Punto de partida e Hipótesis

Punto de partida e Hipótesis

Julio Cortázar fue un escritor, traductor e intelectual argentino nacido en Bélgica y nacionalizado francés. Vivió casi toda su vida en Argentina y buena parte en París, ciudad en la que se estableció en 1951, en la que ambientó algunas de sus obras, y donde finalmente murió. Debido a que sus cuentos suelen producir una vacilación en el lector, se define a la obra de Cortázar como perteneciente al género fantástico1.

Sin embargo, no todos los cuentos de Cortázar pertenecen al género fantástico. Muchos contenidos de su obra transitan en la frontera entre el realismo y lo fantástico, y entonces se relacionan con el género surrealista. A continuación analizaremos este concepto con el cuento “La autopista del sur” de su libro Todos los fuegos al fuego2. Además, desarrollaremos el género literario de este relato, el surrealista.

Defenderemos nuestra hipótesis con el siguiente marco teórico: Introducción a la literatura fantástica de Tzvetan Todorov, los tópicos fantásticos de Jorge Luis Borges, el concepto del surrealismo de André Breton, la noción del principio constructivo de Víktor Shklovski y Juri Tinianov y “Los recursos del relato” de Ana Sarchione.

Contexto histórico

“La autopista del sur” es un cuento escrito en el año 1960 en el libro Todos los fuegos al fuego. Para ese entonces, Francia se desarrollaba, y en relación al cuento, las autopistas construidas eran unas cuantas. Este dato es fundamental para la redacción del cuento debido a que el relato se ambienta en la Francia en la que vivía el autor del cuento, Julio Cortázar. El espacio del relato es una de las autopistas del sur de Francia , tal como lo indica el título del cuento. Argentina era gobernada por una dictadura militar y las autopistas eran escasas; tal vez el autor no se hubiese inspirado para la escritura del cuento si hubiese estado viviendo en esa Argentina.

El género fantástico

El cuento “La autopista del sur” no pertenece al género fantástico3 porque no presenta las características propias del género.

Además, el cuento claramente no posee ninguno de los tópicos fantásticos4: Con fantasmas, viajes por el tiempo, los tres deseos, con acción que sigue en el infierno, con personaje soñado, con metamorfosis, acciones paralelas que obran por analogía, tema de la inmortalidad y fantasías metafísicas (Borges, . En cambio, el tópico del cuento es las relaciones humanas, que el narrador crea y representa a través de una sociedad compacta.

Tema, tópico y motivos

El tema de “La autopista del sur” es las relaciones humanas; es la unidad abstracta máxima en la que se basa el relato constantemente. Como subtemas se destacan el tiempo, la comunicación, la cooperación, el liderazgo, el egoísmo, la amistad, el amor, la muerte, el aprovechamiento y el optimismo.

El tópico del cuento (las relaciones humanas) está estrechamente relacionado con el tema porque la comunidad en miniatura de conductores del cuento es una representación de la sociedad del mundo real y la manera de relacionarse que el hombre posee. El narrador presenta a los personajes, que son muy variados y representan los estereotipos, las virtudes y los defectos de la sociedad moderna. Una característica del cuento es que varios de los personajes son referidos por la marca y modelo de sus autos, lo que puede presentar una identificación de personajes por poder adquisitivo. El narrador, además, describe como se relacionan y colaboran para resolver sus conflictos a lo largo del relato. Previamente al embotellamiento, no existe relación o comunicación entre los conductores hasta que la ruptura de esta independencia aparece cuando se presenta el suceso más relevante del cuento que es el exagerado congestionamiento de vehículos, y entonces ellos comienzan a luchar por la supervivencia. Diversos motivos se presentan en el relato, por ejemplo: vehículo, autopista, comida, agua y abrigo.

El surrealismo

Luego de argumentar respecto a que el cuento “La autopista del sur” no es fantástico, nos preguntamos acerca de cuál es entonces el género literario de la obra. Nosotros sostenemos firmemente que el género literario en “La autopista del sur” es el surrealista5 porque el relato está compuesto por muchas de las características propias del género.

André Breton en El Manifiesto del surrealismo6 define al surrealismo como:

“Automatismo psíquico puro por medio del cual se intenta expresar, verbalmente, por escrito o por cualquier otro medio, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento sin la intervención reguladora de la razón ajeno a toda preocupación estética o moral”. (Larrousse,

El cuento refleja por el medio escrito el funcionamiento real del pensamiento del que habla Breton. Este pensamiento se produce cuando el lector duda acerca de que tan real o fantástico el cuento es.

La causa principal de la duda en la función real del pensamiento en “La autopista del sur” es la duración exagerada de un conflicto simple y cotidiano como un embotellamiento. Un congestionamiento de autos en el mundo real jamás duraría meses, como el narrador describe. Además, los personajes atraviesan situaciones extremas como hambruna, enfermedades, cambios bruscos del tiempo, muertes, suicidios, etc.

La resolución tampoco se puede fundamentar con el uso de la razón ya que el lector es invadido por el misterio que esta produce. En narrador crea un final abierto donde los personajes ignoran los sucesos del conflicto del cuento y continúan la rutina como si nada hubiera pasado en todos esos meses, y el relato termina con una situación prácticamente idéntica a la del principio, con los conductores en sus autos, cada uno por su cuenta: “…esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia adelante” (Cortàzar, 550, 2011).

La razón no juega ningún papel en el funcionamiento real del pensamiento y la lectura del cuento se basa en la irracionalidad. En el relato no existe alguna preocupación por la moral, ya que por ejemplo, se manifiesta un suicidio. Tampoco hay algún tipo de inquietud acerca de la estética; el narrador se ocupa de describir con precisión numerosas situaciones de disgusto como:

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