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RELIGIOSIDAD ENTRE LOS MAYAS ACTUALES - FIESTAS PATRONALES

Moisesdiaz25 de Agosto de 2011

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RELIGIOSIDAD ENTRE LOS MAYAS ACTUALES

FIESTAS PATRONALES

(GREMIOS TRADICIONALES)

INTRODUCCIÓN

Durante el siglo XVIII el cristianismo indígena evolucionó en Yucatán en torno a tres prácticas religiosas y que los mayas manejaron como un solo sistema: el cumplimiento con los sacramentos y con los rituales propios de la ortodoxia católica, organizados por los religiosos españoles como misas y novenas; una religiosidad popular integrada alrededor de los santos patronos y las cofradías de los santos, y, por último los rituales sobrevivientes de la tradición prehispánica.

Desde el punto de vista indígena se trataba de una sola concepción religiosa, aunque una parte de las ceremonias se tuviera que realizar fuera de la mirada de los españoles. Por su parte, los religiosos siempre consideraron los rituales prehispánicos como paganos, idolátricos y supersticiosos, pero nunca pudieron erradicar esas prácticas profundamente enraizadas en la forma de vida indígena, que con el tiempo se entremezclaron con las enseñanzas cristianas en un dinámico proceso de sincretismo religioso que aún perdura hasta nuestros días.

Para los indígenas, la celebración más importante, en lo que se refiere al cristianismo, era la dedicada al santo patrono del pueblo, al cual se le ofrecía una fiesta anual financiada por las cofradías y que solía convertirse en una feria, en ella se realizaban comidas comunitarias, corridas de toros y procesiones. De igual forma podemos ubicar otras fiestas patronales, siendo de igual importancia los gremios, ya que estas son las que dan origen a las fiestas patronales o tradicionales, que con el tiempo se han ido desvirtuando de su aspecto o fin inicial.

El colorido, la riqueza ritual y simbólica, la complejidad organizativa que implican estas actividades sociales, hacen de las fiestas patronales y gremiales, un tema de gran interés, no sólo porque son parte de la cultura de muchos yucatecos, sino porque a través de ellas podemos vislumbrar el tipo de sociedades y de comunidades que las generan, recrean y transforman.

Las fiestas nos hablan de las sociedades que les dan vida. El “hacer fiestas”, hoy en día forma parte de la condición humana y porque las fiestas yucatecas son muy agraciadas y vale la pena escribir y leer sobre ellas.

En nuestro estado la mayoría de las comunidades rurales, las ciudades e inclusive los barrios tienen un santo patrón en cuyo honor se llevan a cabo por lo general anualmente, celebraciones de carácter religioso y secular.

Desde los primeros días del período colonial, las identidades comunales estuvieron simbolizadas por y concretadas en el santo patrono. La cofradía (congregación) adquirió pronto en Yucatán el carácter de forma organizativa para rendir culto a los santos patronos.

De esta manera, dos elementos centrales de catolicismo popular, es decir, el culto a los santos patronos y las formas organizativas para llevar a cabo esta función proceden de los primeros años del contacto y perviven redefinidas, hasta nuestros días.

CARACTERIZACIÓN DE LA FIESTA EN EL ESTADO DE YUCATÁN

Se podría pensar que cualquier evento no cotidiano, que involucra a un sector considerable de la población y que incluye rituales, procesiones, comidas y bebidas, es en México y Yucatán una fiesta. Y muy probablemente así es. Desde luego en nuestros países el aspecto religioso juega un papel muy importante en la caracterización de las fiestas; en las comunidades de Yucatán sin embargo son, sin duda, los elementos “profanos” aquellos que definen un evento comunitario como festivo.

Los actos religiosos en honor del santo patrón o de algún otro santo comunal o familiar no definen, no marcan, desde la óptica de los habitantes de Yucatán, un tiempo reconocido como fiesta. ¿Qué es entonces en las comunidades la fiesta? Según las interpretaciones de la gente que se ve involucrada en estas festividades, puede decirse que son tres los elementos todos ellos de carácter “profano” los que definen el tiempo festivo: las corridas, la vaquería y los bailes.

De entre ellos puede y debe relevarse el papel central de las corridas de toros como actividad festiva por excelencia. Cuando uno llega a una comunidad y se ve a los hombres del pueblo trabajando en la construcción del “ruedo”, o para decirlo de otra forma, cuando los “palqueros” de una comunidad empiezan a “amarrar” el k’axche’ para la corrida, puede uno pensar sin temor a fallar, que habrá fiesta en el lugar. En el Estado, casi no hay fiesta campesina sin corrida de toros.

Las fiestas en las comunidades rurales de Yucatán incluyen, desde la perspectiva de quienes en ellas participan, dos aspectos básicos y distinguibles que podemos ver claramente: el sagrado y el profano (social).

Puede decirse también que a cada tipo de espacio y cada tipo de actos corresponde cierto tipo de música. Así, las entradas y salidas de los gremios, la procesión, la corrida y la vaquería implican siempre la presencia de una “orquesta” (banda de música, charanga) que acompaña estas actividades. Las jaranas (música bailable regional) se tocan en la vaquería, en las casas de los patrocinadores de las fiestas (presidentes de gremio y diputados) y en las corridas. Las marchas acompañan las entradas y salidas de los gremios, pero cuando el contingente de éstos se acerca a unos cien metros aproximadamente de la iglesia (al llegar a la plaza) la banda cambia de marcha a himno religioso (por lo general Viva Cristo Rey).

Cuando la banda toca a las puertas del templo después de la misa interpreta por lo general marchas. Esto es, parecería que por un lado, música de jarana es igual a actividad y espacio profano, y por otro, la música religiosa define los espacios de lo sagrado. Las marchas podrían en este sentido ser vistas como connotando lo transicional, el trecho entre lo sagrado y lo profano. Sin embargo esta dicotomía sólo funciona a grosso modo.

En este sentido puede decirse que no obstante y a pesar de que la fiesta se define básicamente por elementos considerados como profanos por los participantes, hay que hacer notar que tanto la vaquería como la corrida incluyen elementos rituales que son en cierta forma rituales religiosos.

La forma tradicional del catolicismo popular más recurrente en las comunidades, es el GREMIO. Los gremios hacen su aparición los días de fiesta y en otras fechas religiosas celebradas por la iglesia local y/o regional.

ORGANIZACIÓN

La mayoría de los gremios están organizados por oficios aunque también hay varios de señoras y señoritas y de niños. El compromiso de apoyar económica y culturalmente hablando a otros gremios de gente de la misma ocupación en las comunidades del entorno, es algo muy importante entre la comunidad, es decir, hay personas que pertenecen o apoyan a otros gremios dentro de la misma localidad en donde se desarrollan las actividades gremiales. El apoyo consiste en asistir a los lugares de recibimiento de los cabos (donde serán llevadas las velas adornadas) con algo de dinero y los emblemas de su organización (por lo general pabellones y estandartes,) a las celebraciones que protagonizan sus homólogos de las comunidades. Por lo tanto en reciprocidad, los que pertenecen a otros gremios acuden –como delegaciones– cuando hay que rendir culto a algún santo patrón de esa comunidad.

En la mayoría de las comunidades con población campesina hay cuando menos gremios de agricultores y ganaderos, de obreros y campesinos y de señoras y señoritas. En otras, hay además de comerciantes, Artesanos. Algunos gremios agrupan a la gente del pueblo en general, en torno al Santo Patrón.

Los gremios tienen una organización bastante precisa, en la cual podemos encontrar tienen presidentes, tesoreros, secretarios, encargados y/o interesados. De cualquier forma que se llame a estos personajes, el cargo con la mayor parte de las obligaciones y la coordinación de las actividades que el gremio desarrolla, confluye en la parte principal de la organización, en conjunto con la familia que tiene a su cargo en el año de petición para la realización de las festividades referentes al gremio.

En las comunidades campesinas, la organización de los actos religiosos en torno al Santo o a la Virgen es planeada básicamente por los priostes, sacristanes y/o encargados de la iglesia. Estos avisan al sacerdote que ha de acudir a la comunidad a oficiar misas y en su caso presidir la procesión, incluso el orden de entrada de los gremios a la iglesia está establecido por la tradición.

La directiva electa del gremio se hace bajo asamblea de socios del año anterior o según estipulen en el periodo de labores que desempeñen los de la directiva, que está formada generalmente por un presidente, un tesorero, un secretario y vocales. Más o menos un mes antes de las celebraciones en honor del Santo patrono, el presidente y sus colaboradores de la “directiva empiezan a visitar a los socios buscando su cooperación económica.

Es función de la directiva contratar, con el dinero recaudado, una “orquesta”, comprar flores para el “decoro” del templo, pagar la misa y el rosario, comprar voladores de luces y otros fuegos artificiales. Entre los gastos a realizar durante las celebraciones están ubicadas la comida y la bebida de la fiesta del gremio. Que en su mayoría los que recibieron el año pasado y los que reciben el año en curso, comparte parte de los gastos, en conjunto

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