QUIMICA CON LA MUERTE

QUIMICA CON LA MUERTE

El libro Skudmart: Química con la muerte nos habla de cómo crear empresa y por las travesías que deben pasar los emprendedores para lograrlo. También nos muestra los desafíos, penurias y aventuras por las que deben cruzar las personas que se proponen implantar nuevas empresas con el fin de abrir nuevos mercados con ideas innovadoras que permitan desarrollar un buen producto que contribuya con el crecimiento del país.

Para sumergirse en el mundo de ser empresarios no basta solo con tener una buena idea o un buen producto, es necesario desarrollar ciertos elementos que constituyan y fortalezcan dicha idea o producto.

Uno de estos elementos sería desarrollar un plan de negocios con el cuál, los emprendedores pueden crecer, penetrar nuevos mercados, posicionar el nombre de su empresa, fidelizar a sus clientes con su marca, ser mucho más competitivos, en fin lo que permite es proyectar y aprender a manejar la empresa.

Para que una empresa pueda salir adelante es necesario proyectarse a futuro e investigar, con el plan de negocios que es una herramienta que permite planificar a corto y largo plazo, los empresarios o

emprendedores pueden programar como van a invertir los fondos disponibles para las diferentes estrategias del mercado, sus finanzas, su producción, también sirve para definir las inversiones del capital que posee la empresa y además es un instrumento que permite identificar cuales son las prioridades de la empresa para poder invertir de una manera inteligente para que la compañía crezca y pueda preservarse en el futuro.

Antes de desarrollar un buen plan de negocio que permita tener un desarrollo continuo en la empresa es necesario realizar diferentes investigaciones con el fin de dimensionar su propio negocio, entender que es lo que quiere el mercado y saber cual es el capital que se debe invertir, para ello es necesario formularse preguntas como: ¿Cuál es la competencia? ¿Cómo podemos innovar para diferenciarnos de la competencia? ¿Con que capital se cuentas y en que se va a invertir? ¿Cómo se va a comercializar el producto y los medios de distribución? ¿Dónde se va a ubicar la empresa? ¿De donde se van a sacar los fondos para poder desarrollar la idea o producto?, entre otras.

Química con la muerte nos muestra lo importante que pueden ser las asociaciones como la de Andrés Martínez y Felipe Escudero, ambos estudiantes de ingeniería de procesos, que cansados de ser em

pleados y asalariados deciden unirse para convertirse en empresarios.

Los dos jóvenes emprendedores empiezan vendiendo gominas y champús los cuales comenzaron a comercializar puerta a puerta, ya que no contaban con mucho capital de inversión, el negocio no estaba legalizado, no tenía respaldo de ningún tipo y no había identificación de la marca, intentaron ver que problemas y falencias habían en sus diferentes puestos de trabajo para crear una idea que pudieran desarrollar, que fuera innovadora y difícil de copiar.

Los jóvenes deciden asociarse con un fin común, un sueño compartido “crear empresa”, es importante el hecho de multiplicar esfuerzos y talentos, y así fue como lo entendieron Andrés y Felipe, que se pusieron en marcha sin una idea muy clara pero con unas ganas enormes de crear empresa.

La realización de la idea con la que comenzaron Felipe y Andrés a forjar empresa, que gracias a la observación aguda de estos jóvenes, que nace de un problema real, como lo es el uso del formol para la preparación de muertos, surge de una necesidad que ellos supieron abarcar, a las bases que tenían como ingenieros de procesos y a sus capacidades para desarrollar e investigar, lograron crear después de muchos intentos, fracasos y una gran dedicación, un producto con el cuál se

podía reemplazar el formol por una sustancia menos contaminante y más amigable con las personas y el medio ambiente.

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