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Resumen Libro El Socio


Enviado por   •  23 de Mayo de 2012  •  6.148 Palabras (25 Páginas)  •  1.528 Visitas

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El socio

Personajes:

Julián Pardo: Corredor de propiedades.

Nito: hijo de Julián.

Goldenberg: amigo de Julián en su infancia, actualmente exitoso hombre de negocios.

Luis Albear: Amigo Mujeriego de Julián y amante de Graciela.

Anita: Esposa de Goldenberg, joven, hermosa ,simpática.

Ramiro: Esposo de Graciela, banquero.

Graciela: Esposa de Ramiro y amante de Luis Albear.

Gutiérrez: Corredor de Bolsa.

Fortunato Bastias: Comerciante, socio de Goldenberg.

Urioste : Corredor de bolsa de Goldenberg.

Serafín: Guía en los Andes.

Carranza: militar.

I

Julián camina por la ciudad hastiado de respuestas como: “hemos convenido con mi socio”, “ desgraciadamente mi socio…”. Se acerca a un grupo de gente que observa a un caballo muerto por el agobio del trabajo, Julián observa y piensa que el caballo se burla de él porque ahora él descansa y Julián debe seguir trabajando.

-¿ Es usted el dueño del caballo? – le pregunta una joven muy hermosa y elegante.

-¿ Porque me lo pregunta señorita?

- Porque lo mira usted con unos ojos tan tristes – haciendo enfurecer a Julián- ¡Fíjate Graciela! Parece que el señor veterinario se ha ofendido – y se alejaron.

II

Goldenberg se presenta en la oficina de Julián.

Julián observa lo gordo que está y recuerda anécdotas de niños como cuando para comer helado gratis Goldenberg ponía moscas en el vaso.

Goldenberg le ofrece a Julián un negocio.

-Se trata , por el momento de que usted denuncie como auríferos unos terrenos que le indicare, ¡no se alarme! El oro vendrá después, yo prefiero extraer monedas, es mas sencillo y menos trabajo.

-¡Es claro! Un bolsillo en menos profundo que una mina.

-Mire Pardo, usted va ha sacer una buena comisión, no me importa si hay oro , me conformo con arena. Le explico- dijo Goldenberg incorporándose en su silla – este es el rio, aquí el yacimiento , la ciudad a este lado. No hay otro punto de donde sacar arena. O me compran o no edifican ¿ve el negocio?

- Muy bien, ¿ para que sirve el oro?

-Para justificar la concesión y el brillo atrae el capital de las alondras ( accionistas).- continua Goldenberg- usted tiene la merced y la vende en diez mil libres a un amigo mío, este la vende en veinte mil libres a la comunidad que tengo con el Sr. Batías, formamos la sociedad aurífera “El Tesoro”, los accionistas nos compran a cuarenta mil, recibimos 20 al contado y el resto en acciones.

-Es que yo no conozco de negocios mineros.

-¿Teme a las especulaciones?, pues no especule; si no hay oro quiere decir que usted se ha equivocado ¿le van a hacer cargo por eso?

Julián no sabia que responder hasta que se le ocurrió una gran idea para salir del paso.

-Imposible, necesitaría consultarlo con mi socio.

Goldenberg no le creyó pero le aconsejo pensarlo y se retiró.

Julián molesto por su incredulidad escribe una carta para rechazar el negocio.

III

Julián frente al correo, piensa en su familia, en la difícil situación económica que están pasando, no sabe se hace lo correcto al rechazar la propuesta de Goldenberg, de repente las manos de Luis Alvear, quien le cuenta de sus enredos amoroso, es amante de la esposa de un banquero y tiene un hijo (el banquero jura que es de él) y no tiene un centavo en el bolsillo , pero es muy alegre.

-¿ Sabes quien me pregunto por ti? – pregunta Luis- Anita Velazco, esposa de Goldenberg , le preste un libro de poesía, te encuentra parecido a Amaro Nervo.

-No me conoce.

-Dijo que te vio absorto mirando un caballo muerto y te jugo una broma.

Julián le conto de la visita de Goldenberg , y que había enviado una carta rechazando el proyecto.

Alvear le ofrece un negocio y se van a celebrar a una cantina.

IV

Anita molesta y le manda a decir a la sirvienta Pastora que deje de cantar, cinco minutos después le ordena que cante no más si quiere. Anita se siente sin ganas de vivir, seguro que la sirvienta canta por que tiene un amor, sus labios se contrajeron en una mueca de amargura, sentía que su cuerpo era un desierto, de nada servía la hermosura, la juventud, luego pasarían los años y ella seria una llanura monótona y desesperante.

-Que tontos son los hombres- y pensó en su marido obeso y calvo en su escritorio.

Goldenberg leía la correspondencia, la carta de Julián sigue hablando de su socio, lo que le disgusta. El socio no acepta que Pardo entre en el negocio e indica las razones, los yacimientos están muy cerca de la ciudad, sin el misterio que da la distancia, no se podría especular, el dueño del margen opuesto del rio también puede vender arena y más barata, bajando el precio de las acciones, además el negocio le resulta problemático siendo el dueño del riberano opuesto senador pudiendo lograr que el estado construya un puente para abastecer de arena la ciudad. Goldenberg arroja la carta al cesto y luego la recoge.

-¡Vamos! ¡Esta carta es un tesoro! ¡Que gran hombre es Pardo! Con su ingenuidad me ha descubierto su juego , en estos momentos debe estar con el “riberano opuesto” para echarme por tierra las acciones…Tengo veinte mil acciones, vendo el doble; ellos ofrecen su terreno a huevo y provocan la caída del papel yo recupero a vil precio lo vendido y quedo dueño del negocio ¡no hay que perder el contacto con este hombre!

En eso llega Anita y lo abraza.

-¿Te resulto el negocio con Julián?-

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