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Para Una Critica Del Poder Burocratico


Enviado por   •  12 de Marzo de 2014  •  7.072 Palabras (29 Páginas)  •  267 Visitas

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PARA UNA CRÍTICA DEL PODER BUROCRÁTICO:

Comunistas otra vez

Carlos Pérez Soto

Car!os Pérez. S

LOM Ediciones / Universidad ARCIS

Primera Edición, lebrero de 2001

Registro de Propiedad Intelectual N": 118.655

I.S.B.N: 956-282-354 7

Diseño, Composición y Diagramación:

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Impreso en Santiago de Chile.

II. Para una crítica del poder burocrático

1.- Introducción

Me importa en esta sección enunciar un conjunto de tesis en torno a los grandes cambios sociales ocurridos en la segunda mitad de este siglo. Enunciar, enumerar, enfatizar, la mayor parte de las veces de manera polémica, para presentar con el conjunto una postura definida para la discusión. Me interesa más proponer que probar o documentar. Espero del conjunto una visión de trazos gruesos coherente, que pueda ser discutida, que pueda ser respaldada formulando fundamentos adecuados, más que los detalles, las precisiones empíricas, los datos puntuales. Un marco de referencia desde el cual proceder a investigaciones concretas, más que el resultado de investigaciones ya hechas y acabadas. Un marco para trazar los lineamientos de la acción política, más que un tratado de Sociología. Ideas para avanzar, más que para detenerse en las meras ideas.

La convicción metodológica previa es que un conjunto incompleto, pero sugerente, de ideas puede contribuir a discutir más eficazmente que un conjunto de conclusiones que se presentan como probadas. Una teoría imperfecta que permite pensar es preferible a una teoría que se detiene en buscar su perfección antes de abrirse a las discusiones posibles. Un riesgo, en suma, que sólo se puede justificar si es cierto que contiene las ideas sugerentes que pretende, o si es cierto que se pueden seguir de aquí las discusiones que se buscan.

Los tres grandes aspectos, difícilmente separables, que me importa desarrollar son: a) la crítica de la realidad de las sociedades que se llamaron socialistas; b) una estimación de la dirección del desarrollo general del capitalismo tardío, tecnológicamente avanzado; y c) la postulación, como marco explicativo de estas evaluaciones, de la emergencia de un poder de clase de nuevo tipo, el dominio burocrático.

En cada una de estas series de tesis ya estoy operando desde el marco teórico al que he llamado tanto un marxismo ortodoxo, como un marxismo de nuevo tipo, dependiendo de la polémica en que se quiera incluir este intento. Pero sólo en la sección III, que sigue, explicitaré los principios que podrían considerarse sus fundamentos. Al poner las cosas en este orden lo que me importa es presentar primero los argumentos que se prestan más directa y políticamente a la discusión, y sólo en segundo término la discusión, mucho más erudita, de los fundamentos de los que se seguirían.

Como es obvio, esta opción busca poner siempre primero la política, que es el verdadero objetivo de todo este texto, que la discusión académica.

Las dos grandes tesis que recorren todas estas estimaciones son: a) que las sociedades socialistas y las sociedades capitalistas del siglo XX son, a pesar de sus visibles diferencias políticas, regímenes estructural mente del mismo tipo, dos variantes políticas de la misma sociedad industrial; b) que en virtud de su esencial congruencia estructural derivan ambas, por diferentes vías políticas, a una misma sociedad de nuevo tipo, la sociedad burocrática.

La consecuencia más importante de estas tesis es que para comprender el desarrollo de la sociedad contemporánea en sus dimensiones más profundas es necesario ir más allá de la conciencia de sus propios actores, desde una perspectiva que dé cuenta no sólo de su situación, sino también de la relación entre esas conciencia empíricas y la situación profunda desde la que se constituye.

En el caso del marxismo estas tesis son particularmente delicadas porque implican algo que las vanguardias marxistas de este siglo difícilmente podrían aceptar: la posibilidad de una conciencia revolucionaria enajenada, es decir, una iniciativa histórica cuya conciencia de sí no corresponde al significado histórico real de su acción. Y esto es, justamente, lo que postulo sobre la conciencia revolucionaria marxista que dirigió los procesos de industrialización forzosa que se llamaron socialismos.

Pero, por otro lado, esta tesis de la esencial congruencia entre estos sistemas, formalmente distintos desde un punto de vista político, implica que la emergencia del poder burocrático no está solamente, ni siquiera principalmente, representada por la evolución política de la dictadura soviética. A diferencia de la crítica trotskista clásica, me interesa sostener que la burocracia soviética antes, y rusa ahora, no es ni el modelo, ni siquiera el mejor ejemplo, de poder burocrático.

Esto significa que quiero criticar el poder burocrático no sólo como manera de salvar al marxismo de las muchas críticas que se han hecho contra el socialismo real sino, sobre todo, como manera de abordar la situación del mundo industrial tecnológicamente avanzado. Lo que me interesa defender primariamente no es que los soviéticos eran unos burócratas, aunque lo fueran, sino que el capitalismo avanzad11, en virtud de su propia lógica interna, ha devenido en una sociedad burocrática.

Respecto de la experiencia soviética me importa, desde un punto de vista político, defender básicamente dos ideas. Una es que se trató de una sociedad de clases en que se constituyó un conflicto antagónico, -y no simplemente "no antagónico", como pretendía la ideología oficial-, que sólo podía tener salida de manera revolucionaria. La otra es que la caída do esos sistemas políticos no puede ser considerada ni una revolución, en sentido marxista,

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