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SALUD Y EL CONTEXTO CULTURAL

marce170210 de Junio de 2013

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LA SALUD Y EL CONTEXTO CULTURAL.

Cultura y salud. Cultura y sociedad. Estilos de vida y conducta saludable: tabaco y alcohol, nutrición y ejercicio físico.

CULTURA Y SALUD.

La enfermedad y la salud son dos conceptos internos de cada cultura. Para tener un mayor conocimiento de la prevalencia y la distribución de la salud y la enfermedad en una sociedad, hace falta un enfoque integral que combine cuestiones sociológicas y antropológicas además de las biológicas y de conocimientos médicos sobre salud y enfermedad.

Desde el punto de vista antropológico, la salud está vinculada a factores políticos y económicos que pautan las relaciones humanas, dan forma al comportamiento social y condicionan la experiencia colectiva.

La medicina occidental tradicional siempre ha considerado que la salud era igual a ausencia de enfermedad, a partir de la Salud Pública, significará incidir en las causas de los problemas de salud y prevenir dichos problemas a través de conductas sanas y saludables.

Desde la antropología médica para Entender las enfermedades, este enfoque ecológico - cultural hace hincapié en el hecho de que el medio ambiente y los riesgos para la salud que éste tiene principalmente creados por la cultura.

La cultura determina la distribución socio - epidemiológica de las enfermedades por dos vías:

- Desde un punto de vista local, la cultura moldea el comportamiento de las personas, que predisponen a la población a determinadas enfermedades.

- Desde un punto de vista global, las fuerzas político - económicas y las prácticas culturales hacen que las personas actúen con el medioambiente de maneras que pueden afectar a la salud.

Algunos hábitos que condicionan nuestra salud son los siguientes:

- La organización del tiempo de trabajo y el tiempo de descanso.

- La alimentación.

- La higiene personal.

- La limpieza del hogar.

- La ventilación del hogar.

- La forma y condiciones en que nos desplazamos al trabajo.

- La manera de organizarnos en nuestro trabajo.

- La diversión y el tiempo de ocio.

Todas las actividades de nuestra vida cotidiana están condicionadas culturalmente. La cultura modela nuestras conductas homogeneizando comportamientos sociales.

Los seres humanos actuamos partiendo de una determinada cultura de la salud, compartimos una serie de principios básicos saludables que nos permiten integrarnos en el sistema social más cercano. La aceptación social pasa por respetar estos principios y hacerlos visibles a los demás.

La cultura es una variable que se utiliza para explicar desigualdades en salud. Las teorías más importantes al respecto son:

* CULTURAL O CONDUCTUAL: Parte de un conjunto de creencias, valores, normas, ideas y conductas de los grupos sociales más desfavorecidos, como origen de las desigualdades en el estado de salud de los mismos. Se la designa también como "cultura de la pobreza" (los pobres tienen preferencia por conductas no saludables, estilos de vida insanos). Desde las ciencias de las conducta se ha considerado que el comportamiento individual y los estilos de vida personales elegidos libremente constituyen una de las principales determinantes de la salud, y de las diferencias entre los individuos y entre los grupos integrantes de la sociedad.

* MATERIALISTA O ESTRUCTURAL: Cuestiona la idea del poder de libre elección y que éste sea el origen de desigualdades en salud. Destaca la importancia de los factores relacionados con la exposición no voluntaria a un entorno social deficiente y arriesgado para la salud.

CULTURA Y SOCIEDAD.

Es importante diferenciar entre dos conceptos complementarios e interdependientes: Sociedad y Cultura.

La sociedad es el conjunto de relaciones sociales que se dan en un hábitat y la cultura es lo que da forma y envuelve a esa sociedad.

En una cultura, se pueden mover diferentes criterios, dentro de cada contexto social pueden ser importante unos valores más que otros. La adaptación a la cultura y a los valores de una determinada sociedad dependerá de las circunstancias socioeconómicas y personales de cada individuo o grupo social.

La cultura es un constructo social, y por los tanto también cambian los hábitos que se constituyen como pautas culturales y socialmente aceptadas. Los comportamientos más o menos saludables adquieren diferente dimensión en función de la trascendencia social que tengan en un momento determinado. La educación para la salud es fundamental en las sociedades para:

- Modificar conductas no saludables.

- Promocionar conductas saludables.

- Provocar procesos de cambio social.

Los estilos de vida no pueden obviarse a la hora de tomar decisiones sobre la salud de la población.

La propia percepción del paciente sobre su salud debe tenerse en cuenta. Es el componente subjetivo de la salud.

La relación cultura - salud es compleja y constituye todo un reto para las sociedades: cómo entendemos la salud desde las diferentes culturas que conviven en un territorio, cómo entendemos la enfermedad, qué valor se le da a las conductas saludables, qué significan para nosotros los riesgos para la salud, etc.

ESTILOS DE VIDA Y CONDUCTAS SALUDABLES.

Aquí, se pone de relevancia los aspectos culturales y conductuales en la salud. Se han multiplicado las investigaciones en las que se demuestra como el estilo de vida de una persona afecta a los riesgos de enfermar y morir. Fumar, beber alcohol, el tipo de alimentos y la realización de ejercicio han sido subrayadas como conductas muy directamente relacionadas con la salud.

TABACO.

El consumo de tabaco constituye actualmente la principal causa aislada de mortalidad evitable en los países desarrollados. Esto tiene su explicación en la promoción activa de la industria tabaquera y en el potencial adictivo de la nicotina. Los derivados del tabaco pueden generar con relativa rapidez una fuerte dependencia fisiológica y psicológica. Los fumadores que dejan de fumar refieren un serio síndrome de abstinencia con irritación, agresividad, depresión y problemas para concentrarse, problemas que explican que las recaídas sean tan frecuentes.

• El tabaco como vínculo social y /o el tabaco ligado a la enfermedad.

Se puede albergar el inicio de este hábito en la adolescencia. Sin embargo, no todos los que se inician en este hábito llegan a ser fumadores habituales, dependerá de la disponibilidad y el grado de exposición a su alto componente adictivo.

Fumar viene asociado a placer y vínculo social. Este carácter social se revela con la asociación del hábito a determinados momentos y lugares: fiestas, después de las comidas, entre otros.

Se plantea un vínculo con la enfermedad. Si bien antaño la enfermedad se asociaba con el exceso de fumar, actualmente es asociada directamente con fumar.

• Proceso de dejar de fumar.

La mayoría de los fumadores abandonan el hábito entre los 20 - 30 años. En ocasiones cuando el consumo ya les ha provocado problemas de salud.

Este proceso atraviesa varias etapas:

1. Etapa de pre-contemplación: en esta ya existe la percepción de la necesidad de hacerlo, que se traduce en la intención de cambiar en los próximos meses (Corresponde a los primeros años de tabaquismo). Con el tiempo, aparece la percepción individualizada, ya sea porque comienzan a aparecer los síntomas o por la observación en otros de los efectos adversos del tabaco. Entonces se pasa a la etapa en la que realmente se siente la necesidad de dejar de fumar.

2. Etapa de preparación: los individuos están dispuestos a intentar un cambio y se plantean dejar de fumar para un futuro, normalmente entorno a un mes.

3. Etapa de acción: esta es en la que realmente se produce el cambio.

El entorno afecta más al fumador en proceso de abandono del hábito, que aquel que ya ha dejado de fumar:

El fumador que se halla en proceso de abandono intenta evitar aquellos lugares en los que el consumo de tabaco está claramente asociado a ellos. De ahí se justifica la búsqueda de soledad entre los fumadores en proceso de abandonar el hábito. Esto confirma el carácter social del fumar.

• Estrategias propuestas.

En España, las políticas de control del tabaco se han desarrollado tardíamente y con escasa intensidad. Puede verse condicionado por la necesidad de atender a otras prioridades en el campo de la salud. Además, cabría considerar el peso de la industria tabaquera y el éxito de sus campañas para promocionar su producto.

La población se muestra especialmente reacia a las restricciones y a la regulación de comportamientos, el consumo del tabaco se vive más como un ejercicio de libertad que como un hábito tóxico.

ALCOHOL.

El alcohol es una de las drogas con mayor longevidad a lo largo de la historia. La especie humana viene consumiendo bebidas alcohólicas con las finalidades más diversas: celebraciones o para combatir tristezas, para refrescarse o entrar en calor, sedarse o estimularse. Se trata de una droga muy arraigada en la cultura occidental, a la que es fácil de acceder. Se han trivializado de manera general sus efectos así como el propio consumo.

Los problemas asociados atienden a un carácter heterogéneo cuya probabilidad de padecerlos se presenta tanto si el abuso del alcohol es esporádico y puntual como si es continuo. Se asocian

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