SEGUNDO PARCIAL DE POLITICA EDUCACIONAL Y LEGISLACION ESCOLAR.
Emanuel SuppoApuntes18 de Julio de 2016
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SEGUNDO PARCIAL DE POLITICA EDUCACIONAL Y LEGISLACION ESCOLAR.
Primera y Segunda parte.
En el presente trabajo realizaremos un análisis de las décadas de los 80 y los 90 sobre las políticas educativas como políticas públicas, teniendo en cuenta los momentos transicionales entre “coletazos” del Estadode Bienestar, la imposición y búsqueda de consenso en principios neoliberales y neoconservadores, y estrategias de un modelo posneoliberal, atendiendo al rol del gremio en cada momento histórico.
Características de la década de los ´80:
La década de 1980, según Domínguez y Zandrino (1996), se caracterizó por la vuelta a la democracia después de la dictadura militar de 1976. Con la presidencia de Raúl Alfonsín, se inicióel restablecimiento del orden institucional y se instrumentaron políticas características de un Estado Benefactor. Durante este período, la búsqueda de consenso entre el gobierno provincial y losagentes educativos estuvo mediada por el sindicato docente, quienocupó un lugar primordial que en etapas anteriores había sido callado.
En cuanto a la provincia de La Pampa, en este periodo el gobernador fue Rubén H. Marín, quien en sus primeros mensajes expresó una voluntad política de alinearse a las mismas medidas del gobierno nacional con respecto a instrumentar políticas del Estado de Bienestar.
Los discursos de los primeros años se basaron en expresiones críticas que señalaron la ruptura con el régimen dictatorial; se hablódesde un absoluto que es el pueblo y se instauró un nuevo orden, el democrático.
En este contexto se consideró que la política educativa debía garantizar la igualdad de oportunidades de acceso a la educación. Esto se apoyó en una concepción del Estado como garante de los derechos sociales. Este tipo de políticas sentaron las bases del gobierno que se pretendió llevar adelante y más tarde, tendrían continuidad con el Dr. Néstor Ahuad (1987-1991), sucesor de Marín. Ahuad, se caracterizó por una política de expansión del sistema, fenómenos cíclicamente asociados a coyunturas post dictatoriales. Esto se materializó con la ampliación y construcción de aulas y escuelas; la creación de establecimientos, particularmente de nivel medio; planes de alfabetización; la organización de servicios especiales, la reapertura de escuelas rurales; y la creación de institutos terciarios de formación docente en localidades del interior de la provincia.
Recuperada la democracia,tanto el Estado nacional como provincial le otorgan un lugar privilegiado al gremio docente, ya que es convocado para integrar diversas comisiones destinadas a redactar el estatuto docente y las reformas educativas de los diferentes niveles, de hecho desde el discurso los funcionarios agradecen el dialogo, la colaboración y dedicación del gremio en tales procesos.
Hacia fines de la década, se dio un proceso de transición bajo la gestión de Jorge Rodríguez como Ministro de Educación de la provincia. Esto se evidencia en acciones como la sancióndel Estatuto del Trabajador de la Educación(Ley 1124, 1989) que consagra todas las aspiraciones del gremio en materia de derechos laborales docentes e impulsa una reforma curricular para el nivel medio, con amplia participación gremial. No obstante,el Estatuto es rápidamente modificado por sucesivasleyes que limitan las conquistas enunciadas. Estotuvo un efecto negativo en las medidas de fuerza propuestasposteriormente por el sindicato docente.
El final de esta década, se encontró atravesada por una crisis que se fue profundizando y provocando cambios en los patrones de acumulación y distribución de la riqueza. Además, implicó profundas restructuraciones en las relaciones sociales. De esta manera, se produjoun cambio radical de gobierno y de política que llegaron de la mano del Dr. Menem quien rompió con la tradición de su partido, el Justicialista, y estableció una alianza con sectores del establishmental designar como Ministro de Economía a un representante del gran empresariado y aplicar las recetas neoliberales.
Características de la década de los ´90:
En la década de los 90, hubo un cambio rotundo en los lineamientos políticos e ideológicos. Estos lineamientos se caracterizaron por la adscripción a políticas neoliberales e imposiciones de los organismos internacionales que provocaron profundas transformaciones en el sistema educativo nacional, y a su vez, en el sistema educativo pampeano. Las grandes tendencias fueron la descentralización y las políticas de reforma del Estado, que dieron cuenta de un cambio estructural, lo que dio lugar a una nueva relación entre Estado y sociedad.
Ahora bien, en lo que respecta a la provincia de La Pampa, Rubén Marín, es quien logra imponerse como gobernador durante tres períodos consecutivos a lo largo de los años ’90. Este gobierno se caracterizó por un estilo personalista y verticalista, donde todas las riendas se encontraron sujetas a dicho gobernador.
Durante su permanencia en el gobierno de la provincia, siempre se encontró alineando al entonces presidente de la Nación, Carlos Menem. Dicha alineación le permitió a Marín recibir del gobierno central un apoyo permanente para su continuidad al frente de la provincia y una ayuda financiera preferencial (CIPPEC, 2003).
Es decir que, en nuestra provincia, se generó una profunda transformación en las estructuras del sistema socio político en la cual se cambió el rumbo y la participación política. Por lo tanto, se produjo una pérdida de importancia de las instituciones colectivas y de las organizaciones de intereses, y en consecuencia, losgremios perdieron el grado de participación que conquistaron en la etapa anterior. En cuanto a la búsqueda de adhesión, ya no se recurrió a las organizaciones sindicales, sino más bien se buscó llegar a la sociedad por medio del eufemismo de la “participación de la comunidad”. (Domínguez y Zandrino, 1996)
En relación a lo expresado anteriormente, los discursos de los noventa utilizaron como función de apoyo “el bien común”, este mecanismo posibilitó mantener oculto el conflicto y no hacer lugar a las críticas. Por ende, se descalificó toda expresión de intereses particulares, tal es el caso de los sectores gremiales que en esta etapa vieron invisibilizados sus reclamos, ya que, primó el discurso oficial del “bien común”.(Domínguez y Zandrino, 1996)
En el ámbito educativo, como sostiene los autores antes mencionados,se determinóla transferencia de los servicios educativos a las provincias, la sanción de la Ley Federal de Educación y la adecuación del sistema a la nueva estructura propuesta por tal norma. La justificación del programa, desde el discurso oficial,invocó la necesidad de desburocratizar el modelo administrativo, compartir la toma de decisiones, recuperar el protagonismo de las instituciones locales y regionales para contrarrestar los efectos del acentuado centralismo.
El gobernador justificó el cambio de banderas políticas como sumamente necesario, y lo presentó bajo la oposición: transformación o decadencia, integración o aislamiento. Para lograr tales lineamientos se dejó de percibir lo “foráneo” como peligroso y se tornó necesario despertar la confianza internacional.(Domínguez y Zandrino, 1996)
Con respecto al sistema educativo pampeano,se dejó de hablar de igualdad, para hablar de equidad. Lastradicionales medidas o acciones de política educativa fueron cuestionesde gestión del sistema, los saberes fueron reemplazados por las competenciasy a la escuela se la llamó unidad educativa.
En este sentido, como seseñala en el texto de CIPPEC (2003), el sistema educativo pampeano se ha caracterizado por su estabilidad, ya que, en este periodohubo sólo dos ministros, que compartieron y sostuvieron las prioridades y los proyectos planteados para el área. Dichos Ministros, fueron Luis Roldán y Miguel Ángel Tanos, quienes con fuerteliderazgo e idoneidad, se sucedieron en los aspectos pedagógicos y administrativos, continuando las acciones emprendidas.
En función de lo dicho anteriormente, el cambio de estrategias que se dio en esta década, se visualiza en elDecreto 1451 (1992), en el cual se aprobó el Programa de Transformación de la Educación a través de la Descentralización del Sistema Educativo, aunque el Estado se reservó para sí la atribución de establecer líneas políticas generales y de coordinar programas, proyectos tendientes a dar respuesta a las necesidades y demandas del sistema educativo para su buen funcionamiento. Es decir que dicha descentralización consistió más que nada en delegar la responsabilidad del financiamiento de los establecimientos provinciales y no hubo efectiva descentralización del poder.
En lo concerniente al rol del Estado, según Domínguez y Zandrino (1996), esta larga transcripción ilustró el papel subsidiario que en materia educativa define la nueva política del gobierno, quien fuecoordinador y controlador de las demandas sociales.
En el caso de La Pampa, el gobernador Marín abrió escasos canales departicipación no sólo dentro del partido, sino también para con la sociedad en su conjunto. Así, en este periodo, las claves de su sostenimiento se sustentaron en el asistencialismo y la obra pública.
En esta misma línea, se argumentó la necesidad de promover una dinámica que dé lugar a la participación en las escuelas de los miembros del sistema y de los agentes comunitarios.
Esta propuesta de participación, oculta en su interior, las diferentes relaciones de poder y contribuye a desplazar al gremio como interlocutor privilegiado, al ponerlo en igualdad de condiciones a las de otros agentes sociales con menor capacidad de acción e influencia en la política educativa.
En este sentido, el texto de CIPPEC (2003), también evidencia que hubo una falta de apertura de espacios efectivos de participación a ciertos actores sociales de la política educativa, como fue el caso delos gremios y la legislatura. Es decir,si en este período hubo políticas destinadas a la generación de consensos, éstas estuvieron más dirigidas a las escuelas que a los representantes gremiales.
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