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Regla Fiscal

alemabaca2 de Mayo de 2014

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LA REGLA FISCAL

PRESENTADO POR:

NESTOR CORONADO

JORGE PALACIO

EVER OÑATE

EDUARDO DE ALBA

ALEXIS BERRIOS

CAROLINA VASQUEZ

NATALIA DIAZ

PRESENTADO A:

KENKIN MORALES GONZALEZ

UNIVERSIDAD DEL ATLANTICO

FACULTAD DE CIENCIAS ECONOMICAS

HACIENDA PÚBLICA

BARRANQUILLA – ATLANTICO

2014

REGLA FISCAL EN COLOMBIA

En sentido amplio, las reglas fiscales se pueden definir como el conjunto de normas y regulaciones con las que se elabora, aprueba e implementa el presupuesto (Alesina,A.; Perotti, R., 1999). En un sentido más estricto, sin embargo, y delimitando el concepto al que mejor representa la experiencia internacional, se entiende por regla fiscal como aquella restricción constitucional o legislativa en la política fiscal que especifica algún tipo de límite en las variables fiscales, tales como saldo presupuestario, deuda, gasto o impuestos, y que se aprueba normalmente junto a una regulación del procedimiento de elaboración, discusión parlamentaria, ejecución y control del procedimiento de elaboración, discusión parlamentaria, ejecución y control del presupuesto (Kennedy, S; Robbins, J. and Delorme, F., 2001).

Las reglas fiscales facilitan el papel estabilizador de la política monetaria, por lo que estas reglas se incluyen en modelos macroeconómicos monetarios en los que los precios vienen determinados por la política monetaria. Este es el caso de los países miembros de la UEM, donde además de tener una política monetaria única ejecutada por el Banco Central Europeo (BCE), se ha establecido una regla fiscal acordada bajo el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) para que las actuaciones fiscales discrecionales de las autoridades no interfieran en el objetivo de estabilidad de precios del BCE.

Otro argumento para la utilización de reglas fiscales se basa en los efectos desbordamiento que se pueden originar en una área monetaria, en un estado federal o en un estado muy descentralizado, ya que la adopción de dichas reglas condicionan las medidas fiscales de los países miembros del área o de un determinado nivel de gobierno ( BALASSONE, F.; FRANCO, D.; ZOTTERI, S. (2003) y previene la transmisión de los efectos que las política fiscales llevadas a cabo por parte de alguno de ellos, tendría sobre el resto.

Por otro lado, también se argumenta para el establecimiento de reglas fiscales, la equidad intergeneracional, de manera que las anteriores sirvan para contener el gasto corriente y no financiarlo mediante deuda, cuyo pago tendrían que efectuar las generaciones venideras. Esto justifica la existencia de normas como la “regla de oro”, que sólo permite financiar gastos en inversión, ya que también tendrán efectos positivos en las generaciones futuras.

También, se considera que el uso de las reglas reduce el grado de discrecionalidad de los gobiernos. En este caso, la regla puede resultar más eficiente en aquellos casos en los que las autoridades fiscales carecen de reputación en cuanto a la disciplina fiscal. En estas situaciones cuando el gobierno está sometido a una regla fiscal se pueden adoptar, en consecuencia, sus propias decisiones de ahorro, inversión o empleo, redundando en un mayor crecimiento económico, mayor empleo y estabilidad económica.

Con las reglas fiscales se pretende evitar la discrecionalidad, de forma que las mismas sirvan de ancla para las actuaciones de las autoridades fiscales. De esta manera se previene el problema de la inconsistencia temporal y se produciría una mejora en la formación de las expectativas de los agentes económicos. Sin embargo, al mismo tiempo se limita el poder estabilizador que las actuaciones discrecionales de los gobiernos tienen sobre el ciclo económico.

Otra cuestión importante es que, como consecuencia de la obligación de las autoridades fiscales de cumplir las reglas, aumentará la disciplina fiscal, ya que con dichas reglas se pueden ordenar los procedimientos presupuestarios y aumentar la transparencia incrementando la responsabilidad de las instituciones presupuestarias.

Teniendo en cuenta lo expuesto hasta ahora, se puede decir que las reglas fiscales, sin olvidar los problemas que pueden surgir en su ejecución, tienen como objetivo evitar o reducir el grado de discrecionalidad de la política fiscal para aumentar la disciplina e intentar reducir los déficit fiscales para alcanzar y mantener la consolidación fiscal. Ahora bien cuáles son las principales características de una regla fiscal. En primer lugar, una regla fiscal debe estar bien definida, en cuanto al indicador que se quiere controlar, el alcance institucional y las cláusulas de escape específicas para evitar ambigüedades que se materialicen en la aplicación ineficaz de la regla. Es fundamental que el indicador al que hace referencia la regla esté bien definido para evitar posibles problemas de interpretación que reduzcan la transparencia de la regla.

Otra característica de la regla fiscal es la transparencia en las operaciones de las autoridades, incluyendo aspectos relativos a la contabilidad, las predicciones y los convenios institucionales. Un aspecto importante tiene que ver con la adecuación de la regla fiscal a los objetivos de política económica especificados por las autoridades, es decir, que deben ser consistentes con la consecución de dichos objetivos. Además de lo anterior la regla fiscal debe ser sencilla, flexible y aplicable. La regla fiscal debe ser sencilla para que sea comprendida por parte de los agentes económicos y para que resulte más fácil evaluar sus resultados, y debe ser flexible, para que pueda reaccionar ante shocks exógenos que queden fuera del control de las autoridades económicas.

Otra característica fundamental de la regla fiscal es la consistencia de la regla fiscal, tanto internamente como con otras políticas y reglas macroeconómicas. Lo mismo que su mantenimiento con políticas eficientes como, por ejemplo, las reformas estructurales necesarias para poder cumplir con los objetivos. Por último lugar, es deseable que la regla fiscal esté recogida en algún estatuto, como las leyes o los Tratados Internacionales, donde también se establezcan aquellas cuestiones relativas a la vigilancia de la misma y las posibles sanciones que se aplicarían en caso de que se incumpliese la regla.

Por otra parte las reglas fiscales pueden clasificarse atendiendo a dos posibles criterios: por un lado, en función del tipo de límite que se imponga a las autoridades fiscales y, por otro lado, a partir del indicador fiscal considerado.

Atendiendo al primer criterio, se pueden distinguir entre reglas cuantitativas y reglas de procedimiento. Las primeras hacen referencia a todas aquellas restricciones que especifican algún límite cuantitativo al indicador fiscal elegido, como por ejemplo el límite que impone el PEC sobre el déficit o el nivel de deuda.

Las reglas de procedimiento son aquellas que establecen cómo llevar a cabo determinados procesos, como por ejemplo aquellas que determinan cuál es el procedimiento a seguir en el proceso presupuestario, aquellas que refuerzan la transparencia, o las que regulan la aplicación de la política presupuestaria.

El segundo de los criterios, es decir, la elección del indicador fiscal, permite diferenciar entre reglas sobre el déficit, reglas sobre el nivel de deuda y reglas sobre el gasto público (Hemming, R.; Kell, M., 2001), independientemente que las mismas establezcan límites cuantitativos o cualitativos.

En cuanto al segundo tipo de reglas, las reglas sobre el nivel de deuda, el ejemplo más claro es el de la Unión Europea, que estableció el objetivo de la deuda pública en el 60% del PIB, o el Reino Unido con la regla de la inversión sostenible, que requiere que la deuda neta se mantenga estable y en un nivel prudente a lo largo del ciclo, definiendo este nivel prudente como el 40% del PIB. El problema de estas reglas consiste, lógicamente, en determinar el nivel óptimo de deuda.

El tercer tipo de reglas, las reglas sobre el gasto público, establecen límites sobre determinadas partidas del gasto público o sobre el gasto que llevan a cabo ciertos niveles de gobierno. Entre los casos más destacados podemos citar el de Estados Unidos, Suecia, Holanda, Finlandia, Francia, Italia y España. Una ventaja de dichas reglas es que atajan el problema de la tendencia deficitaria en su origen y frenan el posible incremento del gasto público en los periodos expansivos.

De manera similar a una regla de política monetaria, la regla de política fiscal se puede plantear en términos de una función de reacción tipo Taylor, según la cual la autoridad fiscal reacciona a una meta deseada de mediano plazo, al ciclo económico y a otras desviaciones. La regla asume que la

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