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Proyecto Ecoturistico

zitacafezita6 de Septiembre de 2012

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DIMENSIONES DE LA GESTIÓN EDUCATIVA

Equipo de diseño del diplomado Gestión Educativa

para directivos de educación básica..

Documento de trabajo. UPN. 2003.

Para el análisis y fundamentación de la práctica directiva se plantean las

siguientes dimensiones de la gestión educativa1 que se encuentran presentes

en los cinco módulos y se articulan a partir del eje conductor Planeación –

Evaluación del proyecto educativo.

Las dimensiones son:

• Pedagógico-Didáctica

• Organizacional

• Comunitaria

• Administrativa

De manera particular, la dimensión pedagógico-didáctica se refiere a las

actividades propias de la institución educativa que la diferencian de otras y que

son caracterizadas por los vínculos que los actores construyen con el

conocimiento y los modelos didácticos: las modalidades de enseñanza, las teorías

de la enseñanza y del aprendizaje que subyacen a las prácticas docentes, el valor

y significado otorgado a los saberes, los criterios de evaluación de los procesos y

resultados.

Como aspecto central y relevante que orienta o debería orientar los procesos y las

prácticas educativas en el interior y exterior de los centros escolares se encuentra

el currículum. A partir de identificar, analizar, reflexionar y discutir colectivamente

en las comunidades educativas las finalidades, intencionalidades y propósitos que

1 Para esta ubicación de dimensiones de la práctica directiva, se ha tomado como referencia la

propuesta de dimensiones para la gestión educativa de Frigerio, G., Poggi, M., Tiramonti, G.,

Aguerrondo, I. “Las instituciones educativas. Cara y ceca. Serie FLACSO. Troquel. Buenos Aires.

1992.

2

se plantean desde el primer nivel de concreción del currículum, es factible arribar,

en primer lugar, al mayor número de consensos para comprender el qué, cuándo,

cómo y por qué de los aprendizajes de los alumnos y, por consiguiente , de su

evaluación.

En segundo lugar es preciso partir de los planteamientos curriculares para

identificar, analizar y sistematizar las problemáticas que requieren ser atendidas

para el desarrollo y concreción de los aprendizajes en los alumnos. Finalmente,

con esta base de reflexión colectiva, discutir y arribar a consensos sobre la

pertinencia de los planteamientos curriculares preescritos y proponer las

finalidades e intencionalidades educativas bajo las cuales la escuela y su

comunidad orientará su estrategia de intervención educativa.

Con el fin de orientar los trabajos colaborativos en las comunidades de práctica2,

durante el desarrollo de su proyecto educativo, resulta fundamental que los

directivos identifiquen y analicen los planteamientos curriculares determinados

para el nivel de Educación Básica y, a partir de ello, ubiquen sus procesos y

prácticas (dentro y fuera de las escuelas).

Es importante analizar y reflexionar sobre los niveles de concreción que tiene el

currículum. En el primer nivel solo se hacen las prescripciones correspondientes

pero no se consideran las características particulares de cada escuela y, mucho

menos, las problemáticas que enfrenta para los aprendizajes de los alumnos.

El segundo nivel, es donde se concreta el diseño, desarrollo, evaluación y

seguimiento del proyecto educativo de la escuela. En este segundo nivel de

concreción es donde aparecen las interpretaciones, análisis y consensos que la

comunidad educativa debe construir sobre las intencionalidades y fines educativos

planteados desde el primer nivel de concreción.

2 Este concepto es recuperado de Wenger, E. En su texto “Comunidades de práctica. Aprendizaje,

significado e identidad”. Ed. Piados. 1998.

3

Es en la escuela, ubicada como nivel de concreción curricular, de donde parte la

necesidad de construir y reconstruir una cultura colaborativa que genere una

participación comprometida y responsable en los actores del hecho educativo

durante los procesos y prácticas educativas. El tercer nivel de concreción

curricular es el aula, en donde con los consensos sobre el qué, cómo, cuándo y

porque enseñar y evaluar, los aprendizajes de los alumnos no dependen del azar

y de la arbitrariedad en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

No se trata de arribar al conocimiento exhaustivo de la teoría curricular, en cuanto

al diseño, desarrollo y evaluación, pero si a la identificación de los elementos

centrales de éstos planteamientos para estar en posibilidad de contextualizar las

problemáticas que se determinen atender.

La dimensión organizacional. Los profesores y directivos, así como los

estudiantes y los padres de familia, desarrollan su actividad educativa en el marco

de una organización, juntos con otros compañeros, bajo ciertas normas y

exigencias institucionales, y no en la falacia de una campana de cristal como

podría ser el salón de clases. Esta dimensión ofrece un marco para la

sistematización y análisis de las acciones referidas a aquellos aspectos de

estructura que en cada centro educativo dan cuenta de un estilo de

funcionamiento. Entre estos aspectos se consideran tanto los que pertenecen a la

estructura formal (los organigramas, la distribución de tareas y la división del

trabajo, el uso del tiempo y de los espacios ) como los que conforman la estructura

informal (vínculos y estilos en que los actores de la institución dan cuerpo y

sentido a la estructura formal, a través de los roles que asumen sus integrantes).

En ésta dimensión es pertinente valorar el desarrollo de capacidades individuales

y colectivas y la facilitación de las condiciones estructurales y organizativas para

que la escuela pueda decidir, de manera autónoma y competente y sin perder de

vista sus finalidades educativas, las transformaciones que requiere la evolución

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del contexto escolar. Este proceso implica una experiencia de aprendizaje y

experimentación para quienes participan en él. Provocando la modificación

consciente y autónomamente decidida, tanto de las prácticas y de las estructuras

organizativas de la escuela como de las percepciones de los directivos, docentes y

alumnos sobre sus roles, compromisos y responsabilidades en la compleja tarea

de educar a las nuevas generaciones.

Lo fundamental recae en facilitar la consecución de los propósitos educativos a

través del esfuerzo sistemático y sostenido dirigido a modificar las condiciones en

el aprendizaje y otras condiciones internas, organizativas y de clima social. Por lo

que es necesario hablar de perfeccionamiento, innovación, y mejora de los

procesos educativos en las instituciones escolares, tomando como referencia el

grado de consecución y práctica de los valores que consideramos educativos

desde nuestra dimensión ética y profesional.

En este sentido la reflexión sobre la organización, sobre su flexibilidad, sobre la

dinámica del cambio organizativo debe estar situada en primer plano y no

relegada a uno segundo. Además, las organizaciones que educan requieren

desarrollar características como la racionalidad y la colegialidad pero

fundamentalmente la flexibilidad, la cual requiere de procesos de sensibilización a

la necesidad de cambio, unas estructuras capaces de cambiar con autonomía y

agilidad y más personas con actitudes abiertas para impulsar y llevar a cabo

adaptaciones y concretar significativamente las intencionalidades educativas de

las escuelas.

Los mejores diseños y proyectos curriculares, si no tienen en cuenta el contexto

organizativo donde se van a desarrollar y si no se plantean las exigencias de

cambio que han de llevarse a cabo en las organizaciones, no tendrán al

mejoramiento y transformación.

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Por dimensión comunitaria se entiende como el conjunto de actividades que

promueven la participación de los diferentes actores en la toma de decisiones y en

las actividades de cada centro. Se incluye también el modo o las perspectivas

culturales en que cada institución considera las demandas, las exigencias y los

problemas que recibe de su entorno (vínculos entre escuela y comunidad:

demandas, exigencias y problemas; participación: niveles, formas, obstáculos

límites, organización; reglas de convivencia). En esta dimensión resulta

imprescindible el análisis y reflexión sobre la cultura de cada escuela.

Al tener identificadas, caracterizadas, organizadas, y jerarquizadas las

problemáticas educativas de la escuela, zona escolar o de supervisión resulta

importante la construcción colectiva de un proyecto que permita atender desde

distintos escenarios,

...

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