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ROL DIRECTIVO FRENTE AL FLAGELO DE LA VIOLENCIA ESTUDIANTIL EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS VENEZOLANAS

gingerginger14 de Septiembre de 2014

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INTRODUCCION

En algunos países las administraciones educativas han lanzado campañas nacionales a través de los medios de comunicación social con el fin de crear una cierta conciencia social que favorezca la prevención de fenómenos violentos en las escuelas. En otros países, como el nuestro, tal vez porque aún no se han sufrido muchos casos extremos de violencia en las escuelas, la información disponible sobre la cuestión es, como mínimo, muy limitada, y no se ha hecho más que empezar en cuanto a la puesta en marcha de programas o planes de acción para la prevención y el tratamiento de dichos fenómenos.

En cualquier caso, los educadores y directores educacionales se muestran cada vez más conscientes de la envergadura del tema que aquí se tratará; con la consciencia de que saben que, para comenzar, se deben plantear el tema en positivo, es decir, no se trata tanto de qué hacer para enfrentar los casos de violencia, como de qué hacer para convertir los centros educativos en espacios adecuados para el aprendizaje de la convivencia en el marco de una democracia.

A los fines de establecer la veracidad de los argumentos, así como establecer cuál es el rol que el directivo escolar tiene frente al flagelo de la violencia estudiantil en las instituciones educativas venezolanas, se procede con el desarrollo de una investigación, el cual está estructurado de la siguiente forma:

Capítulo I, se contextualiza y delimita el problema tratado, se formulan las interrogantes derivadas del estudio, se formulan los objetivos que se persiguen con el desarrollo del mismo, los argumentos que justifican su desarrollo y el sistema de variables.

En el Capítulo II, se exponen los antecedentes similares que existen sobre el tema tratado, se exponen los aspectos generales relacionados con la investigación, según el enfoque de prestigiosos estudiosos en el tema que se trata, lo que sirve para guiar y conocer aspectos generales que se encuentran involucrados en el tema tratado

En el Capítulo III, se plantea el marco metodológico, se expone el tipo y diseño de estudio, así como el procedimiento para la obtención de los resultados, y se procede a presentar y analizar los resultados obtenidos en el proceso de investigación.

Capítulo IV, se señalan las conclusiones y recomendaciones que se consideran pertinentes, según los resultados de la investigación.

CAPITULO I

EL PROBLEMA

1.1.- Contextualización y Delimitación del Problema

La dirección científica educacional esta basada sobre los principios y teorías de ciencias como, la dirección, la pedagogía, la sociología entre otras ciencias tomadas como soporte metodológico y para el establecimiento de las relaciones entre dirigentes y dirigidos.

Estas consideraciones deben servir de marco para el debate sobre la nueva sociedad y la nueva educación del venezolano. Igualmente, el debate sobre la nueva formas de educación en las instituciones de educación superior, lo que tiene que partir del seno de las universidades tradicionales, tanto las publicas como las privadas ya que ambas, sean autónomas o experimentales, están obligadas a responder constitucionalmente a una política nacional de educación.

La gerencia educativa no debe estar limitada a la formación de conocimientos y teorías de la dirección educacional, nombradas específicamente en métodos, estilos y funciones, sino donde predomine el desarrollo de la conciencia y la sabiduría para el análisis, la autodeterminación, la autogestión y la autodirección

La educación es un proceso que compromete grandes recursos de toda índole, tanto humanos como materiales, por ello es importante la búsqueda de la efectividad y la eficiencia que garanticen el logro de los objetivos; estas consideraciones dan relevancia a los niveles jerárquicos superiores puesto que son los encargados de velar porque la inversión que haga en educación un país obtenga los objetivos y alcance las metas propuestas. La tarea de mejorar la educación y de impulsar con fisonomía adecuada hacia el siglo XXI, tiene un protagonista irremplazable y digno: El Gerente Educativo venezolano.

El hecho de que las escuelas estén apareciendo más a menudo en las páginas de sucesos de los periódicos que en la sección de educación y cultura está preocupando seriamente a todos los miembros de la comunidad educativa.

En efecto, los episodios de violencia en los centros educativos parecen tener una gran capacidad de atraer a la atención pública, causando lo que hoy día se ha dado en denominar una alta «alarma social», con lo que la aparentemente nueva lacra de la violencia escolar se añade a las ya innumerables fuentes de demanda y presión social con que los centros educativos, personal directivo y docente deben enfrentarse.

La violencia, en términos generales, implica la existencia de un conjunto de situaciones a las que se las califica de agresivas; sean psicológicas, físicas, materiales o simbólicas, y que se pueden dar bien sea en el entorno familiar o en la escuela.

¿Por qué se da esto? La violencia aparece siempre que hay un conflicto de poder, en tanto una persona exige del otro determinado comportamiento y se vale de determinados medios para su realización.

También podría atribuírsela a la multiplicidad de roles que los actores desempeñan en la vida cotidiana y que muchas veces generan situaciones de conflicto en tanto la persona siente que, no puede desempeñarlos de manera eficaz a como la sociedad y la familia esperan que lo haga.

En este sentido, la violencia es mirada como un mecanismo de control de una de las partes involucradas sobre otra a la cual se quiere someter,

La gran influencia de los medios (televisión, radio, prensa escrita, etc.) ha permitido en parte la sensibilización de los individuos con respecto a la temática tratada. Sin embargo, cabe hacerse nuevamente la misma pregunta ¿qué tanto se puede hacer desde la misma? También los medios, en especial la televisión, han contribuido a la retroalimentación de la violencia estudiantil: películas y programas de entretenimiento en general que exponen crudamente las conductas violentas en diversos ámbitos.

Los fenómenos de violencia escolar se han producido siempre, y quizás con la misma o mayor intensidad. Ahora son más visibles porque afectan a más personas, y porque los medios de comunicación, los padres y madres de los alumnos y la sociedad en general, se han hecho mucho más sensibles a todo lo relacionado con la educación y, como es lógico, a este tipo de fenómenos de una manera aún más especial.

Es importante destacar, que la violencia escolar, constituye una de las fuentes de perturbación de la sociedad más acentuada, en virtud del efecto negativo que ejerce sobre el proceso educativo en los centros educacionales, así como los daños colaterales a los comerciantes, habitantes de las residencias aledañas a dichas instituciones y daños a la propiedad de transeúntes que eventualmente transitan por las zonas donde de presentan manifestaciones violentas que tienen como protagonistas estudiantes de las escuelas venezolanas.

De hecho, la violencia en las escuelas ha formado parte de lo que se llama currículo, esto es, de los contenidos que aprenden los alumnos en su experiencia escolar diaria. La violencia ritual de las novatadas, bien aceptada y hasta celebrada en nuestra sociedad, es un buen ejemplo del carácter funcional de la violencia en los centros escolares. La cuestión comienza a preocupar a quienes tienen el poder cuando los fenómenos de violencia empiezan a traspasar ese límite invisible de la funcionalidad, cuando algunas víctimas rompen el silencio que como víctimas siempre les ha caracterizado, cuando las consecuencias de algún suceso son verdaderamente trágicas y encajan en la «línea editorial» de algún medio de comunicación, o cuando se intenta hacer una utilización política de los fenómenos de violencia.

Pero, sobre todo, las alarmas saltan cuando comienzan a surgir casos en los que las víctimas tradicionales (niños menores de doce años, niñas en general) se convierten en verdugos.

Se debe señalar, que desde posiciones más radicalmente pesimistas a tono con el final del milenio, la violencia en los centros

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