica en el aula, pude darme cuenta que fui feliz dando clases más allá de no tener todas las herramientas pedagógicas y falta de experiencia en este campo, pero pude darme cuenta que trabajar con niños es muy gratificante y pude desarrollar competencias adecuadas a ese grupo, resolví situaciones, tuve ansiedad, logre planificar clases dinámicas y atractivas. Esa  parte que conocí de mí que, hasta  este momento realmente nunca había experimentado. Esto me transformo en lo que soy hoy. Hoy nos encontramos en este contexto mundial de aislamiento, en donde tuvimos que adaptarnos sin estar preparados, y creo que cada persona como yo, intenta vivir el día a día superando las necesidades de la vida social. En mi caso, el principio del confinamiento lo tome como un descanso de las presiones mismas de la rutina, de las presiones diarias que tenemos todos. Después ya no lo tome como un descanso y empezaron las preocupaciones normales. Todo lleva a no saber desenvolverte sin el contacto con la familia, amigos, sin trabajar, sin estudiar, son cosas que te dan vitalidad, es decir esa actividad es la que te lleva a vivir simplemente. Lo que puedo decir, es que eso en mi funciona como un motor. Y el estado de encierro no me beneficio emocionalmente, y las consecuencias son claras.         

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