¿Qué estrategias educativas propician la disminución de delitos cometidos por parte de los adolescentes de 12 a 16 años?
Tamara Alonso PriegoMonografía16 de Agosto de 2021
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TÍTULO
PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN
¿QUÉ ESTRATEGIAS EDUCATIVAS PROPICIAN LA DISMINUCIÓN DE DELITOS COMETIDOS POR PARTE DE LOS ADOLESCENTES DE 12 A 16 AÑOS?
Contenido
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 4
JUSTIFICACIÓN 5
OBJETIVO GENERAL 6
OBJETIVOS ESPECÍFICOS 6
HIPÓTESIS 6
VARIABLE DEPENDIENTE 7
INDICADORES 7
VARIABLE INDEPENDIENTE 7
INDICADORES 7
MARCO TEÓRICO 8
METODOLOGÍA 10
UNIVERSO: 10
POBLACIÓN: 10
MUESTRA: 11
TIPO DE INVESTIGACION: 11
INSTRUMENTOS DE RECOLECCION DE DATOS: 11
INTERPRETACION DE DATOS: 13
CONCLUSIONES 17
CRONOGRAMA 18
BIBLIOGRAFÍA 19
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Los niños entre 12 y 16 años dejarían de delinquir si gobiernos, empresas, universidades, fundaciones, asociaciones y población en general coadyuven en mejorar las condiciones de vida de los que menos tienen.
En general, los jóvenes delincuentes se mantienen dentro de los sistemas de salud mental y justicia hasta la adultez. La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año pierden la vida por arma de fuego entre 73 y 90 mil personas en América Latina, esto es, tres veces más que la media mundial (UNODC, 2008). Por su parte, El Salvador tiene el índice de homicidio más alto de América Latina (58 por cada 100 mil habitantes), y otros dos países centroamericanos (Guatemala y Honduras), presentan índices de homicidios de 45 y 43 por cada 100 mil habitantes (Banco Mundial, 2011:1).
Cualquier tipo de acto delictivo afecta a la sociedad en general, por lo que un tratamiento efectivo a los adolescentes que delinquen no sólo beneficia a este grupo poblacional, sino también a sus familias; además, este tipo de intervención ayuda a mantener a salvo de convertirse en víctimas al resto de la comunidad. Según Borduin (1999: 249), la Oficina de Investigaciones Federales (FBI por sus siglas en inglés) de EUA reportó en 1996 que 30 por ciento de los arrestos en ese país fueron hechos a jóvenes menores de 18 años, de los cuales 19 por ciento fueron arrestos por crímenes violentos y 35 por ciento por los delitos contra la propiedad. Un estudio nicaragüense de 186 individuos arrestados por asesinato en 2006 descubrió que casi la mitad tenía entre 15 y 25 años. En Centroamérica y México, los jóvenes de entre 15 y 34 años representan aproximadamente 80 por ciento de todas las víctimas de homicidio y robo (Ranum, 2006). Asimismo, se encontró que la cuarta parte de los adolescentes detenidos en Centroamérica eran delincuentes caracterizados como crónicos o reincidentes, los cuales eran responsables de más de la mitad de los delitos cometidos por el total de los jóvenes (Muggah et al., 2008). El análisis de los datos del Proyecto de Opinión Pública en América Latina por parte del Banco Mundial (2011) señala que, en México, 5.7 por ciento de los adultos han sido víctimas de robo armado durante los recientes 12 meses. En contraste con 15.6 por ciento en Ecuador, donde sólo 3.7 por ciento han sido víctimas de robo de morada y 16 por ciento de otros tipos de crímenes.
El problema de la delincuencia se ha analizado a través de distintos enfoques caracterizados sobre todo por la fragmentación, pues cada disciplina ha impreso su punto de vista, sin que se hayan integrado los avances alcanzados en los ámbitos de las ciencias sociales, las penales y la salud pública. Desde la salud pública, el análisis de la delincuencia debe partir de la base de que se trata de un fenómeno predecible y, por lo tanto, prevenible. Existen barreras sociales que impiden detectar los efectos de la delincuencia sobre las condiciones de salud de la población. Por ejemplo, muchos de los homicidios, violaciones y robos se cometen entre miembros de la familia y amigos. De este modo, la relación entre delincuentes y afectados es a veces tan cercana que ocasiona que muchos de esos hechos no se denuncien y, en consecuencia, no se registren.
¿Qué estrategias educativas propician la disminución de delitos cometidos por parte de los adolescentes de 12 a 16 años?
JUSTIFICACIÓN
La delincuencia es una forma de inadaptación social y al producirse esa anomalía se da un desafío a la misma sociedad y a su normativa de convivencia. Los hechos y condiciones que conducen a la delincuencia son múltiples, de ahí que podemos afirmar que la delincuencia tiene un origen poliforme (Jiménez, 2005: 215-261). El concepto de delincuencia juvenil nos obliga, ante todo, a establecer dos términos: 'delincuencia' y 'juvenil', además de ver en su justa dimensión qué es lo que lleva a un individuo a ser calificado y caracterizado como delincuente.
La delincuencia es una situación asocial de la conducta humana y en el fondo una ruptura de la posibilidad normal de la relación interpersonal. El delincuente no nace, como pretendía Lombroso según sus teorías antropométricas o algunos criminólogos constitucionalistas germanos; el delincuente es un producto del genotipo humano que se ha maleado por una ambientases familiar y social. Puede considerarse al delincuente más bien que un psicópata un sociópata. Para llegar a esa sociopatía se parte de una inadaptación familiar, escolar o social (Izquierdo, 1999: 45)
La delincuencia juvenil es fundamentalmente adolescente, es decir, reúne toda la problemática típica de este periodo evolutivo, pero de una forma no normalizada. Friedlander (1951) señala la existencia de un estado de delincuencia latente; añade que la base de esa latencia es lo que se denomina el carácter antisocial que se ha formado en el menor a través de sus primeras relaciones. El autor considera que aunque el menor llegue al periodo de latencia con esa formación caracterológica antisocial o susceptibilidad, no necesariamente se hará manifiesta la conducta delictiva, dependerá más bien de los diversos agentes que influyan en el desarrollo del joven. Destacan las malas compañías, el trabajo inadecuado, el deambular callejero y la desocupación como factores secundarios que, aunque no son determinantes, pueden provocar la delincuencia si existe previamente esa susceptibilidad o carácter antisocial ya mencionados. Una realidad social frustrante o una familia excesivamente indulgente, o bien, un entorno delictivo, serían algunos de los aspectos de mayor importancia para que el joven adopte un estilo de vida delictivo. La actitud reiterativa y moralizante de los padres y las instituciones ante ciertas actividades del chico le llevarían a tener una identificación negativa. Facilitarían también la evolución delictiva, la marginación y el poco contacto que el adolescente podría mantener con la llamada sociedad normal.
OBJETIVO GENERAL
Combatir la delincuencia juvenil a través de la educación. Lo que permitirá una mayor formación de adolescente haciendo más atractivas las actividades educativas basándome en estudios de investigación realizados de causalidad negativa entre educación y delincuencia.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
- Predecir cuál sería el efecto de una mejora sustantiva en la educación con el concomitante incremento en los salarios potenciales sobre la reducción en la delincuencia juvenil.
- Realizar investigaciones psicológicas donde se sustenten el tratamiento argumentado en el desarrollo de capacidades cognitivas en los adolescentes.
- Definir la mejora necesaria en los resultados educativos para alcanzar el objetivo, comparando los resultados de insuficiencia educativa entre contextos socioeconómicos.
HIPÓTESIS
Winnicott (1971) vinculó la delincuencia con "la falta de vida hogareña", y en función de la problemática familiar, "el menor antisocial... apela a la sociedad en lugar de recurrir a la propia familia o a la escuela, para que le proporcione la estabilidad que necesita, a fin de superar las primeras y muy esenciales etapas de su crecimiento emocional". En este sentido podemos pensar en la importancia de la desestructuración familiar y en la falta de organización de las escuelas como el origen de la delincuencia juvenil.
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