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Reinado De La Epoca Monarquica Romano I

davidojuarez7 de Febrero de 2012

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INTRODUCCIÓN

El derecho es un fenómeno esencialmente social. El hombre está hecho para vivir en sociedad, pero esa convivencia no sería posible si cada uno de los componentes de esa sociedad hiciese lo que la viniera en gana. Un agregado humano que convive en un determinado territorio, pero privado de la más elemental organización, no sería nunca una sociedad. Para que se pueda hablar de una verdadera sociedad se requiere el reconocimiento de un conjunto de reglas, normas de conductas que hagan posible la vida pacífica, desenvolvimiento normal de las actividades de los asociados, con el convenimiento de parte de ellos de que la violación de tales normas trae consigo una sanción, un castigo.

En consecuencia, la historia de Roma durante el siglo V a.C. y gran parte del siguiente tiene como uno de sus ejes fundamentales el conflicto que se produjo entre el patriciado y la plebe, los dos órdenes en que se dividía la población romana. El origen de estas dos categorías diferenciadas ha sido uno de los temas más discutidos por la historiografía. Rechazado el argumento de la tradición mítica romana, que atribuía a una decisión de Rómulo la formación del patriciado, desde el siglo XIX los principales historiadores del mundo antiguo han intentado aclarar esta cuestión. Durante la monarquía no había más diferenciación social que la derivada de la posesión de la riqueza, pero que a comienzos de la República una oligarquía de patres intentó monopolizar en su provecho los beneficios de la expulsión de los reyes. Posteriores investigaciones han desarrollado esta idea y han retrasado el origen del patriciado a la época monárquica, cuando se va formando una oligarquía que progresivamente consolida y amplía sus posiciones, y que, aunque cuando se instaura la República todavía sigue en proceso de formación, ya tiene suficiente poder como para controlar la nueva situación.

Es por eso que, en el proceso de distinción entre ambos órdenes no está claro: ni la concepción legal ni los testimonios historiográficos aclaran los motivos reales de esta discriminación política y social ni el momento desde el que esta marginación se mantuvo vigente en la sociedad romana. El patriciado se fue configurando como un grupo endogámico y aristocrático que reservaba para sí los privilegios políticos, sociales y religiosos, mientras que la plebs, heterogénea e indiferenciada, no tenía apenas derechos (iura) pero sí casi todos los deberes.

La investigación se dirige al origen de roma, estructura Social y política en la antigua Roma, reformas atribuidas a Servio Tulio, fuentes del Derecho en la época de la Monarquía, Interpretación y aplicación del derecho, conclusiones, referencia bibliográficas.

1. Origen de Roma

En la historia externa de Roma, se pueden distinguir tres (3) periodos: la monarquía, la república y el imperio, cada uno de estas etapas corresponden conceptos diferentes acerca del derecho, de la vida social, de la religión. Roma fue fundada en la zona de la península itálica ocupada por los latinos, en la parte fronteriza de esta zona con los etruscos, a unos veinte (20) kilómetros de la desembocadura del Tíber.

El origen de roma se enlazó con la guerra de Troya, donde se supone que uno de los héroes de ésta, Eneas junto con Odiseo, fundaron la ciudad. Se mezcló luego esta fábula con la de Rómulo, haciendo a éste hijo o descendiente de Eneas. 753-509 AC, es la fecha aceptada como fundación de la ciudad, con una series de reyes del Alba Longa, la capital de la confederación latina. La hija de uno de estos reyes (Rhea Silvia) tuvo como fruto de su amor con el dios martes, dos (2) hijos gemelos, Rómulo y Remo, quienes amamantados por una loba y recogidos por un pastor volvieron a Alba Longa , fundando a Roma sobre el monte Palatino.

Rómulo fue, según la leyenda, el primer rey, quien dividió el pueblo en tres (3) tribus y treinta (30) curias, estableció la distinción social entre patricios, plebeyos, creó un senado de cien (100) patricios y comenzó la expansión por conquista. Le suceden: Numa Pompilio, de origen sabino, que ordenó la religión, el culto, incorporó nuevas tribus sabinas y extendió la ciudad sobre los montes Capitolio y Quirinal.

Tulio Hostilio, el conquistador de Alba Longa, quien trae gente de esta ciudad para poblar el monte Celio; Anco Marcio, que vence a los latinos, funda el puerto de Ostia e incorpora a la ciudad de Monte Aventino; Lucio Tarquino, que construye el Circo, la gran cloaca, las murallas y el templo del Capitolio; Servio Tulio, a quien se atribuye una reforma en el ejército, en los impuestos, asambleas populares (centurias) hasta el intento de sustituir la monarquía por una doble magistratura, por último, Tarquino (el soberbio), que representa una reacción hacia el absolutismo y cae derribado por una revolución popular, con el pretexto de la ofensa de una pariente suyo, Sexto Tarquino, había hecho a Lucrecia, esposa de Tarquino Colatino.

Estas narraciones de los historiadores griegos y romanos comenzaron a suscitar algunas sospechas de ser inverosímiles en los siglos XV y XVI. Adquirieron mayor precisión el siglo XVIII. Esta crítica tomó carácter científico en el siglo XIX, con los ensayos llevados a cabo por Nieburh y Schwegler, y con el insigne historiador alemán Teodoro Momsen, quien sin coincidir con los autores nombrados, dejó a un lado las que consideró leyenda, sin hacer una interpretación de ellas. Otros historiadores, como Fustel de Coulanges, Ihne y Ranke, prefirieron acogerse a la tradición.

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, arreció la compaña de destrucción de la leyenda, sobre todo en las obras de Niese, Pais, Heitland, Bertolini y Beloch, unos, dejando de lado totalmente la famosa leyenda, otros intentando interpretarla para sacar de ella su verdadero fondo histórico. La posición conservadora y cautelosa de De Santis, continuó oponiéndose en Italia a las exageraciones de la crítica.

Pero, entre tanto, las investigaciones filológicas, etnográficas, excavaciones arqueológicas iban demostrando que se había equivocado Mommsen al pensar que en Italia no se hallaban rasgos de civilizaciones prehistóricas y comenzaban a permitir la identificación de pueblos, asomar la realidad histórica de las que se creían leyendas. Esto impuso rectificaciones a los más duros demoledores de la leyenda, entre ellos Pais. Los modernistas (tradicionalistas), sospechan que así como las excavaciones de Creta, Grecia, Troya han convertido en historia los poemas griegos, las excavaciones de Italia van a iluminar no sólo la tumba de Rómulo, el hijo de marte y Rhea Silvia. Los vértigos de la monarquía, sino quizá la unión africana y greco-oriental de la etapa prehistórica.

2. Estructura Social en la antigua Roma

Según, Artilas (2000) la estructura social que presentó la antigua Roma fue la siguiente:

a. “la Gens: fue la organización social, que precedió en Roma la constitución del estado-ciudad” (pág. 77). De allí que, por estado-ciudad o civitas, se designa una forma de gobierno libre, característica de todos los estados griegos y latinos de la antigüedad, donde la soberanía es ejercida por los ciudadanos que habitan una ciudad. En general, sus órganos de gobierno fueron los magistrados que ejercen el poder, un senado o asamblea de personas notables con funciones de consejo, una asamblea popular, formada únicamente por personas que poseen el carácter de ciudadano.

Ahora bien, uno de los problemas que surge es determinar el origen y naturaleza de la gens. La gents latina es una agrupación de familias descendientes de un autor común. Este grupo, de acuerdo a las circunstancias, puede formar con sus propios sujetos y esclavos un feudo, un burgo o una comuna.

El primer rasgo que caracteriza a la gens es ser un organismo político que precede cronológicamente a la constitución de la ciudad. A semejanza de un pequeño estado, la gens constituye una asociación política y económica. Tiene sus clases sociales, miembros dependientes o clientes, posee instituciones propias, asambleas, cultos propios, dicta leyes. Reina entre sus miembros el espíritu de solidaridad y asistencia mutua. Se llega a ser gentil, o sea miembro de la gens, de la misma manera como se llega a ser miembro de un estado, es decir, por nacimiento del padre gentil o por agregación directa de la gens, mediante el voto de los gentiles o por agregación indirecta, ingresando a una familia de la gens. Sus miembros se consideran todos como descendientes de un único jefe legendario o inmemorable de quien toma el nombre, nombre gentilicio.

Este grupo político, la gens, tiene como la ciudad, territorio denominado pagus y jefe (pater o magister gentis) cuya autoridad encuentro límites en los derechos de los pater-familias, o sea de los jefes de los grupos menores o familias que integran la gens y cuya autonomía el jefe debe respetar.

La gens es también una organización religiosa. Tiene sus dioses tutelares, su culto, altares, ceremonias, fiestas y sepulturas propias. Con el culto gentilicio están vinculadas con antiguas instituciones civiles: el matrimonio, nacimiento, adopción. Originariamente debió consistir la gens en la unión de cuatro o cinco familias. Después de la dominación etrusca y por el acrecentamiento de la clientela la gens llegó a su mayor apogeo.

Dicen los historiadores romanos que hubo en la Roma primitiva trescientas gens o gentiles agrupadas en treinta curias o caseríos de diez gens cada uno. En la época de la República la gens había perdido su carácter político y sólo quedaba de ella la relación entre familias (parentesco

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