Programa Para La Formacion De Estudiantes Integrales En Administracion

INTRODUCCION

En los albores del siglo XXI, cuando se entra a la Universidad Juárez de Tabasco (UJAT) en la licenciatura administración de la División de Ciencias Económico-Administrativas (DACEA) y se lleva la materia de administración estratégica, una de las primeras lecciones es definir que es la administración, siendo una definición utilizada por los profesores la siguiente: la administración, también conocida como administración de empresas, es la ciencia social, técnica y arte que se ocupa de la planificación, organización, dirección y control de los recursos de la organización, con el fin de obtener el máximo beneficio posible. La primer problemática hallada en esta definición, es que el arte no es ciencia lo mismo que la ciencia no es técnica entonces ¿como la administración puede ser ciencia, técnica y arte? Por lo cual se aclara que hasta el día de hoy no hay una unificación de conceptos, lo preocupante recae en no diferenciar de manera clara la administración en cada uno de los tres aspectos que la componen, ya que no se esta tomando en cuenta el marco de un mundo complejo, por lo tanto existen programas educativos de administración basados en un paradigma simplista, que poco enseña al alumno sobre lo que es en esencia la labor de un profesional en administración en el siglo XXI, el alumno empieza a creer que la solución a las problemáticas organizacionales esta escrito en una teoría, en un axioma general, o que se soluciona llevando a cabo una técnica genérica o bajo el desarrollo de ciertas habilidades, cayendo con esto en un vacío epistemológico, técnico, cualitativo y ético, que se traducirá mas tarde en la poca profesionalización de dicho alumno que tomara decisiones erradas que afectaran a la organización a la que pertenezca y en el panorama menos alentador alimentara las filas del desempleo de este país.

Otra de las causas de esta problemática radica en lo que transmite el Académico encargado de la enseñanza de administración, según E. Díaz las dificultades que se presentan en el aprendizaje del conocimiento científico a nivel del sujeto que aprende, son un reflejo de los problemas que se presentan a nivel del sujeto que enseña, transferidos de uno a otro en las diferentes etapas del proceso educativo. Los saberes que orientan las prácticas docentes son la base constitutiva de una red de conceptos, representaciones, certezas y creencias que fundan los proyectos y propósitos de intervención docente que se encuentran plasmados sin lugar a dudas en los planes de estudio de las distintas licenciaturas, los programas de educación formal en administración se centran por tradición en el desarrollo en la solución de problemas y las habilidades para la toma de decisiones, pero dan poca atención al desarrollo de las habilidades que se requieren para identificar los problemas que necesitan ser resueltos, a la planeación para la obtención de los resultados deseados, o a la realización de los planes operativos una vez establecidos. El éxito en la vida real depende de qué tan capaz es una persona para identificar y explotar las oportunidades que se le presentan y, a la vez, descubrir y enfrentar los problemas potenciales serios antes que se vuelvan críticos, aquí es donde podemos empezar a ver a la administración como algo complejo.

Menciona Alfredo Díaz Mata de la Facultad de Contaduría y Administración, de la Universidad Nacional Autónoma de México, complejidad es una palabra de moda. Se habla de ella en todo tipo de ambientes: científicos, académicos, de difusión e informales. Y, aparte de que, por supuesto, la palabra sigue teniendo su significado común de complicado, es cada vez más frecuente su uso en ámbitos más especializados y con significados igualmente particulares. De los cuales no escapa la administración como nos podemos percatar al momento. Las confusiones sobre lo que “complejidad” significa se deben a que ésta es un área del conocimiento sumamente amplia y diversa, que se encuentra todavía en construcción y que está en constante crecimiento.

Carlos Maldonado dice en Visiones sobre la complejidad (citado por Sotolongo, 2006, p. 43) que “en los estudios sobre la complejidad pueden distinguirse tres líneas de comprensión del asunto: a) la complejidad como ciencia; b) la complejidad como método de pensamiento (la propuesta de un método de pensamiento que supere las dicotomías de los enfoques disciplinarios del saber y que consiste básicamente en el aprendizaje del pensamiento relacional); y c) la complejidad como cosmovisión (la elaboración de una nueva mirada al mundo y al conocimiento que supere el reduccionismo a partir de las consideraciones holistas emergentes del pensamiento sistémico)”. Finalmente, en este trabajo se propondrá una aproximación a la complejidad, que no está presente en el planteamiento de Maldonado y que incluye una subcategoría que Alfredo Díaz Mata ha denominado “la complejidad disciplinaria”, que cubre los temas de la relación de la complejidad con diversas disciplinas sociales como complejidad y finanzas, complejidad y economía y en este caso particular la importancia para la administración y que se denomina, precisamente, complejidad y administración. Vista la administración desde este paradigma da más herramientas a los docentes en administración que los ayudara a la formación de verdaderos profesionales en administración que requiere y exige el desafiante, globalizado y competente siglo XXI.

La administración vista desde un paradigma complejo también ayuda a resolver el problema de la existencia de la administración como ciencia, nos menciona el Dr. Cuauhtémoc D. Molina García de la Universidad Veracruzana, Xalapa, México, existe, entre los administradores, una idea centrada en sostener a toda costa que la administración es una ciencia. Sin embargo la idea de ciencia para tener validez debe de provenir de una fundamentación epistemológica, comenta el Dr. que en muchas ocasiones la idea de que la administración es una ciencia parece venir de un enunciado según el cual, si no es ciencia, entonces los administradores no son académicos ni tienen valor profesional universitario. Por lo cual se llega a convertir en un asunto de "autoestima", de decir es ciencia, pero, sin hacer un verdadero análisis del ¿Por qué? es una ciencia, sobre todo en este siglo XXI donde vemos que se esta tomando la idea de la existencia de un mundo complejo, parafraseando al Dr. hoy en día se continúa con el debate que se empeña en sostener que la administración es una ciencia. Quizá haya otros motivos, por lo cual no se ha reconocido a la administración como ciencia entre los cuales se encuentra la levedad con que los administradores más dados a "la práctica" que a "la teoría" asumen el concepto

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